La ultraderecha, ante su «test de estrés» electoral este domingo en Polonia, Portugal y Rumanía

Varsovia (Euractiv.com/.es) – Tres candidatos de ultraderecha se someten este domingo a su gran reto con las urnas en Rumanía, Polonia y Portugal: será un fin de semana políticamente intenso, un “superdomingo” electoral en esos tres países, y al mismo tiempo constituye un “test de estrés” de la salud democrática de la Unión Europea (UE) en su conjunto.

No obstante, a pesar del reto, pocos creen que una posible victoria de la extrema derecha provoque un terremoto político directo e inmediato en el Consejo Europeo, donde los jefes de Estado y de Gobierno de la UE fijan el rumbo político del bloque.

Sin embargo, los comicios ofrecerán una instantánea de hasta dónde son capaces de llegar las fuerzas populistas y “ultra” en Europa.

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Polonia: Un «referéndum» sobre Europa

La primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo se celebra tras una década de gobierno conservador del presidente, Andrzej Duda, y marca un momento decisivo para la agenda reformista del primer ministro centrista, Donald Tusk, obstaculizada hasta ahora por el poder de veto de Duda.

Rafał Trzaskowski, alcalde liberal de Varsovia de la Coalición Cívica de Tusk, que defiende un programa pro UE, encabeza las encuestas con cerca del 32%.

«Trzaskowski y Tusk realinearán a Polonia con la UE», asegura Piotr Tosiek, profesor asociado de la Universidad de Varsovia.

Sin embargo, Tosiek advierte de que una victoria de Trzaskowski también podría acercar al conservador Ley y Justicia (PiS) y al ultra Confederación, lo que podría propiciar una victoria conjunta en las elecciones parlamentarias de 2027.

El principal rival de Trzaskowski, el candidato del PiS Karol Nawrocki, ha visto cómo su campaña se tambaleaba por un escándalo inmobiliario, con lo cual su apoyo cayó hasta el 22% en mayo, según las últimas encuestas.

Por su parte, el líder de la extrema derecha Sławomir Mentzen, partidario de liberalizar las leyes sobre armas y de «castigos corporales leves» para los niños, también ha logrado un elevado nivel de popularidad entre los jóvenes. Aunque es poco probable que llegue a la segunda vuelta, sus votantes podrían ser decisivos, sobre todo si apoyan a Nawrocki para evitar una presidencia de tono liberal.

Una victoria de Nawrocki consolidaría el actual estancamiento político, advierte  Tosiek, y permitiría a la presidencia seguir obstruyendo los intentos del gobierno de reformar el Estado de derecho, agrega.

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Rumanía: Otra vez a las “andadas”

La segunda vuelta de las controvertidas elecciones presidenciales de Rumanía, que también se celebra el domingo, se produce tras la repetición de los comicios  anulados en 2024, que fueron suspendidos por la presunta injerencia rusa en favor del candidato de extrema derecha Călin Georgescu.

En la primera vuelta, a principios de mayo, el ultranacionalista George Simion se impuso con un 40,96% y ahora se enfrentará al centrista Nicușor Dan, que obtuvo un 20,99%.

El rápido ascenso de Simion preocupa a los círculos más pro UE.

Su plataforma nacionalista, abiertamente crítica con Bruselas y que rechaza mantener la ayuda militar europea a Ucrania, amenaza con arrastrar a Rumanía al creciente espacio populista y ultra en Europa.

Sin embargo, no está claro hasta dónde podría llegar Simion, si gana los comicios, con su  agenda euroescéptica.

Según Radu Magdin, director general de asuntos de la UE en Smartlink Communications, ello le plantearía un gran reto político.

En opinión de Magdin, Simion tendrá que «bailar una fina danza estratégica, mostrándose fuerte ante su público, pero constructivo, no absurdo, en Bruselas».

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Portugal: A la tercera va la vencida

Portugal también acude el domingo a las urnas para celebrar sus terceras elecciones en tres años.

Los últimos comicios fueron  provocados por el colapso del gobierno en minoría del primer ministro conservador Luís Montenegro, derribado por un escándalo de conflicto de intereses que ahondó la desconfianza pública en los partidos mayoritarios y propició el ascenso de la ultraderechista Chega.

El partido de centro-derecha de Montenegro, AD, encabeza las encuestas con un 32%, muy lejos del umbral de mayoría del 42%. Los socialistas le siguen con un 27%, mientras que Chega ha alcanzado un récord del 19% de apoyos, lo cual alimenta las especulaciones sobre su potencial como “partido bisagra” para la gobernabilidad.

Por ahora, Montenegro rechaza una cooperación oficial con la extrema derecha. Ha descartado una alianza con Chega y ha señalado su intención de gobernar como lo hizo tras las elecciones de marzo de 2024: formando un gobierno en minoría y buscando apoyos puntuales para aprobar leyes.

El sistema político portugués aún mantiene un cordón sanitario que funciona para aislar a la extrema derecha, según explica Marina Costa Lobo, directora del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa. En su opinión hará falta «algo más que Chega» para hacer caer al próximo gobierno.

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No se prevé un gran impacto en el Consejo

Aunque la extrema derecha logre imponerse en alguno –o en los tres- países de la UE que acuden este domingo a las urnas, es improbable que el equilibrio de poder en el Consejo Europeo se vea alterado sustancialmente.

En ese sentido, Magdin cree que el ultranacionalista Simion moderará  su tono anti UE si llega al poder, al igual que ha hecho la primera ministra italiana, Giorgia Meloni (Fratelli d’ Italia/ECR).

En tanto que país vulnerable y con graves déficits fiscales, Magdin cree que Rumanía no puede permitirse el lujo de chocar frontalmente con Bruselas y que, si gana, Simion tendrá que «negociar con inteligencia, no a la fuerza».

No obstante, advierte de que su admiración por el presidente de Estados Unidos,  Donald Trump, podría impulsarle a acercarse a Washington para «debilitar el proyecto europeo«.

Por otra parte, aunque el candidato conservador polaco está ideológicamente más cerca del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y del eslovaco, Robert Fico, la postura pro UE de Varsovia se mantendrá, según el experto.

La política exterior polaca es responsabilidad del gobierno, no del Presidente.

Por otra parte, según Costa Lobo, Portugal seguirá «firmemente anclado» en una posición europeísta.

Es probable que el centro-derecha y los socialistas lusos encuentren puntos en común en el terreno europeo, sobre todo en defensa y seguridad, aunque Chega se oponga a estrechar los lazos en ese capítulo y apueste por una mayor soberanía nacional.

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(Editado por Martina Monti/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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