Bruselas (Euractiv.com/.es) – Ciudades de todo el mundo se están postulando o han sido propuestas como anfitrionas de una posible cumbre entre Donald Trump, Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, pero serios obstáculos, incluida la orden de detención internacional contra el líder ruso, complican las cosas.
Tras la reunión bilateral entre Trump y Putin, y la reunión de un grupo de líderes europeos celebrada el lunes pasado en Washington, el escenario parece preparado para una cumbre a tres bandas.
Entre las posibles sedes figuran Budapest, Ginebra, Viena, Roma, Estambul, Doha e incluso Moscú.
Pero las serias dudas sobre si una cumbre con Putin y el presidente ucraniano será realmente el resultado de los últimos esfuerzos de mediación de Trump eclipsarán cualquier acuerdo.
Según Michael Benhamou, director del centro de estudios de defensa OPEWI, Budapest parece ser la principal candidata.
Como Hungría no es miembro de la Corte Penal Internacional (CPI), Budapest no tendría ninguna obligación legal de detener a Putin, según Benhamou. Y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, probablemente recibiría tanto a Putin como a Trump con los brazos abiertos.
El factor Trump
Para cualquier cumbre potencial, la elección del lugar no dependerá sólo de la logística, sino también de la óptica y de la estrategia política de Trump.
«Se trata de un ejercicio de comunicación para ganar puntos antes de las elecciones legislativas. Si dependiera de él, lo haría en uno de sus campos de golf en Escocia», afirma Benhamou.
Según el experto, Trump se beneficiaría de las sesiones fotográficas y de la teatralidad política, ya que «Orbán extendería la alfombra roja».
Por otro lado, Ginebra y Viena no encajarían con los valores de Trump. «Es multilateral, llena de diplomáticos, no es lo que pretende MAGA (hacer grande a América otra vez)», asegura.
Roma tiene más potencial, con imágenes simbólicas religiosas e imperiales que podrían atraer a los conservadores estadounidenses. Pero la pertenencia de Italia a la CPI complica las cosas, y las protestas masivas también podrían recibir tanto a Trump como a Putin.
Complicaciones de la CPI
Según los expertos, la orden de detención de la CPI contra Putin es el mayor obstáculo logístico a la hora de elegir un posible lugar para las conversaciones de paz.
Tanto Suiza como Austria han sugerido conceder inmunidad a Putin durante las conversaciones de paz, pero sería inevitable que se produjeran acalorados debates internos sobre las obligaciones derivadas del derecho internacional.
«Si la paz tiene éxito, la gente lo ignorará. Pero si fracasa, el hecho de que se hayan infringido las normas se utilizará políticamente», advierte Lars Bangert Struwe, ex secretario general del Consejo Atlántico Danés y experimentado diplomático.
¿Trilateral o bilateral?
Trump ha sugerido retirarse de la mediación directa en las conversaciones. En una entrevista con el locutor de radio estadounidense Mark Levin, el republicano ha dicho que quiere primero una reunión entre Zelenski y Putin.
«Solo quiero ver qué ocurre en la reunión», comentó Trump en esa entrevista.
Pero Struwe recomienda involucrar a otras personas en la primera reunión entre Zelenski y Putin. «Las cosas se descarrilarán rápidamente si se deja a los dos a su aire», afirma.
¿Más al Este?
La mayoría de expertos descarta celebrar conversaciones en Moscú debido a los evidentes riesgos de seguridad para Zelenski.
Doha, por su parte, es un lugar neutral para ambas partes, pero puede tener poco valor político para Trump.
«Trump ya tiene lo que quiere del Golfo», señala Benhamou.
Estambul puede ser una ubicación más plausible, pero su imagen hostil con algunos en el mundo MAGA puede bloquear sus posibilidades. La decisión de Turquía durante el primer mandato de Trump de comprar sistemas de defensa antiaérea rusos dañó los lazos militares, incluida la expulsión del país del programa de aviones de combate F-35.
¿Es posible?
Tanto Struwe como Benhamou coinciden en que la cuestión más importante no es dónde celebrar una cumbre, sino si puede tener lugar, al menos el año que viene.
«Hay pocos indicios de que Putin esté realmente interesado en la paz en estos momentos», afirma Struwe.
«No puede haber negociaciones serias hasta que no haya paridad en el campo de batalla (…) eso requeriría tropas europeas sobre el terreno y apoyo aéreo estadounidense. De lo contrario, Putin no tiene ningún incentivo», subraya.
En ese sentido, señala el riesgo de colapso del ejército ucraniano en 2026 si no se materializa el refuerzo europeo.
«La prioridad no es crear la paz ahora, sino crear la voluntad rusa de negociar la paz más adelante», afirma
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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