Bruselas (Euractiv.it/.es) – El ministro italiano de Agricultura, Francesco Lollobrigida, ha dado su respaldo a un plan para fabricar bresaola italiana con carne de vacuno estadounidense y enviarla a Estados Unidos, una propuesta que ha acaparado titulares pero que parece infringir las normas comerciales de la Unión Europea (UE).
El protagonista de esta historia es la bresaola, un preciado embutido italiano elaborado con carne de vacuno salada y secada al aire, que goza del estatus de Indicación Geográfica Protegida (IGP) en la UE.
Alrededor del 90% de la carne de vacuno utilizada actualmente en la producción de esta famosa especialidad italiana procede de Sudamérica -principalmente ganado cebú de Brasil y Uruguay-, elegido por su calidad y fiabilidad de suministro.
En el contexto de los choques comerciales entre Europa y Estados Unidos, la oposición casi general de los agricultores de la UE al acuerdo con Mercosur y la presión de Washington para que el bloque europeo reduzca su superávit comercial, Lollobrigida lanzó una idea que rápidamente se hizo viral.
«Si Estados Unidos nos da carne para hacer bresaola, podemos reexportarla. Es un acuerdo vinculante que nos permite importar más carne de Estados Unidos», comentó el ministro a principios de semana.
La sugerencia suscitó una mezcla de confusión y burla, lo que llevó a Lollobrigida a aclarar después que la propuesta no partió de él personalmente, sino que le fue comunicada por las partes interesadas del sector.
«Sólo la transmito», declaró a los medios italianos.
Contrario a las normas de la UE
Pero hay un problema. Los juristas advierten de que esta medida puede ser incompatible con la legislación de la UE.
Mariagrazia Alabrese, catedrática de Derecho Agroalimentario de la Escuela de Estudios Avanzados Sant’Anna de Pisa, explica a Euractiv que Italia no puede firmar unilateralmente un acuerdo de este tipo con Estados Unidos.
Según los Tratados de la UE, la política comercial es competencia exclusiva de la Comisión Europea.
«Si los 27 Estados miembro de la UE empezaran a firmar acuerdos individuales, la idea de un mercado único se vendría abajo», aseguró.
Según los acuerdos comerciales en vigor, sólo la carne procedente de países e instalaciones autorizados que cumplan las normas de la UE -por ejemplo, en materia de hormonas y tratamientos, entre ellos el lavado con cloro- se pueden utilizar en la producción de alimentos en el bloque europeo, aunque el producto se destine exclusivamente a la exportación.
«La UE no puede importar ese tipo de carne de vacuno de Estados Unidos.», asegura, al tiempo que agrega que un acuerdo bilateral UE-EE.UU. tendría que cumplir toda la legislación comunitaria vigente en materia de seguridad alimentaria.
Sin embargo, para Davide Calderone, director de la asociación italiana de procesadores de carne ASSICA, la sugerencia de Lollobrigida no es nada nuevo, y es factible.
«Si importamos la carne en condiciones de reexportación, habría que establecer un procedimiento específico -aprobado a nivel de la UE- para garantizar que nada de eso entra en el mercado interior», comenta.
En ese sentido, el experto asegura que usar carne de vacuno estadounidense es un signo de «apertura» en un momento de complejas negociaciones sobre los aranceles a ambos lados del Atlántico.
«También podría beneficiar a los productores estadounidenses al darles acceso al mercado italiano», concluye.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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