Berlín (Euractiv.de) – Una de las frases más polémicas del recién firmado acuerdo de coalición entre la conservadora CDU (PPE) del futuro canciller alemán, Friedrich Merz, y el Partido Socialdemócrata (SPD/S&D), está casi escondida al final del abultado documento de 144 páginas.
En la línea 4.507, la CDU y el SPD prometen abstenerse de «cualquier cooperación» con la extrema derecha «a todos los niveles políticos».
El tono de la frase no se corresponde con el elevado nivel de ambición de ese compromiso, con el que el SPD quiere frenar un cambio de paradigma histórico en el Parlamento Europeo.
Por primera vez en la historia reciente, las elecciones europeas de 2024 dieron la mayoría a los grupos de la derecha, desde los moderados irlandeses hasta la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

AfD se relanza en Bruselas mientras Alvise «coquetea» con Europa de las Naciones Soberanas
Las últimas elecciones alemanas han dado un impulso significativo a la AfD. El aumento de su cota de popularidad ha sido una sorpresa dentro y fuera de las fronteras de Alemania.
Desde entonces, los socialistas europeos (S&D) han asistido impotentes a cómo el grupo del Partido Popular Europeo (PPE) dejaba que los partidos de extrema derecha influyeran en varias ocasiones en las votaciones a su favor.
«Desgraciadamente (las votaciones de la extrema derecha junto al PPE) se producen ahora con más frecuencia de lo previsto», comenta René Repasi, líder de la delegación del SPD en Estrasburgo.
«Por eso tenemos que tomar medidas», subraya.
Si se aplica a «todos los niveles», el acuerdo de coalición podría frenar a la CDU y al PPE, liderado por el alemán Manfred Weber.
Pero eso es todavía un terreno inexplorado y son muchas las dudas sobre si realmente funcionará.
Reactivar el «cortafuegos»
Este es un asunto clave para el SPD, cuya identidad se forjó con la resistencia del partido a los nazis.
A sus ojos, el acercamiento a los «ultra» en Estrasburgo por parte del ala más a la derecha del PPE -que empezaron con los primeros intentos de colaboración con la primera ministra italiana Giorgia Meloni (Fratelli d’Italia) y su grupo europeo de extrema derecha de los Conservadores y Reformistas Europeos» (ECR)- se alejan de la larga tradición de mayorías ad hoc en Estrasburgo.
Sostienen que los grupos de extrema derecha quieren debilitar a la UE.
Según Repasi, que ayudó a negociar el acuerdo, el pacto de coalición entre la CDU y el SPD convertiría ahora esos intentos en una ruptura de hecho del acuerdo, que sería sancionable.
Según el eurodiputado, el compromiso «no sólo prohíbe la connivencia activa» entre los eurodiputados alemanes de centro-derecha y los grupos de extrema derecha Patriotas por Europa (PfE, en el cual está Vox) y Europa de las Naciones Soberanas (ESN, el grupo de la AfD), que el PPE ha descartado.

Se debilita el «cortafuegos» alemán para aislar a la ultraderecha
Por primera vez en la historia del Parlamento alemán, una propuesta fue aprobada únicamente gracias al apoyo de la ultraderechista AfD.
También prohíbe «presentar mociones que se sabe sólo prosperarán si cuentan con el apoyo de grupos de extrema derecha», aunque no haya habido coordinación, argumenta Repasi.
De este modo se hace frente a la proliferación de bloques de voto descoordinados que unen al centro derecha y a los grupos de extrema derecha, y que han influido en recientes votaciones a favor del PPE: desde la respuesta de la UE a las controvertidas elecciones de Venezuela hasta el impulso a la financiación europea de vallas fronterizas.
Bautizada «mayoría Venezuela», ese tipo de votaciones en bloque se han producido incluso con más frecuencia en los órganos internos del Parlamento Europeo, que se reúnen lejos de la mirada pública.
En la Conferencia de Presidentes, en la cual los líderes de los grupos deciden el orden del día del pleno, la «mayoría Venezuela» se ha convertido en algo «no común, sino más común», comenta una fuente parlamentaria.
¿Eficacia alemana?
Sin embargo, es «cuestionable» que la interpretación amplia que hace el SPD del acuerdo de coalición se pueda imponer en Estrasburgo, según Thu Nguyen, politólogo del Centro Jacques Delors.
«La cuestión principal es si el PPE seguirá votando con la extrema derecha en el futuro, y la coalición en Berlín tiene poca influencia en esto: Manfred Weber, como líder del PPE, tendría que impulsarlo», señala.
En el mejor de los casos, el gobierno alemán podría amenazar con votar en contra de la legislación en el Consejo de la UE si se aprobara por la «mayoría Venezuela», pero no parece probable, comenta.
Ni siquiera los socios alemanes del SPD están de acuerdo con su interpretación.
«El principio consagrado en el acuerdo de coalición (…) está en consonancia con la práctica que defendemos y practicamos en la vida parlamentaria cotidiana», asegura Angelika Niebler, jefa adjunta de la delegación de la CDU en Bruselas.
Después de todo, el PPE no coopera de manera activa ni con el PfE ni con ESN, señala.

Alemania se acerca a un punto de inflexión para la extrema derecha
Por primera vez, un sondeo semanal de la encuestadora INSA sitúa a la AfD empatada en primer lugar con los democristianos de Merz, con un 24% cada uno, un momento decisivo en Alemania, dado su pasado fascista.
«Drama alemán»
Parece cuestión de tiempo que el bloque de centro-derecha ponga a prueba la determinación del SPD a la hora de imponer su posición.
Parece probable que el SPD se limitará a protestar cuando se hable de cooperar con el PPE y el ECR.
No obstante, Repasi trazó una clara línea roja cuando se trate de cooperar con el ECR: «una consolidación de la llamada mayoría venezolana(…) sería un desafío inaceptable para la coalición», argumenta.
En caso de conflicto, los eurodiputados del SPD tendrían la opción de elevar el asunto al comité de coalición en Berlín, en el cual los altos cargos del gobierno deciden sobre cuestiones esenciales.
Sin embargo, también podría haber alguna manera de hacer cambiar de opinión al PPE de manera menos agresiva.
Según Repasi, lo ideal sería que el acuerdo de coalición contra la extrema derecha (el cortafuegos o cordón sanitario) forzara a los partidos a mantener contactos frecuentes siguiendo las directrices de sus respectivos grupos en la Eurocámara, estableciendo de hecho una «coalición euro-alemana» CDU-SPD en Estrasburgo: una novedad en el Parlamento Europeo.
Eso podría ayudar a encontrar sinergias que evitaran que el PPE se viera tentado de moverse hacia los extremos, señala Repasi.
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(Editado por AW/BTS/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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