¿Cómo afecta el acuerdo comercial de la UE con Trump a defensa, energía, alimentación y fármacos?

Bruselas (Euractiv.com/.es) – Un día después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, firmara en Escocia un polémico acuerdo comercial con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece que, en lugar de haber evitado una guerra comercial transatlántica, la jefa del Ejecutivo de Bruselas ha «capitulado» ante el líder republicano.

Aunque el acuerdo evita que el 1 de agosto Estados Unidos imponga aranceles generales del 30 % a los productos del bloque europeo, el pacto hará que los aranceles se conviertan en un statu quo permanente en la relación comercial con Washington puesto que la UE tendrá que sufrir un gravamen menos oneroso, pero muy perjudicial, del 15 % a todo tipo de productos, desde automóviles hasta vinos.

El Comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, también presente en las negociaciones del domingo en Escocia, ha asegurado este lunes que el pacto no sólo afecta a asuntos comerciales y ha sugerido que abarca también cuestiones relacionadas con la seguridad de Ucrania.

Pero no está claro si la UE podrá cumplir algunas de las promesas que ha hecho a Trump.

Euractiv resume los principales retos de lo que -hasta ahora- se conoce del acuerdo:

Energía

La UE haría «compras significativas de Gas Natural Licuado (GNL), petróleo y combustibles nucleares estadounidenses», aseguró Von der Leyen, retomando las palabras de su predecesor en el cargo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, quien hizo la misma promesa a Trump en 2018.

Sin embargo, un alto funcionario de la Comisión Europea admitió este lunes que «no es la Unión Europea la que compra la energía.»

El acuerdo para que la UE compre energía estadounidense por valor de 250.000 millones de dólares adicionales cada año ha sido objeto de burlas por parte de la mayoría de los analistas del sector energético, ya que supondría quintuplicar los 64.000 millones de dólares que el bloque importó de Estados Unidos el año pasado.

Por otra parte, no todas las refinerías europeas están dispuestas a trabajar con mayores cantidades de crudo estadounidense debido a su peculiar composición química.

Cuando Juncker convenció a Trump con sus promesas de importar grandes cantidades de GNL, la estratagema funcionó: Trump focalizó su enfado en el gasoducto Nord Stream 2 y se «olvidó» temporalmente de la UE.

Habrá que ver si Bruselas puede volver a salirse con la suya con una estrategia similar.

Productos sanitarios y fármacos

En la cuestión de los productos farmacéuticos, Von der Leyen causó confusión el domingo tras asegurar que los productos de la UE estaban incluidos en el acuerdo, dando a entender que estarían sujetos a aranceles del 15%.

Sin embargo, un alto funcionario de la Comisión aclaró este lunes que los productos farmacéuticos europeos están exentos del nuevo gravamen.

No obstante, hay una elevada probabilidad de que se impongan aranceles en el marco de la  investigación en curso de la Sección 232 de la Administración estadounidense que analiza si los productos farmacéuticos extranjeros suponen un riesgo para la seguridad nacional.

También está en curso una investigación similar sobre los semiconductores.

La Comisión Europea sostiene que si finalmente se imponen aranceles, no superarán el 15%. Sin embargo, Trump no lo ha garantizado.

Otro asunto polémico es la promesa de Von der Leyen de invertir 600 millones de euros en Estados Unidos, que no está respaldada por ningún plan.

Varios eurodiputados, incluidos miembros de su grupo político, el Partido Popular Europeo (PPE), han explicado esta lunes a Euractiv que Von der Leyen no tiene competencias para realizar ese compromiso en nombre del sector privado.

Por otro lado, numerosos analistas y expertos consideran que el compromiso de inversión es contradictorio con los esfuerzos de Bruselas para que se mantenga la producción farmacéutica en el bloque y resistir la presión de Trump para deslocalizar operaciones a Estados Unidos.

Agricultura y alimentación

En el marco del acuerdo, Bruselas elimina las barreras comerciales a las importaciones agrícolas estadounidenses, entre ellas la soja y los frutos secos, consideradas no sensibles, al tiempo que endulza el acuerdo con una cláusula ampliada para la langosta.

Aunque es probable que Estados Unidos siga vendiendo langosta libre de impuestos a los consumidores  europeos, los alimentos de la UE seguirán sujetos a un arancel general del 15%, sin que esté previsto eximir a ningún producto específico de la UE.

Como respuesta, Bruselas intenta proteger de las represalias a las bebidas espirituosas y el vino, dos productos estrella de las exportaciones europeas.

Un funcionario de la UE confirmó que las negociaciones sobre las bebidas alcohólicas están en marcha, e insistió en que «se mantuvieron firmes en agricultura» durante las negociaciones con Trump.

De momento, la UE no ha salido ganando en el sector agroalimentario.

Defensa

El comercio con material de defensa seguirá exento de impuestos, según Trump.

Sin embargo, no está claro si el acero y los semiconductores, que están sujetos a aranceles, también estarán exentos si se destinan a la producción de equipos de defensa, por lo que no responde del todo a las inquietudes de la industria europea sobre el impacto de los aranceles.

Aunque Trump aseguró el pasado viernes que los europeos comprarán «grandes cantidades» de armas estadounidenses, las compras de armamento no forman parte del acuerdo arancelario del domingo.

La razón es simple: Bruselas no tiene competencia para decidir las compras de material militar de los socios del bloque. Eso es una cuestión de estricta soberanía nacional.

Tecnología

A pesar de que la Comisión admite que la UE probablemente no alcanzará su objetivo de producir una quinta parte de los semiconductores del mundo para 2030, Von der Leyen concedió a Trump una gran victoria política sobre los chips.

En virtud del acuerdo, los semiconductores fabricados en la UE se enfrentarán a un arancel del 15%, mientras que los equipos europeos de fabricación de chips, fundamentales para la producción de los chips de inteligencia artificial más avanzados del gigante estadounidense Nvidia, seguirán libres de aranceles.

Este acuerdo beneficia a los productores estadounidenses y perjudica a las empresas europeas.

La UE es sede de ASML, una empresa holandesa que es el único proveedor mundial de máquinas de litografía ultravioleta extrema, esenciales para producir chips de inteligencia artificial.

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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