La derecha francesa coquetea con los «ultra» de Le Pen con la vista puesta en 2027

París (Euractiv.fr/.es) – La derecha francesa ha iniciado una «operación seducción» de los votantes «ultra» tras la reciente condena de la líder de Agrupación Nacional (RN) Marine Le Pen, con la vista puesta en la carrera presidencial de 2027.

Dos altos cargos de Les Républicains (LR) – Laurent Wauquiez, líder de la bancada en el Parlamento, y el ministro del Interior, Bruno Retailleau – se enfrentarán por el liderazgo del partido los días 17 y 18 de mayo.

Ambos confían en que la sentencia de inhabilitación de Le Pen, el 31 de marzo pasado, abra un vacío político entre sus votantes que puedan llenar. No obstante, no les será tan fácil pues el «delfín» de Le Pen, Jordan Bardella, anunció el pasado fin de semana que está dispuesto a sustituir a la líder de su partido.

Para competir en las elecciones presidenciales, Wauquiez y Retailleau han adoptado un discurso tradicionalmente asociado a RN.

Hace tres semanas, Wauquiez causó revuelo al proponer que los inmigrantes sobre quienes pese una orden de expulsión y sean considerados peligrosos sean enviados al archipiélago francés de Saint-Pierre-et-Miquelon, frente a la costa de Canadá. También comentó  hace pocos días que Francia se ha convertido en «el país más violento de Europa».

Retailleau, por su parte, ha endurecido las políticas de inmigración de Francia desde que asumió el cargo de ministro del Interior en septiembre. Ha asegurado que una «sociedad multicultural» conlleva el riesgo de convertirse también en «una sociedad multirracista».

En los días posteriores a la condena de Le Pen, también apuntó contra el sindicato de magistrados, conocido por su postura de izquierdas, refiriéndose a los «jueces rojos».

¿Es una estrategia eficaz?

Los analistas advierten de que la estrategia puede no dar los resultados esperados por el partido. «No creo que la estrategia de atraer de nuevo a los votantes hacia el conservadurismo tradicional funcione», asegura Mathieu Gallard, director de investigación de la empresa de sondeos IPSOS.

«Como mucho, podría frenar el declive de LR en las últimas elecciones, atrayendo quizá a algunos partidarios de Macron desilusionados», añade.

El riesgo para LR es claro: si el partido no logra recuperar votantes de RN, podría correr el riesgo de una mayor división o incluso quedar en la irrelevancia política, y dejar a la extrema derecha como la fuerza dominante en los próximos años.

En definitiva, la derecha conservadora está intentando reconstruirse desde muy abajo.

Obtuvieron poco más del 7% de los votos en las elecciones europeas de junio y sólo enviaron seis eurodiputados a Estrasburgo. Cuando París convocó elecciones legislativas anticipadas, el entonces líder del partido, Éric Ciotti, optó por apoyar a Le Pen.

Aun así, con 47 diputados de 577 en el Parlamento francés, el partido aún dispone de una cierta importancia estratégica para formar coaliciones de gobierno.

Consiguió colocar al efímero Michel Barnier como primer ministro de septiembre a diciembre de 2024, alimentando los sueños de un renacimiento político.

Sin embargo, hasta ahora, la condena de Le Pen apenas ha hecho mella en la popularidad de RN.

«Todos los sondeos muestran que la condena de Le Pen no ha hecho mella en la popularidad de su partido», asegura Gallard. «Los votantes de derechas ven a RN como el partido más creíble en cuestiones de seguridad e inmigración. Así que intentar competir con ellos en ese terreno me parece inútil», agrega.

Se acabó el cordón sanitario

Al tiempo que el Partido Popular Europeo (PPE) se reúne en Valencia hasta este miércoles, algunos conservadores europeos también creen que «cooperar con los grupos de extrema derecha» en Estrasburgo puede ser una forma de «despojarles de su sustancia», según Guillaume Sacriste, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Paris 1 Panthéon-Sorbonne.

La idea no es totalmente nueva. Desde el inicio de la actual legislatura, el PPE ha aprobado algunas leyes con el apoyo de partidos situados más a su derecha, al poner de relieve que existe una mayoría alternativa a la coalición centrista y moderada que reeligió a Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión para un segundo mandato.

«Esta estrategia de formar alianzas con la derecha radical conlleva riesgos significativos, ya que no sólo normaliza a la extrema derecha, sino que también hace que el PPE dependa de ella», advierte Sophia Russack, investigadora del Centro de Estudios Políticos Europeos, en declaraciones a Les Échos.

François-Xavier Bellamy, líder de Los Republicanos en el Parlamento Europeo, ya se ha movido en esta dirección.

Hace un año, explicó que sería «absurdo» no dialogar con representantes del grupo de extrema derecha ECR (de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni) en el Parlamento Europeo, normalizando una idea que antes era tabú.

«En el Parlamento, las mayorías se consiguen texto a texto, voto a voto, a veces enmienda a enmienda», comenta.

«A riesgo de sorprenderles, me ha ocurrido muy a menudo, pero también a nuestros colegas macronistas, incluso a nuestros colegas socialistas, votar a favor de propuestas del grupo ECR.», agrega.

En septiembre de 2022, su partido fue el único dentro del PPE que no apoyó una resolución condenando al gobierno del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, al cual acusaban de no ser una democracia, sino una «autocracia electoral».

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(Editado por Martina Monti/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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