París/Bruselas (Euractiv.com/.es) – Francia ha dejado patente su rechazo a una revisión de las normas de la Unión Europea (UE) sobre el control de las exportaciones de material de defensa en el bloque comunitario, según fuentes conocedoras del expediente consultadas por Euractiv.
Para reducir las cargas administrativas y acelerar la producción de armamento, la Comisión Europea ha propuesto facilitar la circulación de componentes de defensa entre los países de la UE, regulada por la Directiva sobre transferencias intracomunitarias, flexibilizando las normas nacionales de control de las exportaciones.
Tras un primer intento infructuoso hace dos años, el Ejecutivo comunitario volvió a proponer un cambio de las normas en el marco del Programa Europeo para la Industria de Defensa (PIDD).
El cometido del PIDD es subvencionar la producción y adquisición de armamento en el continente en un intento de potenciar a largo plazo la industria militar europea.
Pero transcurrido un año desde el inicio de las negociaciones sobre el EDIP, y a pocas semanas de cerrar los debates, París se sigue oponiendo a flexibilizar las normas de control de las exportaciones.
Según la cláusula del EDIP, París renunciaría a su obligación nacional de supervisar el traslado de los productos de defensa que vende dentro de la Unión Europea.
En el marco actual, cuando una empresa francesa vende un producto considerado «sensible» a otro país de la UE (por ejemplo, Alemania), el gobierno francés debe aprobar la venta, como hace con cualquier otro producto de defensa.
Si Alemania quiere incluir el componente en otro producto y revenderlo a Suecia, debe pedir el visto bueno de Francia.
Pero la cláusula EDIP elude la aprobación francesa de la reventa: Alemania podría revender a Suecia productos sensibles comprados a Francia sin la aprobación de París.
Francia argumenta que esta nueva disposición va más allá de lo que establece el Reglamento sobre transferencias intracomunitarias de productos relacionados con la defensa, que no se pronuncia sobre este asunto concreto.
Además, París sostiene que priva a Francia de su derecho a saber cuál es el destino de los componentes esenciales.
Aunque París se ha opuesto a la cláusula, por ahora no está claro si ganará la batalla.
Cambiar el texto es una opción. Sin embargo, ante la inminencia de un conflicto de mayor calado sobre si los países no comunitarios pueden beneficiarse del sistema de defensa de la UE, París podría tener que renunciar a sus exigencias, según explicó a Euractiv una fuente cercana al asunto.
Francia libra una batalla en solitario contra la apertura de los fondos de la UE a empresas extranjeras que fabriquen sus materiales en Europa -especialmente misiles- o a empresas que no tengan derecho a modificar los productos según necesidades específicas, o cuyos productos vengan con restricciones de uso.
El resto de países de la UE son partidarios de mantener abiertas sus opciones, sobre todo cuando se trata de productos esenciales, como municiones y misiles.
La campaña de París contra la modificación de las normas sobre exportaciones intracomunitarias de defensa no termina en ese punto: Francia quiere impedir que la Comisión inicie una revisión total de la directiva.
Cualquier revisión conllevaría normas más estrictas o más laxas, y sin duda horas de negociaciones sobre muchas cuestiones técnicas y políticas relacionadas con la prerrogativa nacional sobre la venta de armas.
Pero el ejecutivo de la UE ya ha anunciado su intención de hacerlo.
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(Editado por AW/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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