¿Se aplicará un «impuesto Zucman» a los superricos en la UE?

París (Euractiv.fr) –  El primer ministro francés, dimisionario, Sébastien Lecornu, ya no está a los mandos, pero el déficit de Francia sigue creciendo, al igual que la controversia en torno al denominado «impuesto Zucman», un gravamen a los ultrarricos.

Al tomar posesión de su cargo el pasado mes de septiembre, Lecornu rechazó la idea de imponer un gravamen del 2% a los multimillonarios.

Ahora, a medida que se acerca la fecha límite para intentar aprobar el controvertido presupuesto de 2026 (con fuertes recortes para reducir el déficit), la idea del economista Gabriel Zucman, de 38 años, está ganando adeptos no sólo en París, sino en toda Europa, y es probable que sobreviva a la próxima crisis política francesa.

«El debate francés sobre una fiscalidad más justa para los más ricos está alimentando también los debates en otros países», afirma Quentin Parrinello, director de políticas públicas del Observatorio Fiscal Europeo, dirigido por Zucman.

Bélgica, por ejemplo, está a punto de dejar atrás su reputación de «paraíso fiscal», y ha anunciado un gravamen del 10% a las plusvalías de activos financieros a partir de enero de 2026.

Mientras tanto, en Alemania, la mayor economía de la UE, el tabú político en torno al impuesto de sucesiones podría romperse pronto si el Tribunal Constitucional falla en contra este otoño.

«En los últimos años (…) hemos asistido a una situación en la cual la riqueza prácticamente ha aumentado por sí sola, sin que hayamos tenido que intervenir», afirmó el presidente del grupo parlamentario de los democristianos (CDU/PPE), Jens Spahn, que abrió el debate con una dura  crítica sobre la desigual distribución de la riqueza en el país.

Por ahora, España es el único país de la UE con un impuesto sobre el patrimonio neto completo, mientras que Francia, Italia, Bélgica y los Países Bajos tienen versiones más limitadas que se centran en activos específicos y no en la riqueza total.

El debate en la UE refleja la frustración ante unos sistemas mal preparados para gravar la riqueza extrema.

Si «los multimillonarios no pagan impuestos es porque nuestros sistemas fiscales modernos, basados en tres tipos de impuestos – sobre la renta, sobre el consumo y sobre sociedades – no permiten gravar adecuadamente a los más ricos», según Parrinello.

«Si eres una persona muy rica, es fácil estructurar tu patrimonio y tus ingresos económicos de modo que no tengas ingresos imponibles», afirma.

¿Qué papel puede desempeñar la UE?

La política fiscal sigue estando bajo control nacional. Eso limita el papel de Bruselas en la lucha contra el fraude, la evasión y la optimización fiscal agresiva.

Según Nicolas Véron, cofundador del «think tank» Bruegel con sede en Bruselas, un impuesto al patrimonio a escala de la UE es «prácticamente imposible» si no se modifican los Tratados. «No hay perspectivas de una fiscalidad europea a las grandes fortunas», afirma.

Sin embargo, algunos en Bruselas quieren reabrir el melón. «El mejor sistema es el que puede desplegarse a nivel supranacional», explica en declaraciones a Euractiv Valérie Hayer, presidenta del grupo liberal Renovar Europa.

«Con la movilidad de capitales en el siglo XXI, el nivel nacional no siempre es el más pertinente», agrega.

Aunque el Parlamento Europeo no tiene competencias en materia fiscal, Hayer se muestra partidaria de la idea de un impuesto a escala europea para los más ricos.

La UE «puede avanzar en cuestiones de distorsión de la competencia para preservar el mercado interior, como es el caso del impuesto mínimo a las multinacionales», afirma Parrinello.

En ese sentido, la UE aprobó una disposición para elevar al 15% el tipo impositivo mínimo sobre los beneficios de las multinacionales a partir de 2024.

El próximo Marco Financiero Plurianual (MFP) también incluye una propuesta de gravamen sobre la renta de las empresas, conocido como CORE.

Sin embargo, Véron se muestra escéptico. «No podemos trasladar sin más el impuesto de sociedades a las personas físicas», afirma.

En última instancia, lo que frena a los países a gravar a los más ricos de forma más agresiva es el miedo a la fuga de capitales. Si la UE avanzara sin coordinación mundial, los ricos podrían simplemente trasladar sus activos al extranjero.

En última instancia, este debate se reduce a si toleramos la evasión fiscal y la competencia fiscal desleal o si decidimos regularlas», comenta Parrinello.

«Creo que es una cuestión de visión política, porque la competencia fiscal desleal no es una ley de la naturaleza, sino una opción política», subraya el experto.

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(Editado por Martina Monti/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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