Roma (Euractiv.it/.es) – El sistema sanitario público italiano depende cada vez más de médicos autónomos, con contratos temporales, pero lo que en un principio se pensó como una solución rápida para llenar lagunas urgentes, ha acabado atrapando al país en una costosa espiral que agrava los mismos problemas que pretendía resolver.
Entre enero y agosto de 2023, el Gobierno gastó 476,4 millones de euros en personal médico autónomo, el doble que el año anterior.
Aunque las cifras parecen estar bajando, el gasto en médicos y enfermeros autónomos alcanzó casi 500 millones de euros en 2024, según la Autoridad Nacional Anticorrupción (ANAC).
Un factor clave de esta tendencia es la importante diferencia salarial entre los trabajadores sanitarios fijos y los autónomos.
Un portavoz del sindicato nacional de enfermeros Nursing Up explicó a Euractiv.it que un enfermero fijo gana cerca de 1.500 euros al mes después de impuestos.
En comparación, una enfermera autónoma puede ganar la misma cantidad anual que una enfermera de plantilla en solo tres meses trabajando turnos regulares de ocho horas sin horas extraordinarias: un círculo lucrativo pero vicioso a medida que los trabajadores sanitarios fijos abandonan sus puestos seguros y peor pagados para hacerse autónomos.
🔵 Il #contratto non è una formalità. Esigiamo rispetto per chi salva il Paese ogni giorno! 💙
Le Regioni sosterranno davvero #infermieri, #ostetriche e #professionistisanitari?
La firma del contratto è un atto di responsabilità, non un passaggio burocratico. pic.twitter.com/3tv3o0sUWt— Nursing Up (@NursingUp1) March 11, 2025
La atención al paciente se resiente
Pero la creciente dependencia del sistema de los trabajadores autónomos también plantea serias dudas sobre la calidad de la atención al paciente.
En 1.525 inspecciones realizadas entre noviembre y diciembre de 2023, la Autoridad Italiana de Salud y Seguridad (Nas) detectó médicos que trabajaban como obstetras sin la formación adecuada en cesáreas, médicos de urgencias sin titulación en medicina de urgencias, personal médico ya empleado en otro lugar que trabajaba en secreto en doble turno, e incluso médicos de más de 70 años que por ley ya no deberían ejercer.
Ante el Parlamento italiano, Nino Cartabellotta, presidente de la Fundación Gimbe, describió la situación como «crisis de personal sanitario sin precedentes»
En su intervención ante los legisladores, señaló que el gasto de Italia en personal hospitalario fijo se redujo en 28.000 millones de euros en los últimos 11 años y se duplicó para el personal médico autónomo en 2023.
Il rilancio della #sanità pubblica passa anche dalla consapevolezza civica dei giovani.
Che devono conoscere diritti e doveri per un uso consapevole del Servizio Sanitario Nazionale
Aiutaci a raggiungere sempre più studenti.
Grazie 🙏https://t.co/rDuRmq47LW#SalviamoSSN pic.twitter.com/uShDxVvDDZ— Nino Cartabellotta (@Cartabellotta) April 4, 2025
El gobierno admite la gravedad de la situación
El Ministro de Sanidad, Orazio Schillaci, admitió la gravedad de la situación, y anunció esta semana que se han aplicado varias medidas destinadas a frenar la tendencia a recurrir a personal médico autónomo.
Entre ellas, restringir la contratación de personal médico autónomo sólo para las verdaderas urgencias, fijar tarifas horarias máximas para los médicos autónomos (85 euros para la atención urgente y 75 euros para otros servicios médicos) y las enfermeras (28 y 25 euros), y exigir al personal autónomo que contrate su propio seguro de responsabilidad profesional.
Schillaci se comprometió también a subir los sueldos del personal sanitario fijo y aumentar la plantilla de los hospitales públicos para que los puestos fijos sean más atractivos y sostenibles.
¿Serán suficientes las medidas?
Pero los más críticos sostienen que las reformas se quedan cortas a la hora de abordar las causas sistémicas de la crisis.
El Presidente de Nursing Up, Antonio De Palma, cree que las últimas directrices suponen un paso adelante, pero advirtió de que aún distan mucho de abordar el núcleo central del problema, y para ello reclamó planes estructurales de contratación.
En su opinión, Italia sigue recurriendo a soluciones temporales para colmar las carencias crónicas de personal sin invertir en una estrategia a largo plazo para reforzar su personal sanitario público.
«Solo en los nueve primeros meses de 2024, más de 20.000 enfermeras renunciaron, y muchas de ellas optaron por el trabajo autónomo», aseguró.
Describió la situación como un «cortocircuito» en el cual los hospitales públicos están contribuyendo activamente a la quiebra del sistema.
«En lugar de valorar a los profesionales que ya tienen, están destrozando el sistema», añadió.
«Cada vez recibimos más informes de hospitales que vuelven a contratar a antiguos empleados de plantilla como autónomos», advierte, al tiempo que señala que esa disparidad está alimentando un ciclo peligroso que es nocivo para todo el sistema sanitario.
«No sólo los profesionales autónomos trabajan sin garantías ni protecciones, sino que los pacientes están expuestos a una atención cada vez más inestable y precaria», concluye.
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[Editado por Fernando Heller/Euractiv.es]
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