Bruselas (Euractiv.com/.es) – El exComisario europeo de Empleo y Derechos Sociales Nicolas Schmit asegura que la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, negoció en nombre de la Unión Europea (UE) el reciente acuerdo comercial con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, «desde una posición de debilidad», un acto de «sumisión» que perjudicó enormemente los intereses del bloque comunitario.
«El poder geopolítico no es sólo una cuestión de buena comunicación; se trata de ser duro», asegura Schmit, que ostentó el cargo hasta noviembre de 2024, en una entrevista a Euractiv en Bruselas.
El pasado verano, el exComisario encabezó la campaña de su grupo, los socialistas y demócratas (S&D), el segundo grupo más fuerte en Estrasburgo, para intentar ser presidente de la Comisión Europea, una carrera que perdió ante Von der Leyen (CDU/PPE).
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¿Cuál fue su primera reacción tras el acuerdo comercial que Von der Leyen firmó con Donald Trump el pasado 27 de julio?
Una especie de tristeza. Esa no es la Europa que me gustaría ver. No soy un admirador del expresidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, pero cuando fue a Estados Unidos para hablar de comercio con Trump, al menos dio la impresión de que se trataba de una negociación entre más o menos iguales.
En realidad fue una sumisión, ir a un campo de golf propiedad de Trump en el Reino Unido, el país del Brexit, para llegar a un acuerdo que, en realidad, no fue tal. Para la posición geopolítica de Europa, es un muy mal augurio. Su forma y contenido fueron un desastre, en cierto modo. Putin ha visto ese supuesto acuerdo, y sacará la conclusión de que Europa es débil.
¿De quién es la culpa? ¿Es culpa de la forma en que negoció la Comisión Europea? ¿Es culpa de los países miembros por frenar a Bruselas?
Yo no diría que toda la culpa es de Von der Leyen, pero tengo que decir que no estuvo a la altura. Se enfrentaba al mayor problema de Europa: la división. Cada uno tiene sus pequeños problemas, ya sean los coches alemanes, los vinos y brandies franceses, los cosméticos italianos o la moda. Eso supone que Europa siempre está luchando con un solo brazo.
El poder geopolítico no es sólo una cuestión de buena comunicación; se trata de ser duro. Los intereses nacionales no siempre coinciden, pero si uno es presidente de la Comisión, debe intentar articularlo.
No se trata sólo de pronunciar bonitos discursos sobre la «Comisión geopolítica», sino de demostrar que se puede gestionar en circunstancias difíciles. El poder vertical y la centralización de la Comisión no son prueba de fortaleza, sino de debilidad.
¿Por qué cree que la UE no tomó represalias?
No puedes anunciar que tienes todas esas medidas de represalia listas, sólo para que desaparezcan. La Comisión debería haber señalado a Trump que hay un excedente de servicios. Supongo que Estados Unidos no quería oírlo, pero ese es su problema. Si negocias desde una posición de debilidad, solo puedes perder.
Creemos que seguimos viviendo en el mundo anterior (a Trump). Von der Leyen sigue creyendo en la relación transatlántica y piensa que, aunque tengamos algunas dificultades, en el fondo seguimos siendo aliados. Pero Trump no piensa así.
Para él, Europa no es un aliado; es un competidor. Como él ha dicho, se creó en contra de los intereses de Estados Unidos. Yo también soy transatlántico, pero si la otra parte ya no quiere bailar el tango, estás solo. Si te comprometes con alguien que quiere romper todos los tabúes en su forma de negociar, estás perdido. Europa es demasiado amable.
Su antiguo compañero Josep Borrell ha acusado a los dirigentes de la UE de complicidad en los crímenes de guerra israelíes en Gaza. ¿Está de acuerdo?
No es complicidad, es sólo debilidad. Hay divisiones en la UE, obviamente, y Borrell debe conocerlas mejor que yo. Mi mayor frustración es que no tuvimos -o muy raramente tuvimos- debates políticos, cuando yo estaba en el colegio de comisarios dirigido por Von der Leyen. Tendríamos que haber debatido la relación con Israel.
Sabíamos cuál era la posición de Borrell, conocíamos la posición de Von der Leyen como alemana -que es especial y que entiendo-, pero no tuvimos un verdadero debate estratégico sobre Oriente Medio. Eso se debe a que Von der Leyen está alineada con la posición alemana y, en gran medida, con la posición de (el ex presidente estadounidense Joe) Biden. Si no puedes marcar una postura (…) de manera colectiva, como Comisión, sólo puedes salir del paso y limitarte a llorar por lo que le pase a la pobre gente de Gaza.
Varios países están debatiendo ahora el reconocimiento de Palestina como Estado.
Todos sabemos que reconocer a Palestina no tiene ningún impacto directo. Pero eso es la diplomacia, va de mensajes y de señales que das. Se trata de dar a Israel una señal sobre lo que está ocurriendo en Gaza, y que no se subestimen las declaraciones de los amigos de Netanyahu sobre la anexión de Gaza.
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(Editado por Martina Monti/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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