Bruselas (Euractiv.com/.es) – Ante el rápido incremento de casos de obesidad infantil, cada vez más países miembro de la Unión Europea (UE) endurecen sus normas para frenar la publicidad de alimentos poco saludables, al tiempo que muchos de ellos han instado a la Comisión Europea a mover ficha para que se abandone el actual modelo de autorregulación de la industria alimentaria en el bloque comunitario.
El chocolate, las bebidas azucaradas y otros alimentos muy procesados son muy consumidos sobre todo por los niños.
Desde Escandinavia hasta los Balcanes, los gobiernos, desilusionados con un sistema en el que la industria fija sus propias normas de publicidad, están aplicando leyes más estrictas para proteger a los niños, y piden a la Comisión Europea que haga lo propio con una legislación vinculante.
En abril, Noruega anunció la prohibición de anuncios publicitarios dirigidos a menores -incluidos los destinados a persuadir a adultos- de productos como el chocolate, los dulces para untar, las bebidas energéticas y la comida rápida salada y con exceso de grasa.
La medida fue adoptada tras un estudio de 2021 según el cual una quinta parte de los alumnos de primaria del país tenían sobrepeso o eran obesos.
En breve, Noruega contará con la ley de publicidad más estricta de Europa para proteger a los niños, pero no es el único país que quiere atajar este problema de salud.
Bulgaria sopesa prohibir los anuncios de bebidas energéticas dirigidos a menores, mientras que Dinamarca anunció recientemente que endurecerá su Ley de Comercialización y tomará medidas enérgicas contra los anuncios de alimentos y bebidas poco saludables dirigidos a los niños.
Según el Ministerio danés de Sanidad, las empresas han infringido reiteradamente el código de conducta de la industria alimentaria de no hacer publicidad de alimentos poco saludables dirigida a los niños.
«Por eso tenemos que endurecer la legislación», explicó recientemente el mnistro de Industria y Comercio, Morten Bødskov, una medida que muchos esperan que siga la UE.
Autorregulación de la industria, ¿es eficaz?
La publicidad de alimentos poco saludables dirigida a los niños se rige en gran medida por el «Compromiso de la UE», un plan voluntario aprobado en 2007 por la Federación Mundial de Anunciantes (WFA).
En virtud de ese texto, las empresas alimentarias se comprometen a realizar una publicidad responsable dirigida a los niños, pero establecen sus propias normas y controlan su cumplimiento.
«Hay un abismo enorme entre lo que la investigación dice que tenemos que hacer en asuntos de marketing y lo que la Comisión ha hecho hasta ahora», explica Emma Calvert, Subdirectora de Alimentación de la Organización Europea de Consumidores (BEUC, por sus siglas en inglés).
«Sabemos que la comercialización de alimentos poco saludables repercute en la obesidad infantil, sabemos que los niños están inundados de esos anuncios», agrega.
Por su parte, Will Gilroy, director de comunicación de la Federación Mundial de Anunciantes (WFA, por sus siglas en inglés), asegura que una vez que las empresas lo firman «deja de ser voluntario porque es un compromiso corporativo».
Por otro lado, según Gilroy, Bruselas considera ese compromiso una «forma muy creíble de autorregulación».
Los índices de obesidad en Europa exponen un panorama muy diferente, especialmente fuera de Noruega, donde las cifras son aún más elevadas.
Casi uno de cada tres niños (el 29% de los niños y el 27% de las niñas) en Europa tiene sobrepeso o es obeso.
Un estudio británico publicado en mayo reveló que sólo cinco minutos de exposición a la publicidad de alimentos de marca tienen un efecto claro: tras sólo cinco minutos de exposición, los niños consumieron 58 calorías adicionales en la merienda y 73 en la comida , casi el equivalente a una barrita de cereales de 100 calorías.
Calvert sostiene que no hay que depender de las promesas de la industria.
«Dejar que la industria alimentaria decida qué es aceptable anunciar a los niños es como dejar al zorro a cargo del gallinero», subraya.
¿Nueva legislación?
Las principales empresas alimentarias que respaldan el Compromiso de la UE -incluidas Mondelēz, Nestlé, McDonald’s, Coca-Cola, Danone y Ferrero- han clasificado los pasteles y las galletas de «bastante saludables» para hacer publicidad dirigida a los niños.
Según Calvert, eso revela la debilidad del sistema a la hora de proteger a los jóvenes consumidores.
Por ello, la eurodiputada insta a la Comisión Europea a proponer legislación vinculante antes de 2026.
Por otra perte, Alessandro Gallina, director de políticas de prevención de enfermedades no transmisibles de la Alianza Europea de Salud Pública, se hizo eco de ese llamamiento.
En su opinión, la Comisión Europea tiene «la responsabilidad esencial de aplicar una legislación vinculante que vaya más allá de las medidas superficiales de autorregulación para proteger adecuadamente a los niños».
Preguntado por Euractiv, un portavoz de Bruselas se remitió a la Directiva de Servicios de Medios Audiovisuales, que limita la publicidad nociva para los niños pero se basa en la «corregulación» y en el «fomento de la autorregulación mediante códigos de conducta».
El portavoz indicó que las conclusiones del Plan de Acción de la UE sobre Obesidad Infantil, cuya presentación está prevista para finales de este año, «contribuirá a informar a los Estados miembros sobre posibles acciones futuras para abordar la obesidad infantil.»
Sin embargo, es poco probable que la prohibición de la publicidad de alimentos dirigida a los niños figure entre las recomendaciones.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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