Friedrich Merz, un canciller alemán muy «francés»

Berlín (Euractiv.de/.es) – Pocas horas después de su victoria en las elecciones  alemanas de febrero, el líder de la formación democristiana CDU (PPE) y futuro nuevo canciller, Friedrich Merz, fijó una posición que podría definir su futura cancillería.

Durante el tradicional debate televisivo posterior a las elecciones, el democristiano pronunció un monólogo de dos minutos sobre la seguridad, en el que declaró que Europa debe independizarse de Estados Unidos lo antes posible , como «prioridad absoluta».

Se preguntó si la OTAN seguirá existiendo cuando se celebre la próxima cumbre de la Alianza en junio en La Haya, y advirtió de que la Unión Europea (UE) podría tener que «establecer capacidades de defensa independientes mucho más rápido».

El autodenominado «transatlántico» y líder del partido más proamericano de Alemania parecía estar dando la espalda al Tío Sam.

Los diplomáticos franceses podrían haber ajustado sus televisores, preguntándose si habían sintonizado por  error un discurso de su presidente, Emmanuel Macron, que lleva mucho tiempo predicando sobre la «soberanía estratégica» de Europa y la «muerte cerebral» de la OTAN.

Desde las elecciones de febrero, ha quedado claro que Merz ha calado hondo en París. Los funcionarios franceses se han mostrado «muy entusiastas con las opiniones que ha expresado sobre asuntos geoestratégicos», según comentó un diplomático europeo.

El alineamiento de Merz con Macron va más allá de la geopolítica y de su relación personal con Francia, que se remonta a un intercambio estudiantil en Auvernia. Abarca su estilo de gobierno, su apasionada eurofilia e incluso la política económica de su coalición.

Dado que este martes será coronado canciller alemán en el Bundestag, la perspectiva de un auténtico «canciller Macron» prefigura también una UE mucho más «afrancesada».

L’État, c’est Merz

La apuesta de Merz por un liderazgo europeo y una centralización de poderes en política exterior similar a la de un presidente es muy francesa.

Como todas las decisiones europeas en Francia pasan por el gabinete del presidente Macron, puede actuar con mucha más determinación en asuntos exteriores.

La división de responsabilidades en temas de la UE entre ministerios y socios de coalición (ahora la CDU y los socialdemócratas del SPD/S&D) dificultó esa tarea en Alemania durante varios años.

El ministerio de Asuntos Exteriores, que suele estar en manos de un socio menor de la coalición, se ha posicionado a menudo contra la posición de la Cancillería, «como un órgano un poco correctivo», según comentó Johann Wadephul, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores (de la CDU).

Pero eso podría cambiar ahora. La CDU de Merz será el primer partido en casi 60 años que controlará los tres ministerios que coordinan la política europea de Alemania: la Cancillería, el Ministerio de Economía y el Ministerio de Asuntos Exteriores (que incluye al ministro de Europa).

Podría contribuir a racionalizar la política exterior y de la UE de Berlín y a reducir las abstenciones alemanas en las votaciones europeas, motivadas por sus desacuerdos internos.

El trío de la CDU formado por Merz, Wadephul y la ministra de Economía, Katherina Reiche, también podría «predicar» de manera más cohesionada la política exterior de Merz, de forma muy parecida a como Macron, Le Drian y Le Maire difundieron el mensaje del presidente en su momento de apogeo.

Aunque Merz no tendrá la última palabra en todos los expedientes en disputa -el SPD bloqueó la iniciativa de su partido en este sentido-, la cancillería seguirá ganando poder de coordinación.

El .inistro de la Cancillería, Thorsten Frei, celebrará sesiones semanales con los ministros subalternos para revisar la nuevas iniciativas legislativas de la UE y resolver conflictos.

Sin embargo, el SPD apuesta por influir en los asuntos europeos en esas reuniones y a través de los poderes de veto de sus ministerios, sobre todo el poderoso ministerio de Finanzas, según comentó Johannes Schraps, uno de los principales expertos del SPD en política de la UE.

En opinión de Nicolai von Ondarza, investigador del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP), esta centralización está «muy lejos» de la francesa.

Pero en su opinión, Alemania «hablará con mucha más fuerza con una voz de la CDU» en Bruselas.

Fraternité, egalité

Sin embargo, lo que realmente ha impresionado a los aliados de Alemania es la oleada de iniciativas europeas -al estilo Macron- que ha presentado Berlín, dirigidas a París, Bruselas y Varsovia, a las que Merz quiere tratar «de igual a igual».

Macron propuso una «nueva asociación» entre los miembros más grandes de la UE en su discurso de la Sorbona hace siete años.

Desde entonces, su mano tendida ha quedado sin respuesta, hasta que llegó Merz.

Al día siguiente de su toma de posesión, Merz viajará a París para su tradicional primera visita como canciller, pero ya será una reunión de trabajo.

Merz y Macron, que al parecer han estado en contacto más estrecho de lo que se ha reconocido oficialmente, preparan una ambiciosa agenda conjunta que abarca múltiples áreas políticas. La primera parte se presentará mañana, miércoles, y se centrará en la competitividad y la energía.

Pero la verdadera noticia es la vuelta a una coordinación proactiva.

«La idea es volver a situar la relación franco-alemana en el centro de la política de la UE, para luego provocar el cambio en Bruselas», comenta el diplomático consultado por Euractiv.fr

Aunque ello refleja la preferencia de Merz por trazar el rumbo de Europa con sus compañeros de gobierno, también se mantiene una estrecha coordinación con la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (de la CDU).

Ambos han hablado casi todos los fines de semana «durante los dos últimos años», según un funcionario del Partido Popular Europeo (PPE).

Françallemagne

Es poco probable que las tradicionales diferencias políticas entre Alemania y sus aliados se evaporen por este motivo. Pero sus políticas con Merz parecen más cercanas que nunca a las de Macron.

Además de la postura común en geoestrategia, incluida la apertura a ampliar el paraguas nuclear francés a Europa, su coalición aprobó a principios de año un paquete de defensa e infraestructuras de 1 billón de euros, alejándose de varias décadas de conservadurismo fiscal alemán (con el rígido «freno de la deuda», anclado en la Constitución).

El resultado es una combinación muy «francesa» de geoestrategia gaullista y política industrial musculosa, que ya ha influido en la política de la UE, pues Alemania ha apostado por unas normas europeas de deuda más laxas.

«Quizá todos nos hayamos vuelto un poco más franceses», comenta Johannes Lindner, director del Centro Jacques Delors. Eso puede reflejar simplemente el hecho de que Macron estableció «la agenda correcta» sobre la soberanía europea en temas de  economía y de seguridad, añadió.

No está claro qué línea política saldrá de todo eso. En un artículo reciente, Lindner y otros autores comentan que el acuerdo de coalición alemán (CDU y SPD) adopta deliberadamente una postura ambigua en muchas políticas europeas, incluido el tema favorito de los franceses: la deuda común.

Los críticos de Merz están de acuerdo.

«Se echa en falta un impulso político europeo con visión de futuro», asegura Chantal Kopf, diputada de los Verdes especializada en asuntos europeos. Aun así, von Ondarza considera «una señal importante» la voluntad de Merz de coordinarse en solitario con sus socios.

Pero  mucho dependerá de lo que haga Merz.

En su discurso en el congreso del PPE celebrado la semana pasada en Valencia, puso el listón muy alto.

«Estaremos preparados para formar un gobierno, que será uno de los más fuertes apoyos europeos que hayan visto nunca de mi país», comentó.

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(Editado por DE/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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