Bruselas (Euractiv.com/.es) – La Comisión Europea ha presentado este martes un proyecto de ley según el cual se eliminarían progresivamente los grandes volúmenes de gas ruso que seguirán entrando a la Unión Europea (UE) hasta finales de 2027.
Rusia suministró en 2024 casi una quinta parte de sus exportaciones de gas natural a la Unión Europea, con un aumento de las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) que sustituyó en parte a la drástica reducción de los flujos por gasoducto.
Con la propuesta de este martes, el ejecutivo de la UE espera poner fin definitivo a esas importaciones.
«Hoy hemos decidido cerrar el grifo al gas ruso», comentó el Comisario europeo de Energía, Dan Jørgensen, en la presentación del plan de la Comisión en Estrasburgo, Francia.
«Rusia ha puesto de manera reiterada en peligro la seguridad energética europea», subrayó.
La UE gastó 22.000 millones de euros en importación de petróleo y gas rusos el año pasado, fondos que fueron a parar directamente a las arcas de Moscú.
Sin embargo, para que la propuesta se convierta en ley, aún necesita la aprobación del Parlamento Europeo y de los Estados miembros de la UE (Consejo).
La Comisión Europea quiere prohibir los nuevos contratos de compra de gas ruso a partir de 2026 y las compras a corto plazo en el mercado al contado a partir del 17 de junio del mismo año.
Hungría y Eslovaquia, países sin salida al mar que se han opuesto con vehemencia a los esfuerzos de la UE por poner fin a las importaciones de recursos energéticos rusos y siguen recibiendo gas a través del último gasoducto operativo con la UE, tendrían hasta el 1 de enero de 2028 para cumplir la normativa.
«Alrededor de un tercio de las importaciones de gas ruso de la UE, cerca de 11.000 millones de metros cúbicos, se importan mediante contratos al contado», explicó este martes un alto funcionario de la UE.
La fecha límite de mediados de 2026 para reducir una parte significativa de las importaciones está más lejana de lo que algunos esperaban, ya que los primeros borradores sugerían finales de 2025.
«Retrasar la prohibición del mercado al contado de GNL no es diplomacia energética, sino complicidad», comentó un portavoz del grupo de presión pro ucraniano Razom We Stand.
La fecha límite de enero de 2028 se aplica a todos los contratos rusos a largo plazo, que se deben rescindir para entonces, poniendo fin de hecho a todas las importaciones de gas de Moscú.
«Independientemente de si hay paz o no (en la guerra de Ucrania), esa prohibición se mantendrá», comentó Jørgensen en relación con las sugerencias formuladas en un Consejo celebrado el lunes sobre la posibilidad de reanudar las importaciones después de la guerra.
Moscú también tendría vetado el acceso a las terminales de gas natural licuado de la UE, que ya no podrían aceptar cargamentos de proveedores rusos o empresas afiliadas.
A partir del año próximo se prohibirían los nuevos contratos de capacidad de las terminales de GNL, y los existentes tendrían que disolverse antes de 2028. Las empresas con acuerdos en vigor tendrían que cancelarlos.
La UE confía en que las empresas no tendrán que hacer frente a responsabilidades legales por incumplir los contratos con los proveedores rusos de combustible.
«Como se trata de una prohibición, no tendrán problemas legales», comentó Jørgensen el lunes.
«Se trata de un caso de fuerza mayor», comentó el Comisario al tiempo que comparó la situación con las sanciones o los desastres naturales de los que no se puede culpar a una empresa.
A pesar del cierre de una importante línea de suministro, la Comisión asegura que el embargo de facto conllevaría «riesgos limitados para los precios».
Bruselas cita en ese sentido un aumento previsto de la capacidad mundial de producción de GNL de hasta 160.000 millones de metros cúbicos (bcm) para 2027, junto con un aumento de 8 bcm en la producción de la UE procedente de yacimientos rumanos.
Ello se acompañaría de un descenso previsto de la demanda de la UE de hasta 50.000 millones de metros cúbicos, según un documento publicado el martes junto a las propuestas del Ejecutivo.
Seguridad del suministro
La Comisión Europea también quiere revisar la legislación comunitaria sobre seguridad del suministro para impulsar la recogida de datos y garantizar que el gas ruso no entre en la red de distribución europea sin ser detectado.
Los importadores de gas ruso estarían obligados a facilitar a las autoridades aduaneras y a los funcionarios de la UE todos los detalles sobre las condiciones contractuales, los volúmenes comerciales y otros datos clave.
A continuación, estas autoridades colaborarían con el regulador energético de la UE, ACER, para supervisar si las empresas cumplen la retirada progresiva de las importaciones.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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