El Kremlin no quiere la caída del régimen iraní, pero espera obtener beneficios a corto plazo de la guerra

¿Está Rusia dispuesta a dar la cara por una autocracia amiga que sufre golpe tras golpe? ¿Qué es más fuerte: el deseo de ganar dinero con el petróleo caro y desviar la atención del mundo de Ucrania o el miedo a perder los lazos y contratos construidos durante años en la región?