Londres sigue a la espera de conocer las condiciones de la UE para participar en el programa de defensa SAFE

Bruselas (Euractiv.com/.es) – El primer ministro británico, Keir Starmer, sigue a la espera de que la Unión Europea (UE) especifique las condiciones oficiales para que Londres pueda acogerse a los préstamos del programa europeo de defensa SAFE, algo que Reino Unido está deseoso de hacer.

A pesar de las señales optimistas mostradas por Bruselas la pasada primavera, las negociaciones con Londres para participar en el programa, dotado con 150.000 millones de euros, denominado oficialmente Plan de Acción de Seguridad para Europa (SAFE, por sus siglas en inglés) aún no han comenzado.

Al tiempo que gran parte de los socios del bloque comunitario han presentado esta semana  sus planes de gasto, y quienes aún no lo han concretado deben hacerlo antes de noviembre, se agota el tiempo para alcanzar un acuerdo entre Bruselas y Londres que garantice que las empresas británicas del sector no queden excluidas.

El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, se mostró en mayo optimista sobre la participación de su país en el programa, y vaticinó que en pocas semanas se podría alcanzar un acuerdo que permitiera a los contratistas británicos adherirse a SAFE.

Pero de momento, finalizado el mes de julio, no parece que Reino Unido vaya a recibir una propuesta oficial de Bruselas hasta dentro de al menos un mes, lo cual reduce el margen de Londres para negociar condiciones más favorables para su potente industria de defensa.

Los Estados miembros de la UE deben presentar sus listas de licitaciones antes del 30 de noviembre, y si Londres quiere que se tenga en cuenta a sus empresas, debe ajustarse a ese plazo.

Por otro lado, el camino de Reino Unido no es sencillo. Los socios de la UE quieren negociar un acuerdo que contemple un «equilibrio justo», según se recoge en el texto oficial de SAFE, entre la contribución de Reino Unido, tanto financiera como industrial, con lo que puede ganar Londres con el programa.

En ese sentido, la Comisión Europea y los Estados miembros han dejado abierta a la interpretación el significado concreto de ese «equilibrio», según explicaron a Euractiv tres fuentes diplomáticas comunitarias.

Definir una hoja de ruta para Londres

Desde la firma la pasada primavera de una Asociación para la Seguridad y la Defensa con la UE, Reino Unido puede participar en los contratos de SAFE. Sin embargo, las empresas británicas no pueden superar el 35% del valor total de un proyecto.

Por ello, un acuerdo complementario a ese pacto tendría que definir tanto los criterios precisos de elegibilidad de las empresas británicas y sus proveedores, como la escala de la contribución financiera de Londres al fondo de 150.000 millones de euros, dos cuestiones políticamente delicadas.

En ese sentido, Francia ha redoblado la presión para limitar el acceso de Londres a los fondos SAFE. París sostiene que los programas de defensa de la UE deben beneficiar principalmente a las empresas establecidas en el bloque comunitario.

Por su parte, Alemania y Países Bajos, entre otros socios, tienen una opinión diferente: según un diplomático de la UE consultado por Euractiv, Berlín y La Haya consideran que comprar a empresas británicas es «beneficioso para todos».

Grandes pesos pesados de la industria europea de defensa como la alemana Rheinmetall poseen importantes instalaciones en Reino Unido.

Por otro lado, según otra fuente de la UE, se prevé que el método de la Comisión Europea para calcular la contribución financiera de Reino Unido sea «complejo». No existe, como tal, una «plantilla para calcular la factura» (la aportación), explica a Euractiv un funcionario de Bruselas.

En un documento interno de la Comisión Europea al cual ha tenido acceso Euractiv, Bruselas se compromete a mantener informados a los países durante las conversaciones, y se especifica el grado de influencia que tendrán los Estados miembros en las negociaciones.

Situar al Consejo (jefes de Estado y de Gobierno) en el centro del proceso da a los gobiernos de los miembros de la UE el margen suficiente para tratar de forma diferente a terceros países, entre ellos Reino Unido, Canadá o Turquía, según sugirió el funcionario de la UE consultado por Euractiv.

Plazos ajustados, múltiples obstáculos

Según ese documento interno de Bruselas, a finales del pasado mes de julio Reino Unido aún tenía que superar varios obstáculos. El reto más inmediato es conseguir la aprobación de los 27 Estados miembros de la UE, no sólo una vez, sino varias.

Una mayoría cualificada es técnicamente suficiente para que la Comisión inicie las negociaciones en base a un mandato oficial.

Pero en la práctica, los expedientes de la industria de defensa casi siempre se aprueban por consenso, debido a que son políticamente delicados.

También intervendrá el Parlamento Europeo, que tendrá que dar su visto bueno al acuerdo final antes de que vuelva al Consejo, donde probablemente será necesario otro voto por unanimidad.

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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