¿Cómo puede afectar a la UE el conflicto entre Israel e Irán?

Bruselas (Euractiv.com/.es) – Los ataques «preventivos» de Israel contra instalaciones nucleares y militares iraníes han conmocionado a la economía mundial.

Gran parte del impacto inicial era previsible. Los precios del petróleo alcanzaron su nivel más alto en meses; las bolsas de EE.UU. y la UE se desplomaron (a pesar de la subida de las acciones de las empresas de defensa ); y los bonos estadounidenses y alemanes subieron al buscar los inversores seguridad en medio de las turbulencias del mercado.

Los efectos a más largo plazo de los ataques de Israel son menos fáciles de prever, dado que dependen del grado de escalada del conflicto.

Sin embargo, los primeros indicios no son nada prometedores. El Primer Ministro israelí , Benjamin Netanyahu, aseguró el viernes que el conflicto durará «tantos días como haga falta» y advirtió a los israelíes de que es «muy posible» que tengan que buscar refugio «durante un largo periodo de tiempo, mucho más largo de lo que estábamos acostumbrados hasta ahora».

Irán ha calificado los ataques de «declaración de guerra» y ha lanzado hace unas horas una represalia con más de 100 drones y misiles contra Israel.

Si el conflicto persiste, es casi seguro que los precios del petróleo se mantendrán elevados, lo cual agravará los problemas de las industrias europeas de gran consumo energético, que llevan mucho tiempo sufriendo, y podría desencadenar un resurgimiento de las presiones sobre los precios, que han disminuido considerablemente en los últimos meses.

En ese sentido, Carsten Brzeski, responsable de análisis macroeconómico de ING, advirtió el viernes de que una escalada «significativa» del conflicto debilitaría aún más la confianza de los consumidores y las empresas en toda la zona euro, deprimiendo así los ya anémicos niveles de demanda e inversión.

El impacto combinado de los altos precios de la energía y la incertidumbre podría «durante un largo periodo de tiempo» añadir «un elemento de estanflación a las perspectivas de la eurozona» en el que la alta inflación y el débil crecimiento se afiancen en todo el bloque, subrayó Brzeski.

Por su parte, Philipp Lausberg, analista del European Policy Centre, aseguró que un escenario así recordaría a la ruinosa estanflación que se vivió en Europa tras la guerra árabe-israelí del Yom Kippur en 1973.

El recrudecimiento de la presión sobre los precios también obligaría al Banco Central Europeo (BCE) a subir los tipos de interés, lo que dificultaría aún más la inversión empresarial y el crecimiento.

«El BCE quiere bajar los tipos para estimular la economía, pero la lucha contra la inflación es su principal objetivo (…) así que tendría que volver a subir los tipos, lo que no sería bueno para Europa», agrega el experto.

Temor a una escalada nuclear

El peor escenario posible sería el uso de armas nucleares por parte de Israel, lo que podría desencadenar una conflagración total en la que participaran Estados Unidos u otras potencias occidentales o regionales.

Se cree que Israel, que posee armas nucleares desde la década de 1960, tiene en estos momentos cerca de 90 cabezas nucleares, pero nunca ha confirmado ni desmentido oficialmente su existencia.

Sin embargo, los expertos no creen que existan riesgos de que el conflicto se convierta en una guerra nuclear mundial o incluso regional.

«Creo que el riesgo de escalada nuclear no es cero. Pero no creo que sea muy alto, a menos que se produzcan ataques desde Irán que acaben con el liderazgo israelí», explica Susi Snyder, Coordinadora de Programas de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), un grupo galardonado con el Premio Nobel de la Paz con sede en Ginebra.

Sin embargo, Snyder explica que la escasa probabilidad de que Teherán ataque a la cúpula militar israelí se debe más a su falta de capacidad militar que a su deseo.

«Creo que es una cuestión de capacidad (…) si Irán pudiera atentar contra la cúpula de Israel, lo haría», asegura.

Un peligro más verosímil es la amenaza que un conflicto prolongado en Oriente Próximo podría suponer para las cadenas de suministro mundiales, explica.

Gran parte del transporte marítimo mundial, incluida aproximadamente una cuarta parte del petróleo del mundo, pasa por el estrecho de Ormuz, frente a la costa de Irán.

El Golfo de Adén, frente a Yemen, controlado en gran parte por los Houthis, un grupo militante respaldado por Irán, es otro punto de estrangulamiento para el transporte marítimo mundial.

«No creo que vayamos a tener una escasez de papel higiénico», como ocurrió durante las primeras etapas de la pandemia de COVID-19 en 2020, comenta Snyder.

«Por otra parte -y no quiero ser alarmista- vivimos en una economía en la que no sabemos de dónde proceden todos los componentes de nuestra pasta de dientes. Así que, una vez que se rompan estas cadenas de suministro, ¿qué vamos a hacer?», se pregunta.

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(Editado por Owen Morgan/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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