¿Seguridad civil o defensa? Un duro ejercicio de «contabilidad creativa» para España o Italia en la OTAN

La Haya (Euractiv.com/.es) – La exigencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de aprobar un nuevo techo de gasto del 5% del PIB nacional para defensa a los socios de la OTAN será una dura prueba de «contabilidad creativa» para varios miembros de la Alianza Atlántica, entre ellos España o Italia.

Ese «examen contable» será especialmente complejo para aquellos miembros de la OTAN que han utilizado una definición más amplia a la hora de calcular sus gastos de defensa para alcanzar el actual objetivo del 2% del PIB, incluido el dinero gastado en otras partidas como  investigación y desarrollo, servicios de inteligencia o ciberdefensa.

Sin embargo, el nuevo objetivo del 5% propuesto por la OTAN que se debate este martes y mañana, miércoles, en la cumbre de La Haya se dividiría en dos categorías: un nuevo conjunto más amplio de partidas presupuestarias «relacionadas con la defensa» que podrían representar hasta el 1,5% del PIB, y un compromiso de gastar al menos el 3,5% del PIB en partidas de defensa más tradicionales, entre ellas armamento, adiestramiento y salarios de las tropas.

«La mala noticia para los aliados, si eso se aprueba, sería que muchas de las cosas que los países ponen en el 2% pasarían a esta nueva categoría de seguridad del 1,5%, lo que haría aún más difícil llegar al 2% estrictamente en gasto militar», explica a Euractiv James Shea, quien fue asistente general adjunto de seguridad de la OTAN en 2018.

Eso podría reducir el gasto -en sentido estricto para defensa- de algunos aliados al 1,2% o 1,3%, cuando necesitan alcanzar el 3,5%, asegura Shea.

Las contribuciones de defensa de la Alianza incluyen desde 2014 las compras de equipos militares, la construcción de algunas infraestructuras , las operaciones en el extranjero, los salarios de los soldados y las pensiones.

«Las normas de la OTAN permiten a los países designar el gasto como parte integrante del ministerio de defensa y, por tanto, reasignar dinero de una rama del gobierno a otra», explica Shea.

La carrera al 2% del PIB

Pero los nuevos objetivos de la OTAN podrían chocar específicamente con los cálculos utilizados por algunos de los países que menos gastan de la Alianza.

España e Italia, dos de los países más poblados de Europa, han dejado claro que quieren alcanzar el objetivo del 2% a finales de este año, en parte para poner buena cara a Trump en la cumbre de La Haya.

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó en abril un plan de 10.500 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB en gasto militar a finales de 2025.

¿Un «truco contable» de España, defensa o seguridad?

Sin embargo, sólo el 19% del plan de gasto anunciado por España se dedica a la compra de nuevos materiales de defensa.

«Una parte importante de las inversiones se destina a seguridad civil«, explica a Euractiv Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano.

Cerca de la mitad de la dotación total se destinará a telecomunicaciones, ciberseguridad y gestión de emergencias y desastres naturales, que difícilmente se podrían encuadrar en los gastos estrictamente de defensa según las nuevas directrices propuestas por la OTAN.

En ese sentido, Arteaga asegura que ello se debe en parte a que el Gobierno español está intentando justificar el nuevo umbral de gasto, más elevado en defensa, poniendo el foco en que se trata de impulsar la seguridad civil, lo cual tiene una mayor atractivo y lo hace más «digerible» y tangible para los españoles, en general reacios a grandes inversiones en defensa.

En todo caso, el 5% del PIB en defensa parece un objetivo muy lejano para España.

Sánchez anunció el pasado domingo un acuerdo de última hora con el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, para gastar sólo el 2,1% en defensa: «ni más ni menos».

¿Importa realmente la OTAN? La delicada pregunta de Italia

Los números en inversión de defensa tampoco cuadran fácilmente en Italia.

El ministro italiano de Defensa, Guido Crosetto, aseguró en mayo que Roma ha alcanzado el 2%. Pero aún no se ha presentado un plan presupuestario detallado.

En opinión de Alessandro Marrone, director del programa de defensa en el «think tank» Istituto Affari Internazionali de Roma, los parámetros de la contabilidad italiana «son poco claros».

El gobierno de la primera ministra, Giorgia Meloni, tendría que aumentar su presupuesto plurianual para alcanzar ese objetivo, pero también tendría que contabilizar los gastos «relacionados con la seguridad» que no son competencia del ministerio de Defensa, explica Marrone a Euractiv.

A modo de ejemplo, eso significa incluir al servicio de guardacostas y a la Guardia di Finanza, una agencia policial que se ocupa de las aduanas, las investigaciones de fraude y los delitos financieros dentro dle presupuesto de «defensa».

«Ninguno de los dos está entrenado, equipado y desplegado militarmente», explica Marrone.

Pero esos son, precisamente, requisitos básicos para poder contabilizar e incluir a esas  fuerzas como «gasto de la OTAN».

Para echar más leña al fuego de la controversia, el viernes pasado, Crosetto puso en duda la relevancia de la Alianza Atlántica, al tiempo que admitió que será «difícil» que el país cumpla el objetivo del 3,5% de gasto en defensa, en unas declaraciones ante el Senado italiano a principios de mes.

Croacia, Portugal, Canadá, Bélgica y Eslovenia son los otros países de la OTAN que no cumplieron el objetivo del 2% en 2024. Luxemburgo, que también forma parte de la Alianza, está actualmente exento de las normas de gasto.

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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