Temor a que una victoria del ultra (y antivacunas) Simion pueda agravar la epidemia de sarampión en Rumanía

Bucarest (Euractiv.com/.es) – Al tiempo que aumentan de manera alarmante en Rumanía los casos de sarampión, la posibilidad real de que el candidato ultranacionalista a la presidencia del país, George Simion (AUR), se imponga en la segunda vuelta de las elecciones de mañana, domingo, podría contribuir a agravar la crisis sanitaria, alimentada por los ”ultra” anti vacunas.

Sin embargo, el frente anti vacunas en Rumanía es sólo una parte del rompecabezas.

Según un reciente informe de la Agencia Europea para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), el número de casos de sarampión se ha multiplicado por diez en todo el bloque -una infección vírica grave que provoca erupciones cutáneas, fiebre e incluso ceguera- y la mayoría de ellos se han registrado en Rumanía: con 30.000 casos.

El año pasado fue necesario hospitalizar a más niños y se produjeron 22 muertes relacionadas con el sarampión en el país balcánico, frente a las tres registradas en 2023.

La razón de esos fallecimientos es obvia, según delatan las estadísticas: sólo el 62% de los rumanos recibieron la segunda dosis de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (SPR) el año pasado, según datos recientes del ECDC, muy lejos del 95% recomendado para una inmunización completa.

¿A qué se debe este descenso?

El descenso de las tasas de inmunización está estrechamente relacionado con el aumento del escepticismo entre los anti vacunas en Rumanía: la disminución de la confianza en las vacunas infantiles aumentó un 10% durante la pandemia de COVID-19.

El partido ultra Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) de Simion tiene mucho que ver con esa alarmante tendencia.

Nació hace cinco años como grupo anti vacunas  durante la pandemia de COVID-19, y se transformó en la principal fuerza de oposición en Rumanía, apelando sobre todo a la diáspora trabajadora y a los votantes más jóvenes, a la par que cultivando un estatus de «outsider», incluso contra las evidencias científicas, las medidas de cuarentena del gobierno y la vacunación.

Según los últimos sondeos, Simion libra una dura batalla, codo con codo, con el alcalde centrista de Bucarest, Nicușor Dan, en la carrera por la segunda vuelta de las elecciones del domingo, tras haber obtenido casi el 40% de los votos a principios de mayo.

No está solo

Călin Georgescu, aliado de Simion en la AUR, a quien se prohibió presentarse a las elecciones de noviembre y de quien se dice que mantenía vínculos con Robert F. Kennedy Jr, Secretario de Sanidad estadounidense y también anti vacunas, ha sido propuesto como posible primer ministro.

No obstante, Rumanía no es el único país europeo con un gobernante reacio a las vacunas.

El primer ministro prorruso de Eslovaquia, Robert Fico, congeló recientemente el suministro de vacunas contra la COVID-19 en  su país.

Si Simion sigue su ejemplo, la crisis sanitaria en Rumanía podría agravarse hasta extremos insospechados.

«Elegir a un primer ministro que califica de ‘peligrosas’ las vacunas de eficacia probada puede debilitar el calendario de vacunación, ya sea la triple vírica o el virus del papiloma humano (VPH), y podría abrir las puertas a enfermedades prevenibles, cáncer y muerte», aseguró esta semana el diputado rumano de Los Verdes Nicolae Ștefănuță, al tiempo que anima desde su cuenta de Facebook a no votar a Simion.

Si un hipotético gobierno de AUR refuerza los mensajes de que las vacunas habituales son opcionales o arriesgadas -como hicieron con las vacunas contra la COVID-19-, muchos padres indecisos se las podrían saltar, aunque el presidente tenga en Rumanía escaso poder legislativo en el Parlamento, explica Jack Daniel Dean, investigador del University College de Londres.

Pero achacar las bajas tasas de vacunación a conspiraciones anti vacunas es sólo una cara del problema.

Según un estudio reciente, la escasa cobertura de la triple vírica en Rumanía se relaciona con el difícil acceso a los servicios sanitarios en las comunidades rurales, y a un sistema público mal dotado.

Epidemia de sarampión

Un brote de sarampión golpeó duramente al país en 2016. Cuando el virus entra en una comunidad -por ejemplo, en las escuelas– se propaga rápidamente, explica  Dragan Jankovic, experto en sarampión de la oficina europea de la OMS.

El entonces primer ministro, Vlad Voiculescu, declaró una epidemia de sarampión cuando se alcanzaron los 675 casos.

Hoy es miembro de la Comisión de Sanidad del Parlamento Europeo, en el grupo Renovar Europa. Asegura que la epidemia «no ha terminado».

El rebrote del sarampión tiene varias explicaciones,  algunas son políticas y otras prácticas, comenta a Euractiv.

Cuando medio planeta se confinó en los primeros días de la pandemia de COVID-19 en abril de 2020, los rumanos estuvieron menos expuestos a enfermedades prevenibles como el sarampión gracias a la vacunación. Tenían que quedarse en casa, pero también recibían menos dosis de la vacuna triple vírica.

Ahora, muchos no consiguen ponerse al día con sus dosis o las reciben tarde, según datos recientes del ECDC, en parte debido a la difusión de información errónea, pero también a los consejos incorrectos de los trabajadores sanitarios y a las barreras de acceso, según Jankovic.

El tándem ultra de los candidatos rumano y polaco levanta ampollas en Varsovia

El primer ministro polaco, Donald Tusk, cargó duramente contra esa circunstancial “alianza ultra” y advirtió de que «Rusia se alegra» de ese informal “eje”.

Mucha tarea pendiente

Pero además de todos esos retos, una victoria de Simion, comenta Dean, pondría «las narrativas escépticas sobre las vacunas en el punto de mira a nivel nacional, y, como demostró la pandemia de COVID-19, eso a menudo puede reforzar en lugar de reducir el apoyo a esas ideas».

Si estallara un brote aún más grave de sarampión, no hay garantías de que Simion actuara con la rapidez y eficacia suficiente para ratificar medidas parlamentarias destinadas a frenar la propagación, opina  Dean.

Sin embargo, Rumanía se enfrenta a un problema más profundo que va más allá del escepticismo ante las vacunas: casi la mitad de sus habitantes viven en zonas rurales, donde el acceso a la atención sanitaria es limitado.

Datos recientes de UNICEF y otros estudios independientes sugieren que la implantación de programas de vacunación obligatoria en las escuelas sería un buen comienzo para impulsar la aceptación de las vacunas.

Para el eurodiputado Nicolae Ștefănuță (Verdes/EFA), la supresión de los programas de vacunación en las escuelas rumanas, así como las deficiencias logísticas -como la escasez de existencias, las largas distancias de viaje, la falta de médicos de familia y la falta de claridad de las normas para los padres– son grandes asignaturas pendientes.

Un cuento tradicional rumano afirma que todas las enfermedades, ya sea la meningitis o el resfriado común, se pueden explicar por el viento que se cuela entre dos ventanas. Puede que la indecisión política ante las vacunas no se pueda superar tan fácilmente.

El candidato ultra gana la primera vuelta de las elecciones en Rumanía, según los sondeos

Según dos encuestas difundidas en la tarde de este domingo por el canal Digi24, el candidato ultranacionalista obtuvo entre el 30,0 y 33,1 % de los votos, y sus oponentes lograron entre el 21 y el 23 % de los votos.

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(Editado por AW/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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