Astana (Euractiv.com/.it/.es) – La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quiere aprovechar los históricos lazos económicos de Roma con Asia Central para contribuir a garantizar la participación de la Unión Europea (UE) en el desarrollo económico de esa región sin salida al mar situada entre China y Rusia.
En ese sentido, Meloni (Fratelli d´Italia/ECR) podría considerarse la principal impulsora de las relaciones de la UE con el resto del mundo.
Ha intentado servir de puente entre el bloque comunitario y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en medio de la guerra arancelaria, e incluso ha intentado rescatar del olvido el proyecto de puente sobre el estrecho de Mesina, que conectaría la Italia continental con Sicilia.
Ahora intenta construir otro puente aún de mayor envergadura: conectar la UE y Asia Central.
Durante su gira de la semana pasada a Uzbekistán y Kazajstán, Meloni firmó acuerdos comerciales y de cooperación por un valor estimado en más de 7.000 millones de euros, de los cuales 4 .000 millones fueron acuerdos con el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev.
El viaje concluyó el viernes pasado con la cumbre «Italia-Asia Central» en la capital kazaja, donde Meloni se reunió con líderes de las cinco repúblicas centroasiáticas.
Su gira posiciona a Italia como un factor clave para los intereses de la UE en la región, al tiempo que impulsa la cooperación en energía, materias primas, infraestructuras y diplomacia.
También encaja con el objetivo de Bruselas de estrechar lazos con esa región, muy rica en tierras raras y minerales esenciales.

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Los primeros proyectos oficiales datan de la década de 1970, pero con el paso del tiempo, el anhelado «Ponte sullo Stretto» se ha convertido en el megaproyecto inacabado más emblemático de Italia.
La energía, gran protagonista
Italia es el tercer socio comercial de Kazajstán, tras China y Rusia, y la energía constituye la espina dorsal de su relación.
Ello queda reflejado en la magnitud de los intercambios: de los 20.000 millones de euros de comercio anual entre ambos países, 18.000 millones proceden del petróleo y productos relacionados, según datos de 2024, explica Davide Cancarini, investigador independiente sobre Asia Central.
El gigante energético italiano Eni opera en dos de los mayores yacimientos kazajos, Karachaganak y Kashagan.
En 2022 importó casi el 28% del petróleo del país, la mayor parte transportado a través de Trieste a Alemania y Austria.
A pesar de que la UE apuesta por la diversificación de las fuentes, el petróleo y el gas siguen siendo dominantes.
En ese sentido, el pasado miércoles se firmaron contratos en el sector petroquímico por valor de 180 millones de euros entre el fondo soberano kazajo Samruk Kazyna y las empresas italianas Maire y Ansaldo Energia.
«Cuando llegamos a Kazajstán, la actividad principal era el petróleo y el gas», explica Marco Benetta, director de la asociación comercial Italia-Kazajstán.
Pero ahora hay un interés creciente por la agricultura, el turismo y el procesamiento de recursos», agrega.
Antes de llegar a Astana, Meloni firmó en Samarcanda (Uzbekistán) acuerdos por un monto de 3.000 millones de euros en los sectores de las materias primas, las comunicaciones, la ciencia, la innovación y la seguridad.
La acompañaban ejecutivos de Ansaldo Energia, Simest y Danieli, que también viajaron a Kazajstán.
Eni es una de las pocas empresas occidentales que operan en Turkmenistán, donde ha invertido más de 2.000 millones de dólares desde 2008.
Alineados con los objetivos de la UE
El viaje de Meloni no pasó desapercibido en Europa: la UE confía en aprovechar la fuerte presencia de Roma en la región para apoyar intereses europeos más ambiciosos.
«El objetivo de Meloni es, ante todo, reforzar los importantes lazos de Italia con los países de Asia Central, pero su visita también servirá para promover intereses estratégicos europeos más ambiciosos, a pesar de la ausencia de un mandato (oficial) específico», explicó a Euractiv una fuente cercana al gobierno italiano, antes de la visita.
Italia es uno de los primeros países europeos en reforzar su presencia en la región.
«De hecho, Italia fue el primer país europeo en organizar un diálogo en el formato ‘1 5’ en 2019, cuando el entonces ministro de Asuntos Exteriores Luigi Di Maio reunió a sus cinco homólogos centroasiáticos en Roma», recuerda Eleonora Tafuro Ambrosetti, investigadora principal del think tank ISPI, con sede en Milán.

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«Ellos [la UE] tienen muchas, muchas ganas de llegar a un (acuerdo) (…) lo espero, pero será un acuerdo justo», comentó Trump al término de la reunión con Meloni, durante la cual no hubo avances concretos. Por otro lado, el líder Republicano señaló que el acuerdo con Ucrania para la explotación de recursos minerales del país se podría firmar el próximo jueves.
La visita de Meloni aprovecha ese impulso, pero va más allá.
«Roma quiere impulsar las relaciones un grado más, implicando directamente a Meloni en la diplomacia de Asia Central, para desarrollar sus lazos en la región sin verse limitada por la UE», comenta Cancarini.
Pero a pesar de esta óptica nacional, el trasfondo de la estrategia es compartida con Bruselas.
«Sus objetivos (de la UE) siguen siendo los mismos: reducir la influencia geográfica y estratégica de Rusia encontrando rutas alternativas a través de Asia Central», añade Cancarini.
«Prometedor y fascinante»
Uno de los objetivos clave de Europa en la región es acelerar el desarrollo de la Ruta Comercial Internacional Transcaspiana (RCIT), que conecta China y Europa a través de Asia Central y el Mar Caspio, sin pasar por Rusia.
El pasado mes de abril, la UE destinó 3.000 millones de euros al desarrollo del corredor. Italia ha apoyado el proyecto, que Meloni calificó en Astana de «probablemente el reto más prometedor y fascinante de todos».
«Se trata de un proyecto muy atractivo para Roma, que ve en el Corredor Medio (su otra denominación) una ruta alternativa a Rusia más segura y rápida, y quiere aprovechar esta oportunidad para sus empresas», explica a Euractiv Tafuro Ambrosetti.
Italia firmó un memorando de entendimiento con China en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta lanzada en 2011.
Muchos analistas consideraron que la política de Roma en Asia Central estaba vinculada al acceso al mercado chino.
Pero desde la retirada oficial de Italia de la iniciativa en 2023, su compromiso en Asia Central se ha seguido profundizando hasta incluir el ámbito militar.
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(Editado por CS/DE/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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