Sofía (Euractiv,.bg/.es) – Una grave avería en el primer ejemplar de avión de combate estadounidense F-16 Block 70 recién entregado a Bulgaria ha provocado una conmoción política en Sofía, alimentando las sospechas de un sabotaje. Los partidos han pedido al Parlamento que inicie una investigación urgente para determinar si se trata de una posible injerencia de inteligencia de una «potencia extranjera».
El avión, que forma parte del cambio estratégico de Bulgaria para dotarla de capacidades de defensa acordes con los estándares de la OTAN, llegó de Estados Unidos hace sólo un mes.
La avería del aparato fue aprovechada por los partidos políticos para criticar el estado operativo de la aeronave y la seguridad de los sistemas militares sensibles.
En ese sentido, los responsables de Defensa de los principales partidos han solicitado ser recibidos por el Ministro de Defensa, Atanas Zapryanov, y los jefes de los servicios de inteligencia militares y civiles, para que les informen en detalle de la situación.
El Comité parlamentario para los Servicios de Seguridad, presidido por Atanas Atanasov, ha exigido este fin de semana que se investigue «el posible acceso no autorizado de entidades hostiles a información clasificada» y «el posible sabotaje dirigido contra la integración oficial del avión en las Fuerzas Aéreas búlgaras».
La polémica se intensificó a raíz de los comentarios del ex primer ministro y líder del partido GERB, Boyko Borissov, quien citó presuntas declaraciones extraoficiales del presidente del país, Rumen Radev, acerca de que el avión «no estaba en condiciones de volar».
Borissov exigió además la dimisión del Comandante General de las Fuerzas Aéreas, Nikolay Rusev, conocido por sus estrechos vínculos con Radev, si se demuestra la veracidad de las afirmaciones.
En un intento por rebajar la tensión, Zapryanov negó categóricamente cualquier posibilidad de sabotaje.
«No hay sabotaje del F-16. Dejemos los ataques políticos. Dejémonos de ataques políticos. Los pilotos y tripulaciones búlgaros son profesionales», declaró tras una reunión el pasado viernes con el personal de la base aérea donde opera el F-16, flanqueado por Rusev y el Jefe de Defensa, almirante Emil Eftimov.
Zapryanov explicó que el problema radica en un fallo de hardware detectado por el piloto estadounidense durante la entrega del aparato a Bulgaria.
El fallo, dijo, será solventado por la empresa constructora, Lockheed Martin, y el avión permanecerá bajo la supervisión técnica de especialistas estadounidenses durante los próximos tres años.
«Una cuestión técnica rutinaria se ha transformado en una crisis de política interior y exterior», añadió Zapryanov, al tiempo que sugirió que la instrumentalización política del incidente podría socavar la confianza de los ciudadanos en la apuesta de Bulgaria por contribuir con material más moderno a los objetivos de la OTAN.
Aunque de momento no se han encontrado pruebas concretas de un posible sabotaje extranjero, el episodio pone de relieve la creciente preocupación en torno a las adquisiciones de defensa y la ciberseguridad en Bulgaria, situada en el sensible flanco Este de la OTAN, especialmente en el marco de la guerra de Ucrania.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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