Bruselas (Euractiv.com/.es) – El ministro danés de Integración e Inmigración, Kaare Dybvad, confía, en una entrevista con Euractiv, en que la presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE) que ostenta su país este semestre pueda impulsar las devoluciones de inmigrantes irregulares, al tiempo que resta importancia a las esperanzas de Países Bajos de que La Haya pueda conseguir una clásula de exclusión (opt-out) en la materia.
Desde que la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, asumió el cargo en 2019, Dybvad ha sido ministro en sus diferentes gobiernos y ahora ocupa la cartera de Migración.
El martes recibió a sus homólogos europeos y al Comisario de Migración de la UE, Magnus Brunner, en una reunión informal en Copenhague.
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Dinamarca ha sido una firme defensora de los «centros de retorno» ¿Cuál es exactamente su postura y qué grado de apoyo tiene esta idea en la UE?
Apoyamos los centros de retorno como concepto. Diría que la mayoría de los países europeos, al menos los que yo conozco, apoyan de alguna forma los centros de retorno. Por supuesto, hay inquietudes, especialmente sobre la salvaguarda de los derechos humanos y el control de las condiciones. Pero, en general, se considera una forma de garantizar el retorno de más personas.
¿Hay algún avance sobre dónde podrían ubicarse estos centros de retorno, o qué terceros países están en juego?
Eso es complicado. No se consigue (una lista de) países antes de llegar a un acuerdo. Si se quiere esos acuerdos, primero hay que negociar, no anunciar los nombres de antemano. Pero no lo veo más difícil que otros acuerdos ya existentes. El acuerdo entre Italia y Albania, por ejemplo, demuestra que es posible. Si la UE negocia en bloque, tiene influencia.
Parece que hay un cambio en la UE a una política migratoria más estricta. ¿Lo ve como algo repentino o más gradual?
Ha sido un cambio gradual. Cuando comencé (en el cargo) hace tres años, Austria era el único país que apoyaba nuestra línea. Ahora eso está cambiando, y el mayor cambio se ha producido en Alemania. Su nuevo gobierno apoya abiertamente la abolición de los criterios de conexión. Eso es fundamental para que los acuerdos con terceros países sean legales según la legislación de la UE.
Dinamarca tiene una cláusula de exclusión voluntaria en materia de justicia y asuntos de interior desde los años 90. ¿Qué papel desempeña esto en la posición de Dinamarca como mediador en cuestiones de inmigración?
He hablado de ello con la ex ministra holandesa de Asilo, Marjolein Faber. Estaba muy interesada en conseguir una (cláusula similar) para Holanda. Pero, sinceramente, no creo que el opt-out haga mucho. Hay ámbitos en los que no votamos ni nos afectan las decisiones, claro. Pero cuando hablamos de resultados reales de la migración -menor número, mejor control- es más una política de retorno eficiente y de coordinación con los vecinos. Eso importa más que cualquier exclusión.
En el Consejo, con los países de la UE, ¿cómo cree que afecta la política migratoria danesa a otros países?
No sé si nuestra política migratoria afecta directamente a otros países, pero creo que hemos demostrado que, desde una perspectiva de centro-izquierda, se pueden gestionar estos problemas, que se puede conseguir un control democrático de la política migratoria. Y espero, y esto es también lo que dicen algunos de mis colegas, que esto inspire a otros a intentar conseguir un mejor control, y a hacerlo desde una posición normalizada y de izquierdas en lugar de dejar que los partidos de extrema derecha manejen esta agenda.
¿Cree que otros partidos de centro-izquierda, sus colegas del S&D (socialistas), podrán adoptar su misma postura? ¿No están bastante solos en el centro-izquierda?
Hay muchos partidos de centro-izquierda, partidos socialdemócratas y gobiernos que adoptan esta política. En Austria, el SPÖ (S&D); en Alemania, el SPD (S&D) en el gobierno con los democristianos (CDU/PPE). En Bélgica, los socialdemócratas flamencos forman parte del gobierno de coalición. En Suecia, los socialdemócratas de la oposición también están cambiando su política.
Así que (se está adoptando) en bastantes países ahora mismo. Y, por supuesto, muchos de los socialdemócratas de Europa Central y Oriental también tienen una política bastante estricta. El gobierno maltés, que es socialdemócrata, también ha aplicado políticas migratorias muy estrictas.
Hay muchos gobiernos y demócratas en Europa que están aplicando algunas de las políticas que hemos intentado poner en práctica.
Pero en el Parlamento Europeo, los socialistas están liderados por la delegación española, una de las más grandes y alejada de su línea. ¿Cómo conseguir que se sumen?
Ese va a ser un debate en el próximo semestre, por supuesto, por nuestra parte. Espero que la gente sea razonable, y que al menos las delegaciones de los distintos países miren hacia (su situación nacional) y vean lo que está funcionando, y cómo estamos aplicando la política a nivel nacional.
Si pudiera lograr algún acuerdo como el que España tiene con Marruecos, nos encantaría. Creo que el Gobierno de Sánchez ha aplicado políticas migratorias muy eficaces y, al menos como ministro, me causa cierta envidia.
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(Editado por Martina Monti/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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