Bruselas (Euractiv.com/.es) – Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) no lograron en el Consejo europeo de Bruselas, que se cerró en torno a las 03.00 de la madrugada de este viernes, acordar un plan de préstamo por 210.000 millones de euros para Ucrania en base a los activos rusos inmovilizados en Europa: una clara victoria para el primer ministro belga, Bart De Wever, cuyo país alberga la mayor parte de esos activos, quien desde que Bruselas puso esa propuesta sobre la mesa la rechazó, y exigió múltiples garantías.
Alrededor de las 3:00 de la madrugada de este viernes, el presidente del Consejo Europeo, António Costa , informó de que los líderes de los 27 socios comunitarios acordaron un préstamo de 90.000 millones de euros -a cargo del futuro presupuesto plurianual del bloque- para cubrir las necesidades a corto plazo de Kiev, hasta 2027, y que seguirán estudiando la posibilidad de aprobar el denominado «préstamo de reparaciones», que se topó desde el primer momento con el rechazo de Bélgica.
Tras la cumbre de Bruselas, cuya duración estaba prevista incluso hasta el sábado debido a la complejidad de los temas sobre la mesa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que Ucrania sólo devolverá el préstamo -con cargo al presupuesto de la UE- una vez que Kiev garantice esas «reparaciones».
Sin embargo, el resultado del Consejo de Bruselas, el último del año bajo la presidencia semestral danesa, es un duro revés para los partidarios de la innovadora propuesta de financiación en base a los activos rusos inmovilizados.
Entre los defensores de esa fórmula, además de Von der Leyen), estaba el canciller alemán Friedrich Merz (CDU/PPE). Ambos políticos conservadores alemanes llevaron a cabo en los últimos meses un gran esfuerzo para intentar convencer a los líderes europeos de que esa era, supuestamente, la única forma viable de aumentar la presión sobre Moscú.
Von der Leyen informó esta madrugada de que la futura financiación para Ucrania más allá de 2027 se consideraría en el contexto del debate sobre el próximo presupuesto a largo plazo del bloque, el Marco Financiero Plurianual (MFP, para el período 2028-2034).
Ante la posibilidad de que la cumbre se prolongara hasta el fin de semana, los jefes de Estado y de Gobierno se encerraron en una sala sin teléfonos móviles con el objetivo de intentar convencer a De Wever. El primer ministro belga exigió un reparto ilimitado del riesgo financiero entre los socios del bloque, lo cual provocó fuertes objeciones de otros países.
Sin embargo, tras más de cuatro horas de complejas negociaciones, quedó patente que no sería posible aprobar el préstamo de 210.000 millones de euros para reparaciones.
Ante ese fracaso, los líderes europeos tuvieron que aprobar un plan alternativo para evitar el colapso de la economía ucraniana durante los próximos dos años, endeudándose con cargo al MFP, para conceder un préstamo a Kiev.
El borrador de las conclusiones de la cumbre, visto por Euractiv, compromete a los líderes a seguir examinando los «aspectos técnicos y jurídicos» del préstamo de reparaciones, pero en realidad está políticamente muerto.
«Está claro que los préstamos de reparación requerirán más trabajo, ya que los líderes necesitan más tiempo para estudiar los detalles», dijo un segundo funcionario de la UE.
Capital político gastado
Al llegar a la cumbre, Merz describió el préstamo de reparaciones como «la única opción» para financiar a Ucrania. Tras la cumbre de octubre, en la que De Wever también planteó sus dudas, von der Leyen se negó a considerar otras alternativas.
Los líderes tuvieron que buscar un plan alternativo en las primeras horas del viernes.
«¿Cuál es el mensaje a Rusia?», se preguntaba un alto funcionario de la UE al término de las conversaciones. «Hablamos mucho para nada»
El fracaso de la propuesta representa una notable victoria política para De Wever, que ha advertido repetidamente de que el plan podría exponer a Bélgica -y a toda la zona del euro- a riesgos económicos y jurídicos inaceptables.
El húngaro Viktor Orbán, el checo Andrej Babiš y el eslovaco Robert Fico también pueden cantar victoria. Los tres son fervientes partidarios del presidente estadounidense Donald Trump -que tiene sus propios designios sobre los activos rusos en Europa- y escépticos respecto a una mayor ayuda militar a Ucrania.
El borrador de conclusiones establece que cualquier movilización del presupuesto de la UE como garantía del préstamo alternativo «no tendrá impacto en las obligaciones financieras de la República Checa, Hungría y Eslovaquia.»
El texto también prevé proporcionar a Kiev una financiación de hasta 90.000 millones de euros en 2026 y 2027, aunque este pasaje sigue entre corchetes, lo que indica que aún no ha obtenido el respaldo unánime.
En un post en X a la 1:40 a.m., un sonriente Babiš dijo que las conclusiones «más o menos se ajustan, así que crucen los dedos por mí para que salga bien»
Kjeld Neubert y Aurélie Pugnet contribuyeron a este reportaje.
ACTUALIZACIÓN: Este reportaje se ha actualizado con información del acuerdo y comentarios de la rueda de prensa.
(jp, cz)
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