Berlín (Euractiv.de/.es) – La cara de la presidenta del Bundestag dejaba ver con claridad que algo había salido mal.
Julia Klöckner mostraba una mueca severa mientras leía el resultado de lo que todos pensaban sería un procedimiento rutinario: la votación del Parlamento que convertía al líder democristiano Friedrich Merz (CDU/CSU/PPE) en el décimo canciller de la Alemania de posguerra.
Pero sus palabras del martes por la mañana no tenían precedentes en la moderna república alemana: «El diputado Friedrich Merz no ha alcanzado la mayoría necesaria de al menos 316 votos. Según el artículo 2, párrafo 2 de la Ley Fundamental, no ha sido elegido Canciller Federal de la República Federal de Alemania».
Los diputados miraban estupefactos. Merz, sentado en primera fila, garabateó en un papel que tenía delante sin levantar la vista. Nunca antes el Parlamento había rechazado a un candidato a Canciller. Fue un Schmach monumental, una humillación.
Su elección en la segunda votación del martes evitó un desastre que podría haber acabado con su carrera y sumido a Alemania en el caos político. Pero el episodio arruinó lo que Merz creía sería el amanecer de una nueva era, poniendo en duda que pueda restaurar la estabilidad política que prometió al resto de Europa.

Merz, elegido canciller alemán tras una segunda (e inédita) votación en el Bundestag
La CDU/CSU ganó las elecciones anticipadas de finales de febrero por delante de la formación ultra (recientemente calificada de «extremista») Alternativa para Alemania (AfD/Europa de las Naciones Soberanas) -que quedó segunda- y de los socialdemócratas de Scholz.
¿Quién gana?
Fue la cúpula de la formación de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), que se frotó las manos con lo ocurrido, la primera en dirigirse a la prensa tras la votación inicial: todo salió al revés de lo que esperaba Merz.
La copresidenta de AfD, Alice Weidel, calificó el fracaso electoral de «un buen día para Alemania».
«El señor Merz debería dimitir de inmediato y allanar el camino para unas elecciones anticipadas», dijo, consciente de que su partido antisistema (la segunda fuerza en Alemania) ha superado a la CDU de Merz en varias encuestas durante los dos meses transcurridos desde las elecciones.
Es la primera vez desde el auge del nazismo que un partido de extrema derecha puede presumir de ser el más popular de Alemania.
La pérdida de confianza en los partidos centristas y moderados también ha afectado a los aliados de Merz, que han pedido a los diputados actuar con responsabilidad y sentido de Estado.
«Los extremistas de derechas son los únicos ganadores», comentó Ralf Stegner, uno de los principales diputados del Partido Socialdemócrata (SPD), socio de coalición de Merz.
«Todo está en juego. Los comentarios burlones de la AfD muestran exactamente lo que esto ha causado y la incertidumbre (percibida) en el extranjero viene por añadidura», comentó Markus Söder, líder del partido hermano bávaro de la CDU, la Unión Socialcristiana (CSU).
Merz se había comprometido a poner fin a este tipo de episodios.
A menudo se burló de su predecesor en el cargo, Olaf Scholz (SPD/S&D), y de su coalición tripartita (SPD, Liberales y Verdes), muy propensa a las luchas internas. El lunes (5 de mayo), Merz prometió que los alemanes tendrían un gobierno que «se esforzaría por ser fiable desde el primer día».
Sin embargo, la fiabilidad de su coalición resultó ser tan frágil que estuvo a punto de no llegar al primer día.

Friedrich Merz, un canciller alemán muy «francés»
Este martes, Merz será nombrado canciller alemán, y será uno de los más “franceses” de la historia reciente
Tensión soterrada
La votación dejó en evidencia las tensiones soterradas en la coalición de la CDU, la CSU y el SPD, que pueden seguir afectándola, después de que sus líderes se preguntaran quién había «desertado» en la primera votación secreta y por qué.
La coalición cuenta nominalmente con 12 diputados por encima de la mayoría absoluta, un colchón mayor que el que disfrutaron algunos de sus predecesores. Pero los números mostraron que al menos 18 diputados de la coalición no votaron a favor, incluidos varios que votaron «No».
La presunción de que con ello se buscó enviar «una advertencia» o «ajustar cuentas», como dijo Söder, no es descabellada.
Varios de los miembros más frugales de la CDU se irritaron ante el acuerdo de la coalición para flexibilizar las estrictas normas de endeudamiento de Alemania, que consideraron una concesión excesiva al SPD.
En el seno del SPD, el estilo personal de Merz provocó malestar. Se confabuló con la extrema derecha -dijeron- para influir en una votación simbólica para endurecer la política migratoria poco antes de las elecciones.
A otros puede haberles molestado la toma de poder postelectoral de Lars Klingbeil, nuevo vicecanciller del SPD.
Nada de eso parece haberles pasado por la cabeza a los líderes de la coalición. Merz expresó el lunes su confianza en que los diputados tanto de su bloque de centro-derecha como del SPD «estarán allí y votarán a favor».

Los «elegidos» de Merz para un gobierno con más peso en Europa
Los ministros jurarán sus cargos justo después de que Merz se presente a la votación parlamentaria del próximo 6 de mayo para ser elegido oficialmente Canciller.
Una cuestión de supervivencia
Al final, puede que haya molestado aún más a sus críticos, a los mas conservadores. Merz necesitaba los votos de los Verdes y de la Izquierda socialista para organizar ese segundo intento, aunque la CDU se comprometió a no cooperar con los últimos.
Se llegó incluso a temer que la segunda votación sólo pudiera celebrarse este viernes. Eso habría llevado al absurdo la promesa de Merz de restaurar el papel de liderazgo de Alemania en Europa, hundiendo sus esperadísimas visitas a París y Varsovia de esta semana.
La jornada de ayer dejó a Merz políticamente muy tocado.
Se enfrenta a la presión de recuperar la normalidad tras un periodo en el que la política alemana parecía entrar en una fase inestable, en medio de la creciente polarización política, la guerra en Ucrania y las dificultades económicas.
Aparte de la AfD, fue el sonrojado ex canciller, ahora simple diputado, quien podría haber sentido cierta satisfacción. Pero cuando un periodista preguntó a Scholz después de la votación si estaba contento, se dio un golpecito en la frente y rechazó esa sugerencia calificándola de «sinsentido».

Merz configura un ariete ante Trump para impulsar una Alemania más «europea»
El SPD ha logrado hacerse con siete ministerios en el reparto final de carteras, todo un éxito teniendo en cuenta su muy magro resultado electoral (un 16% de los votos).
///
(Editado por EPD/MK/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
The post ¿Qué falló en la primera votación para confirmar a Merz? appeared first on Euractiv.es.