La norma de la UE sobre el «lavado de imagen verde» podría acabar favoreciendo a la agricultura industrial

Bruselas (Euractiv.com/.es) – Una norma de la Unión Europea (UE) destinada a acabar con el “lavado de imagen verde” de las empresas podría acabar premiando más a los vendedores de pollos y huevos importados criados de manera industrial que a las alternativas locales y ecológicas, según denuncian varios grupos de presión.

La Comisión Europea propuso una Directiva sobre Alegaciones Verdes en 2023, que forma parte del paquete de medidas sobre el Pacto Verde, para acabar con la información engañosa sobre productos supuestamente respetuosos con el clima, exigiendo a las empresas que respalden sus credenciales ecológicas con la verificación de terceros.

Una vez aprobadas, las normas se aplicarían a todos los bienes y servicios vendidos en la UE, incluidos los productos agrícolas. No obstante, la legislación que está a punto de aprobarse, podría acabar otorgando a los huevos y la carne de vacuno criados en fábricas una calificación superior a la de las alternativas ecológicas.

A partir de ahora, en una probable fase final de negociaciones a tres bandas entre el Parlamento Europeo y el Consejo, aumenta la inquietud por la posibilidad de que el texto acordado se debilite en el contexto de un cambio político más profundo que dé prioridad a la competitividad de las empresas.

Según fuentes del Parlamento Europeo, los negociadores del Consejo están presionando para que la Huella Ambiental de Producto (PEF) sea el único método para evaluar el impacto ambiental, una medida que, según los críticos, podría perjudicar a determinados modelos agrícolas.

La próxima ronda de negociaciones tendrá lugar probablemente a mediados de junio.

Un sistema de cálculo controvertido

Los críticos con la medida sostienen que el sistema PEF, basado en evaluaciones del ciclo de vida por kilogramo, distorsiona el impacto de la agricultura al ignorar cuestiones clave en la producción de alimentos, sobre todo para el ganado y los productos derivados de animales.

Etiquetas ecológicas como la francesa “Planet Score”, que aparece en los envases de los alimentos para calificar su impacto ambiental, figuran entre quienes han lanzado la voz de alarma.

En ese sentido, Sabine Bonnot, responsable científica de Planet Score, asegura que las negociaciones en curso son un «desastre tecnocrático» para el sector agrícola.

Según Bonnot, Bruselas ha optado por un sistema de etiquetado «de talla única» en lugar de apostar por más ambición medioambiental. En ese sentido, señala que el método PEF calificaría a las ovejas alimentadas con hierba de la UE como «siete veces más dañinas» que los pollos criados de manera industrial en Brasil.

El sector ganadero francés también ha criticado la propuesta.

En declaraciones a Euractiv, el presidente de la federación francesa de ganado vacuno, y vicepresidente del poderoso sindicato agrícola francés FNSEA, Patrick Bénézit, tachó el texto de «absurdo».

Bénézit lamentó que el PEF sólo tenga en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero del ganado, entre ellas vacas y ovejas, y pase por alto el potencial de almacenamiento de carbono de las praderas en las que pastan.

«El PEF puede diferenciar el impacto medioambiental entre categorías de alimentos, pero no es capaz de distinguirlo dentro de ellas», comenta Enzo Di Rosan, fundador de la etiqueta alimentaria «Who’s the boss» en Italia, al tiempo que subraya que ese sistema podría clasificar los huevos de gallinas de criaderos industriales con mejores notas que las de alternativas camperas u orgánicas.

Según el sector ganadero, los ganaderos europeos también podrían ser más vulnerables a la competencia internacional.

La carne de vacuno francesa procedente de la ganadería extensiva podría tener un impacto similar al de «la carne de vacuno procedente de un sistema de cebaderos estadounidense en el que los animales son alimentados con Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y harinas animales, con promotores del crecimiento y pastoreo cero», señala Bénézit.

Rechazo de la comunidad científica

Las instituciones académicas también han cuestionado la base científica del uso exclusivo del PEF.

Investigadores del Instituto Francés de Investigación Agrícola (INRAE) y del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) advirtieron recientemente contra la intención de la UE de normalizar la evaluación ambiental de los productos mediante una estrategia única.

«El PEF reduce las evaluaciones agroalimentarias a una señal simplista que promueve los productos vegetales sin diferenciar entre sistemas de producción», según se asegura en un análisis publicado el pasado mes de abril.

En su opinión, imponerlo como único método «obstaculizaría la innovación, distorsionaría la competencia y socavaría la credibilidad de la información medioambiental».

///

(Editado por SM/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

The post La norma de la UE sobre el «lavado de imagen verde» podría acabar favoreciendo a la agricultura industrial appeared first on Euractiv.es.