Bayrou presenta el martes un plan de austeridad para 2026 abocado al fracaso, que podría tumbar al gobierno

París (Euractiv.fr/.es) – El primer ministro francés, François Bayrou, desvelará mañana,  martes, un plan de austeridad de 40.000 millones de euros para 2026, que previsiblemente será rechazado por todos los partidos de la oposición, lo cual podría desencadenar la caída del gobierno, cuando la Asamblea Nacional vote la propuesta en otoño.

A las 16.00 horas del martes, Bayrou presentará sus primeras orientaciones presupuestarias para 2026. Durante semanas, los ministros del Gobierno se han turnado para enfrentarse a los medios de comunicación y preparar el terreno, ante lo que han calificado de «estado catastrófico» de las finanzas públicas, lo cual impulsa la necesidad urgente de frenar el gasto público.

Según las cifras publicadas el 26 de junio por el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE), la deuda pública aumentó en 40.500 millones de euros extra en los tres primeros meses del año, hasta alcanzat 3.345.800 millones de euros al final del primer trimestre, lo que equivale al 114% del Producto Interior Bruto (PIB).

Para reducir el déficit del 5,4% del PIB este año al 4,6% el próximo -y situarse dentro del límite de las reglas de la UE del 3% en 2029-, Bayrou propondrá un ajuste de 40.000 millones de euros en el presupuesto de 2026.

Sin «fuerte subidas de impuestos», la medida implicará necesariamente una reducción del gasto público.

Entre las medidas previstas figuran la reforma del seguro de desempleo y la reducción generalizada de los presupuestos ministeriales.

Al mismo tiempo, se ha anunciado un aumento de los gastos de defensa, un incremento del coste del servicio de la deuda y un aumento de la contribución de Francia al presupuesto de la Unión Europea (UE).

El Gobierno cuenta también con un «año de congelación», en el que las prestaciones sociales -incluidos el seguro de desempleo y las pensiones- se mantendrán en los niveles de 2025, a pesar de una inflación prevista del 1,6% en 2026.

Esa «congelación» podría ahorrar cerca de 5.000 millones de euros.

En un esfuerzo por recabar apoyos, Bayrou se reunió la semana pasada con representantes de los grupos políticos de la Asamblea Nacional. Pero sabe que camina por la cuerda floja.

Aunque casi todos los partidos admiten la magnitud del reto financiero, no hay consenso sobre cómo abordarlo.

Una guerra de trincheras en ciernes

El enfoque económico basado en la propuesta defendida por Bayrou -y por todos los primeros ministros de Emmanuel Macron antes que él- es objeto de duras críticas por parte de los partidos de izquierda, que centran sus dardos en las exenciones fiscales concedidas a las empresas.

«Desde 2017, el gasto público ha caído en relación con el PIB, por lo que no es el gasto lo que ha empeorado el déficit: son los recortes fiscales», explica a Euractiv el diputado Éric Coquerel (LFI), que preside la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional.

«La guerra comercial lanzada por Donald Trump exige en cambio inversiones masivas en la industria, como van a hacer los alemanes», añade Coquerel.

El experto teme un «desacoplamiento» de la economía francesa y una «explosión» de las desigualdades.

En ese sentido, está previsto que la formación de izquierda radical Francia Insumisa (LFI) rechace en otoño el proyecto de presupuesto, lo cual no dejará otra opción al gobierno que intentar, una vez más, negociar con los socialistas.

Precisamente, los socialistas aceptaron no votar en contra del presupuesto de 2025 a cambio de reabrir el expediente de la reforma de las pensiones.

Pero el fracaso de las negociaciones entre sindicatos y patronal ha colocado al gobierno de Bayrou en la cuerda floja mientras los socialistas piensan endurecer su postura.

En ese sentido, el senador socialista Patrick Kanner ha abogado por una mayor presión fiscal a las rentas más altas.

«Si el esfuerzo que se exige a los más ricos es un impuesto menor que recaude entre 1.000 y 1.500 millones de euros, no será aceptable», ha advertido.

Por su parte, el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (Rassemblement National/RN/Patriotas por Europa) ha criticado la falta de «ahorro estructural».

«Proponer un ‘año de congelación’ es como decir ‘no hago nada, pero es menos malo que hacer algo'», comenta a Euractiv el diputado de RN Philippe Lottiaux.

RN es partidaria de «reducir el coste de la inmigración» vinculando las prestaciones sociales a «criterios de nacionalidad y empleo».

Además, el partido pide renegociar la contribución de Francia al presupuesto de la UE, que pasará de 23.800 millones de euros en 2025 a 29.200 millones en 2026.

Dudas sobre el futuro de Bayrou en el gobierno

Agrupación Nacional ha advertido de que no dudará en derrocar al Gobierno este otoño si insiste en sacar adelante un presupuesto que «socava el poder adquisitivo de los franceses».

Al igual que ocurrió con la caída del Gobierno de Michel Barnier el pasado diciembre, a la extrema derecha se le podrían unir todos los partidos de izquierda.

«La situación presupuestaria es preocupante, pero la inestabilidad política lo es aún más, ya que impide cualquier planificación a largo plazo de medidas de ahorro», explica a Euractiv Mathieu Plane, director adjunto del Observatorio Económico Francés (OFCE).

Eso es especialmente preocupante si se tiene en cuenta que un presupuesto a largo plazo es crucial para mantener la confianza de los mercados, añade el experto.

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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