Bruselas (Euractiv.com/.es) – La Comisión Europea podría sopesar relajar algunas de las normas digitales del bloque comunitario para no crispar la relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, según ha afirmado, en una entrevista con Euractiv, el presidente de la comisión de comercio internacional del Parlamento Europeo, Bernd Lange.
El eurodiputado alemán del grupo socialista (S&D) advierte de que «existe el riesgo» de que la emblemática Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés) y la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea (UE) -que regulan los contenidos en línea y frenan el abuso del mercado por parte de las principales plataformas tecnológicas- puedan incluso ser suprimidas para apaciguar a Washington, a pesar de que Bruselas ha dicho en varias ocasiones que las normas digitales del bloque europeo no son objeto de negociación.
Los compromisos previos, entre ellos la promesa de Bruselas de rechazar cualquier pacto que mantuviera el arancel básico del 10 % de Trump, fueron abandonados en aras de garantizar el denominado acuerdo «marco» con Estados Unidos.
El reciente acuerdo comercial entre Bruselas y Washington supone que la mayoría de exportadores de la UE soportará un gravamen estadounidense del 15 %, aunque los detalles se siguen negociando.
«Por supuesto, existe el riesgo» de que la UE prescinda de sus leyes digitales, advierte Lange, al tiempo que alude a la «gran diferencia» entre las interpretaciones que se hacen del acuerdo a una y a otra orilla del Atlántico.
En una reciente «hoja informativa» de la Casa Blanca se asegura que ambas partes «quieren abordar las barreras comerciales digitales injustificadas», y se comprometen a «mantener a cero los derechos de aduana a las transmisiones electrónicas» y a garantizar que la UE «no adoptará ni mantendrá tasas por el uso de las redes».
En cambio, el resumen oficial del acuerdo elaborado por la Comisión Europea no hace referencia alguna a la normativa digital de la UE.
Para aumentar la confusión, el Secretario estadounidense de Comercio, Howard Lutnick, declaró la semana pasada a la emisora CNBC que los impuestos a los servicios digitales de la UE y el «ataque» a las empresas tecnológicas estadounidenses siguen «sobre la mesa» de negociación.
Pero el portavoz de Comercio de la Comisión Europea, Olof Gill, ha reiterado que la normativa digital de la UE «no está en absoluto» sobre la mesa.
La DSA, que se focaliza en los contenidos nocivos en línea, ha sido criticada en repetidas ocasiones por funcionarios estadounidenses -incluido el Vicepresidente JD Vance- por supuestamente permitir la «censura digital» y el «silenciamiento» de los rivales políticos de Bruselas.
La DMA, por su parte, ha sido una herramienta clave en las investigaciones y multas antimonopolio de la Comisión Europea contra varios gigantes tecnológicos estadounidenses, entre ellos Google, Apple y Meta, lo cual ha provocado una dura reacción de Trump y de los CEO de las principales empresas de Silicon Valley.
Un déficit muy discutible
En ese sentido, Lange asegura que los temores de que la Comisión Europea abandone sus leyes digitales parecen sustentarse en la supuesta «capitulación» que hizo Bruselas ante Estados Unidos en la disputa sobre el tamaño del superávit comercial de la UE con el país norteamericano.
Antes del acuerdo anunciado en Turnberry, Escocia, el Comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, aseguró en repetidas ocasiones que el superávit comercial de la UE con Estados Unidos, por 200.000 millones de euros en bienes, está «casi compensado» por su déficit de 150.000 millones de euros en servicios.
El alto funcionario de Bruselas prometió también «resolver» el «problema» aumentando las importaciones de energía y alimentos de la UE en 50.000 millones de euros anuales.
Sin embargo, en virtud del reciente acuerdo, la UE se comprometió a comprar energía estadounidense por valor de 250.000 millones de dólares anuales durante los tres años restantes de la presidencia de Trump, respaldando así el argumento de Washington de que solo el comercio de bienes, pero no el de servicios, es económicamente relevante para la negociación.
«Maroš dijo: ‘Tenemos que combinar también el comercio de bienes y servicios, entonces el déficit comercial se queda pequeño, de tan sólo 50.000 millones de euros'», asegura Lange.
«Entonces [la presidenta de la Comisión Europea] Ursula [von der Leyen] dijo: ‘Ah, sí, hay un déficit comercial por parte de Estados Unidos, y tenemos que reequilibrarlo’. Así que en esa conversación con el presidente Trump, ella asumió el argumento de Trump», agrega Lange.
Por otro lado, Lange critica a Bruselas, responsable de la política comercial del bloque, por haber esquivado al Parlamento Europeo, la única institución comunitaria elegida por sufragio universal, durante las negociaciones con Trump.
«Tuvimos algunas conversaciones [con funcionarios de la Comisión], pero está claro que no se tuvo en cuenta la opinión del Parlamento», lamenta Lange.
En su opinión, es «realmente inaceptable» que von der Leyen (CDU/PPE), haya centralizado tanto poder de decisión en «la decimotercera planta del Berlaymont (el edificio sede de la Comisión Europea en Bruselas)».
«Estados Unidos tiene intereses específicos (…) confío en que la Comisión [no] se rinda – pero está en manos de Ursula», concluye.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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