Paris (Euractiv.com/.es) – Todo indica que, a última hora de este lunes, François Bayrou dejará de ser Primer Ministro de Francia.
Su táctica, anunciada a finales del mes pasado, de someterse a un voto de confianza parlamentario este lunes tenía por objeto intentar forzar la aprobación del presupuesto de 2026. Sin embargo, la formación ultra Agrupación Nacional (RN) y el Partido Socialista (PS) no han tardado en confirmar su intención de derrocar al centrista.
Con el destino de Bayrou sellado, el presidente Emmanuel Macron se enfrenta ahora a opciones poco atractivas sobre qué hacer.
Apostar por el «Bloque Central» (Probabilidad: 6/10)
Suponiendo que Bayrou caiga, es probable que el primer movimiento de Macron sea nombrar un nuevo primer ministro. Cuanto antes mejor, ya que las manifestaciones y huelgas contra la política de austeridad comenzarán esta semana, el miércoles 10 de septiembre.
Macron podría apostar de nuevo por uno de sus leales -los ministros Sébastien Lecornu (Defensa), Gérald Darmanin (Justicia) o Catherine Vautrin (Trabajo)-, aunque todos podrían ser rechazados por una dividida Asamblea Nacional.
Tras haber concedido una tregua a Bayrou durante la votación del presupuesto de 2025, los portavoces del PS afirman que el partido no tiene intención de perdonar a una versión renovada del anterior gobierno, ni de participar en ninguna «coalición de unidad republicana».
Mientras tanto, la líder de RN, Marine Le Pen, ha pedido una disolución «ultrarrápida» de la Asamblea y parece decidida a forzar nuevas elecciones.
Las posibilidades de supervivencia de un gobierno que vuelva a apoyarse en el «bloque central» parecen limitadas, ya que sólo puede reunir 210 diputados (91 del movimiento Ensemble de Macron, 49 de Los Republicanos, 36 de MoDem y 34 de Horizontes) de los 577 de la Asamblea.
La opción socialista (Probabilidad: 4/10)
Macron podría tender la mano a la izquierda. El PS dice estar «dispuesto a gobernar», pero sin la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon, La Francia Insumisa (LFI), con quien las relaciones se han enfriado en los últimos meses.
No está claro si LFI bloquearía un gobierno liderado por los socialistas.
Combinando los diputados del PS con los de otras fuerzas de izquierda -menos LFI-, el nuevo Ejecutivo sólo reuniría 121 escaños. Para sobrevivir, tendría que contar con el apoyo (o la no obstrucción) del resto de partidos del Parlamento.
«Queremos cambiar cómo se ejerce el poder en Francia y abrir debates con otros grupos de la Asamblea», explica el eurodiputado socialista Christophe Clergeau.
Los socialistas quieren negociar un plan de ahorro de 22.000 millones de euros para 2026 y que se apruebe sin recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar una ley sin votación.
El ultraderechista Laurent Wauquiez declaró la semana pasada que sus diputados, de Los Republicanos (LR), no «censurarían a un Gobierno socialista», para preservar la «estabilidad» del país.
Un gobierno tecnocrático (Probabilidad: 2/10)
Para salir de la crisis política y tranquilizar a los acreedores franceses, Macron podría optar por nombrar a un primer ministro alejado de la contienda política francesa. La idea sería formar un gobierno tecnocrático encargado de gestionar los asuntos cotidianos.
Según un sondeo reciente, una ligera mayoría de ciudadanos franceses podría apoyarlo.
La idea se planteó en el verano de 2024, durante las largas semanas de reflexión que se permitió el presidente antes de nombrar al derechista Michel Barnier.
En los últimos días han circulado los nombres de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y del ex comisario europeo Thierry Breton, aunque ambos están fuertemente asociados a la derecha. Sin duda se podría encontrar otro candidato.
En Italia, el gobierno de «unidad nacional» creado hace unos años por Mario Draghi duró poco menos de dos años, pero allanó sobre todo el camino para la llegada al poder de la primera ministra de derechas Giorgia Meloni.
No cabe duda de que Le Pen recordaría ese precedente si Macron siguiera este camino.
Impulsar el RN (0,5/10)
La opción de nombrar a un primer ministro de extrema derecha es muy improbable, y nadie cree seriamente que Macron se arriesgaría a fortalecer a RN (Patriotas por Europa/PfE), pero la duda persiste. Es el partido más grande de la Asamblea Nacional.
Incluso si el presidente de RN, Jordan Bardella, aceptara el cargo, e incluso si consiguiera negociar una alianza con los 49 diputados de LR, sería bloqueado por el resto de partidos de la Asamblea.
Sin embargo, este breve paso por el poder bastaría para sentar un precedente histórico. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, la extrema derecha habría llegado a la cúpula del Estado.
Disolución de la Asamblea (Probabilidad: 1/10)
Macron no tiene intención de volver a disolver la Asamblea Nacional, como hizo el año pasado tras la contundente victoria de la extrema derecha en las elecciones europeas. Pero si el próximo gobierno cae y la crisis política se prolonga, puede que no tenga elección.
En cualquier caso, todas las fuerzas políticas del país se toman en serio la perspectiva de nuevas elecciones. El 1 de septiembre, el RN reunió a su comité de campaña, y el partido de extrema derecha está acelerando la selección de sus futuros candidatos.
Según un sondeo reciente, RN ocuparía el primer lugar en intención de voto si se celebraran nuevas elecciones legislativas, con un 31% de los sufragios.
La alianza de izquierdas obtendría el 23,5%, por delante del movimiento Ensemble (juntos) de Macron (14%) y Los Republicanos (10,5%).
«Unas nuevas elecciones no harían más que confirmar la división de la Asamblea Nacional y prolongar la inestabilidad política», asegura el senador centrista Hervé Marseille. «Todos se volverán de nuevo hacia el Presidente. Para mí, disolución significa dimisión», agrega.
Dimitir (Probabilidad: 1/10)
Macron siempre ha descartado esta posibilidad, pero a ojos de la opinión pública aparece como el principal responsable de la crisis política que sacude al país. Dos tercios de los ciudadanos franceses dicen que apoyarían la salida del presidente.
El líder de LFI, Jean-Luc Mélenchon, lleva meses pidiendo la dimisión de Macron. Y algunas voces de dentro de los partidos de la coalición gobernante -sobre todo entre los Republicanos- se han unido ahora al llamamiento.
Sin embargo, una dimisión de Macron parece muy improbable, ya que afectaría indeleblemente su legado. Si, a pesar de todo, eligiera esta opción, también arrojaría dudas sobre el futuro de la Quinta República de Francia – concebida por Charles de Gaulle con un presidente hombre fuerte a la cabeza. Pero aún no hemos llegado a ese punto.
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(Editado por Vince Chadwick//Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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