Bruselas (Euractiv.com/.es) – Los aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incendian la economía mundial, pero un euro fuerte echa más gasolina sobre las perspectivas de los exportadores europeos.
La moneda única se ha revalorizado un 8,5% frente al dólar desde principios de año, porque los aranceles del presidente estadounidense han generado inquietud en los mercados de divisas y han llevado a los analistas a recortar las previsiones de crecimiento de Estados Unidos.
La subida ha sorprendido a muchos economistas, que vaticinaron que el giro hacia el proteccionismo sin precedentes en la historia de Washington fortalecería el dólar al provocar un repunte de la inflación, obligando a la Reserva Federal de Estados Unidos a subir los tipos de interés.
La debilidad del billete verde también ha agravado los problemas de los exportadores de la UE, que esperaban que la fortaleza del dólar mitigaría el impacto de los aranceles al abaratar sus productos en relación con las exportaciones estadounidenses.
«Es un doble golpe para los exportadores europeos a Estados Unidos, ya que no sólo se ven afectados por los aranceles, sino que la compensación normal de la apreciación del dólar frente al euro no está surtiendo efecto; de hecho, está ocurriendo lo contrario», comenta Sander Tordoir, economista jefe del Centro para la Reforma Europea.
«Así que, si eres un exportador europeo que depende del mercado estadounidense… mecánicamente, ambos efectos negativos se superponen en lugar de equilibrarse», añade.
Un panorama que empeora las cosas
En 2024 la UE exportó a Estados Unidos productos por valor de 531.600 millones de euros, de los cuales 380.000 millones -aproximadamente el 70% de las exportaciones totales- están sujetos a los gravámenes de Trump, según la Comisión Europea.
Los aranceles incluyen derechos del 25% al acero, el aluminio y los automóviles, junto con un impuesto básico del 10% a la mayoría de los demás productos.
Aunque los exportadores suelen protegerse frente a las fluctuaciones de las divisas para defender sus ingresos, los grupos industriales se han hecho cada vez más eco del impacto de la depreciación del dólar en las empresas europeas.
«La debilidad del dólar aumenta la presión que ya ejercen los aranceles y puede debilitar la rentabilidad», asegura Manuel Kallweit, economista jefe del grupo alemán de la industria automovilística VDA, al tiempo que añade que Estados Unidos fue «el mercado de ventas más importante» para los exportadores alemanes de automóviles el año pasado.
Estados Unidos representó el 13,1% del total de los 3,4 millones de vehículos exportados por Alemania en 2024, según la Oficina Federal de Estadística del país.
Las declaraciones de Kallweit fueron secundadas por los exportadores europeos de alcohol, que también dependen en gran medida de la demanda estadounidense.
Según Eurostat, alrededor del 30% de todas las exportaciones de alcohol de la UE se vendieron en Estados Unidos el año pasado, con 4.900 millones de euros en vino y 2.900 millones en bebidas espirituosas y licores enviados al otro lado del Atlántico.
Un portavoz del CEEV, grupo de presión que representa a los vinicultores de la UE, explica que el actual tipo de cambio euro-dólar, de 1,13 dólares, se sitúa aproximadamente en la mitad de la horquilla de 1,03-1,25 dólares de la última década, pero sigue estando «a un nivel que afecta a nuestra competitividad».
«Al tipo de cambio actual, el valor del euro tendría un impacto menor que los aranceles, pero empeora las cosas», comentó el portavoz.
La plataforma paneuropea SpiritsEurope asegura que un euro fuerte tendrá un «impacto directo» en las exportaciones.
Sin embargo, es «imposible» saber si la apreciación de la moneda tendrá un impacto tan grave como los aranceles de Trump.
«No sabemos cuáles serán los aranceles»,comenta un portavoz del grupo, quien añade que los aranceles también afectan al tipo de cambio euro-dólar.
El portavoz aseguró además que los exportadores de bebidas espirituosas del bloque comunitario europeo han «vivido y se las han arreglado» anteriormente con un tipo de cambio muy alto, de 1,5 dólares.
¿Fortaleza persistente?
Según los analistas, la fortaleza a largo plazo del euro -y, por tanto, su efecto sobre los exportadores de la UE- dependerá en última instancia de varios factores.
El primero es si los aranceles de Trump desencadenan una recesión en Estados Unidos.
Si eso ocurriera, la Reserva Federal estadounidense probablemente se vería obligada a recortar los tipos a un ritmo más rápido que el Banco Central Europeo, lo que debilitaría aún más el valor relativo del dólar.
La segunda es si se produce un «acuerdo de Mar-a-Lago«, que -al igual que el Acuerdo Plaza de 1985- tendría como objetivo afianzar la debilidad del dólar en el sistema financiero mundial.
Sin embargo, el factor más importante es el grado de «desdolarización» de otros grandes bancos centrales e inversores, reduciendo su exposición a activos denominados en dólares, como los bonos del Tesoro estadounidense.
Carsten Brzeski, responsable de macroeconomía de ING Research, cree que el proceso de desdolarización dependerá en gran medida de hasta qué punto el euro se convierte en una alternativa realmente «atractiva» al billete verde.
Los inversores estarán más dispuestos a alejarse del dólar si los responsables políticos de la UE profundizan en la unión de los mercados de capitales del bloque y emiten más activos seguros denominados en euros, como los eurobonos.
«De lo contrario, Europa o la Eurozona no tendrán capacidad para absorber todo el capital de los mercados financieros», afirma Brzeski. Mientras Europa no pueda absorber este dinero «no veremos un debilitamiento más duradero del dólar», añade.
Muchos analistas, sin embargo, creen que la fortaleza del euro se mantendrá.
En una nota reciente, Deutsche Bank afirmaba que la caída del dólar es probablemente el «inicio de una lenta tendencia a la baja».
«Es probable que la reciente volatilidad de las políticas y los mercados haya sido lo suficientemente preocupante como para hacer que se reconsidere la inversión en Estados Unidos», señaló el banco alemán.
Ventajas alcistas
Mientras tanto, numerosos analistas y funcionarios de la UE destacan que la fortaleza del euro tiene efectos positivos: en especial, reduce el precio de las importaciones, lo que alivia las presiones inflacionistas.
El menor crecimiento de los precios también podría dar más margen al Banco Central Europeo para recortar los tipos de interés, impulsando así la inversión privada, comenta Brzeski.
El Comisario europeo de Economía, Valdis Dombrovskis, se hizo eco este lunes (19 de mayo) de los comentarios de Brzeski, quien calificó una moneda fuerte de «arma de doble filo».
«El fortalecimiento del euro tiene sus aspectos positivos, ya que tiene efectos desinflacionistas… pero también puede afectar negativamente a las exportaciones de la UE», subrayó Dombrovskis.
La apreciación del euro también contribuyó a que Bruselas decidiera el lunes rebajar su previsión de inflación para la zona euro del 1,9% al 1,7% el año próximo, situándola aún más por debajo del objetivo del 2% fijado por el BCE.
Aunque señalan su impacto desinflacionista, algunos analistas advierten de que la fortaleza del euro también podría dañar la competitividad de la UE frente a China.
El euro se ha apreciado más de un 7% frente al renminbi desde enero, dificultando la capacidad de las industrias de la UE para competir con sus homólogas chinas.
«No es sólo un efecto negativo en el lado estadounidense, sino también en el chino», comenta Tordoir.
La debilidad del renminbi es, a su vez, consecuencia sobre todo de la propia depreciación del dólar, según algunos analistas.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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