¿En qué se fundamenta el debate en la UE sobre cómo gestionar los activos congelados de Rusia?

Copenhague (Euractiv.com) – Los países de la Unión Europea (UE) quieren utilizar los fondos congelados a Rusia para apoyar a Ucrania, pero siguen divididos sobre cómo hacerlo, sobre todo en torno a la cuestión de si pueden, o deben, incautarlos en su totalidad.

Aunque la UE y los países del G7 han acordado utilizar los beneficios extraordinarios procedentes de los activos para ayudar al esfuerzo bélico y a las necesidades financieras de Ucrania, Bruselas analiza ahora si los gobiernos estarían dispuestos a llegar a la confiscación y hasta dónde.

Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE debatieron el sábado en Copenhague «otras opciones para el uso de los ingresos procedentes de los activos soberanos rusos inmovilizados», según adelantó Euractiv.

La iniciativa forma parte de un renovado esfuerzo por aumentar la presión sobre Rusia y reforzar la posición de Ucrania en futuras negociaciones de paz.

«El debate sobre la incautación está directamente relacionado con nuestro debate presupuestario: nos enfrentamos a un déficit de financiación de cerca de 60.000 millones de euros para apoyar a Ucrania [a largo plazo]», declaró a Euractiv un funcionario de la UE.

¿Es legal una incautación total?

La mayoría de países de la UE recuerdan que no existe un precedente jurídico claro en el que  el bloque europeo pueda basar sus decisiones al respecto, y han pedido a la Comisión Europea que realice una evaluación.

Desde el punto de vista político, los líderes de la UE asumieron el compromiso vinculante de que «en cumplimiento de la legislación de la UE, los activos de Rusia deben permanecer inmovilizados hasta que Rusia cese su guerra de agresión contra Ucrania y la compense por los daños causados por esta guerra».

Esa decisión es válida hasta que decidan cambiar de postura.

«No podemos imaginar que (…) si hay un alto el fuego o un acuerdo de paz, se devuelvan estos activos a Rusia si no han pagado las reparaciones», comentó este fin de semana en Copenhague la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas.

¿Cuáles son las opciones sobre la mesa?

Además de la incautación total y la utilización de los beneficios extraordinarios según las condiciones actuales, ahora se barajan soluciones para que los activos generen más ingresos.

En ese sentido, se prevé que la Comisión Europea presente varias opciones dentro de dos meses, respaldadas por una evaluación jurídica.

Una de las opciones consistiría en transferir los activos a una «sociedad instrumental» (SPV) gestionada por Bruselas, un nuevo fondo respaldado por varios países de la UE y de fuera de ella.

Esto permitiría inversiones más arriesgadas capaces de generar mayores beneficios para Ucrania.

Trasladar los fondos a un organismo que potencialmente funcionaría sin normas de unanimidad impediría que Hungría, considerada la más propensa a vetar futuras sanciones a Rusia, devolviera los activos a Moscú.

¿Cuál es la posición de los países miembros?

Los partidarios más acérrimos de Kiev -Polonia, los Estados bálticos- quieren que el dinero se incaute directamente y se destine a la reconstrucción.

Bélgica, sede de la cámara de compensación Euroclear, donde se encuentran la mayoría de los activos rusos inmovilizados en Europa, dejó claro que no asumirá sola los riesgos.

Su Gobierno ya ha manifestado anteriormente que estaría dispuesto a considerar la idea de la incautación si otros se comprometen a compartir esa carga. Hasta ahora, eso no ha sucedido.

Por su parte, el ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radosław Sikorski, declaró a la prensa en la reunión de Copenhague que Varsovia está dispuesta a respaldar un plan de seguros, pero admitió que «aún no todo el mundo está preparado».

Alemania, Francia e Italia, pesos pesados de la Eurozona, sostienen que una confiscación total podría dañar la credibilidad jurídica de la UE y sacudir los mercados financieros mundiales.

El ministro italiano de Asuntos Exteriores, António Tajani, advirtió en Copenhague de que el bloque debe «jugar según las reglas».

Alemania ha expresado sus reservas, según varios testimonios de personas cercanas a las conversaciones del sábado, con el argumento de que la atención se debe seguir centrando en la ayuda militar inmediata y prometida, más que en la ingeniería financiera.

«Una cuestión clave será si [los que se oponen a los cambios] también se mantienen en esta postura si llegamos al (punto) de debatir de si son los activos o el dinero de sus contribuyentes lo que habrá que utilizar», bromeó un diplomático de la UE.

Hungría rechazará cualquier movimiento en ese sentido pues ya ha demandado a la UE por canalizar miles de millones de los beneficios extraordinarios para ayuda militar a Ucrania.

¿Quién corre el mayor riesgo?

Está previsto que la Comisión Europea elabore un plan para compartir la responsabilidad, para que las posibles pérdidas se repartan entre los Estados miembros.

La jefa del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, que no ha sido invitada a las conversaciones, se ha manifestado en contra de la confiscación, alegando que podría debilitar la confianza en el euro como moneda de reserva.

«Es crucial explorar todas las vías disponibles minimizando los riesgos potenciales», dijo Kallas este fin de semana, al tiempo que subrayó que «los mercados financieros no reaccionaron cuando congelamos los activos, y los mercados financieros están tranquilos ahora que hemos discutido esto».

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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