Roma (Euractiv.it/.es) – El gobierno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha decidido seguir adelante con una polémica revisión de la ley de caza, lo cual ha desatado la ira de Bruselas y de los grupos ecologistas.
La propuesta de reforma no fue presentada por el Gobierno como tal sino por los líderes del bloque de la derecha en el seno del ejecutivo: Forza Italia (PPE), Fratelli d´Italia (de Meloni/ECR)) y los ultra de la Liga (Patriotas por Europa, el grupo de Vox).
La propuesta incluye medidas consideradas incompatibles con la legislación de la Unión Europea (UE) para la protección de la naturaleza, lo cual podría agravar la tensión entre Roma y la Comisión Europea, que en los últimos años ha incoado múltiples procedimientos de infracción contra Italia relacionados con el medio ambiente.
El proyecto de ley propone reactivar el uso de aves señuelo vivas sin citar las exenciones exigidas por la legislación de la UE, y limitar los espacios naturales protegidos al 30% del territorio de una región, un umbral que el Ministro de Medio Ambiente podría rebajar unilateralmente si se supera.
También se despojaría al ISPRA, el instituto nacional de investigación medioambiental, de su función vinculante de supervisión, transfiriendo la autoridad a un nuevo comité técnico bajo control directo del Gobierno.
En el texto se proponen cambios muy significativos para regular la caza, incluida la ampliación de la temporada hasta febrero, coincidiendo con la migración de muchas especies de aves.
En ese sentido, Massimo Buconi, presidente de la Asociación Italiana de Caza, calificó el proyecto de ley de «punto de partida útil», pero admitió que algunas medidas «no son apropiadas»
Por otro lado, Buconi criticó al gobierno por no adjuntar la reforma a la ley de presupuestos – una vía legislativa más rápida – y advirtió de que la fórmula elegida podría resultar «tortuosa e incierta»
En pie de guerra
El ministro italiano de agricultura, Francesco Lollobrigida, calificó a principios de mes el aumento de poblaciones de animales salvajes de amenaza para la agricultura, la seguridad pública y la salud, y puso como ejemplo la propagación de la peste porcina africana.
Pero «las disposiciones no tienen nada que ver con el control de la fauna salvaje», asegura Giovanni Albarella, experto en caza e Lipu-BirdLifeItalia.
«Los señuelos vivos, el debilitamiento de la protección de las aves migratorias y la ampliación de los periodos de caza no tienen nada que ver con la gestión de poblaciones», agrega.
Cuarenta y seis organizaciones ecologistas solicitaron una reunión con el Ministerio poco después de que se conociera el contenido del proyecto de ley, pero ninguna recibió respuesta.
¿Infringir las normas de la UE?
Las normas italianas de caza tampoco han pasado desapercibidas en Bruselas. Desde 2022, Italia las ha modificado varias veces.
Con al menos 10 cambios que tocan 26 puntos diferentes de la ley de caza de 1992, Roma desencadenó dos procedimientos de infracción separados y un caso de pre-infracción.
Según la Comisión, Italia permite a las autoridades regionales autorizar la caza en zonas protegidas o fuera de las temporadas legalmente permitidas, lo cual infringe la Directiva de la UE sobre aves.
Italia tampoco ha aplicado el Reglamento REACH que prohíbe la munición de plomo en los humedales.
El expediente de infracción previo de la Comisión pone el foco en que Italia no ha aplicado su plan nacional contra la caza furtiva ni ha acabado con el comercio ilegal de aves señuelo vivas.
«Las disposiciones del nuevo proyecto de ley, si se aprueban, sólo pueden empeorar la situación», explica Albarella.
«Ni uno solo de los cambios propuestos responde a las quejas dela Comisión (…) van en dirección contraria», añade.
Entre los puntos más polémicos está la ampliación de la temporada de caza en febrero, la exclusión del ISPRA en favor de un comité controlado por el gobierno y el límite de las zonas protegidas.
«Es una violación directa de los Tratados (de la UE)”, asegura Domenico Aiello, responsable de protección jurídica de la ONG WWF Italia.
«La UE nos exige que aspiremos al máximo nivel de protección, no que lo tratemos como un límite», agrega.
Otro punto conflictivo es el uso de señuelos vivos, que el proyecto de ley reintroduce sin hacer referencia al artículo 9 de la Directiva de Aves de la UE, la única base jurídica para las exenciones limitadas.
«Sin una excepción oficial, eso es claramente ilegal según la legislación de la UE», advierte Albarella.
Ninguno de los tres partidos gobernantes ni el Ministerio de Agricultura respondieron a las peticiones de comentarios de Euractiv Italia.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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