Nicuşor Dan ante una legislatura plagada de obstáculos

Bucarest (Euractiv.ro/.es) –  Tras su inesperada victoria del pasado domingo, no habrá periodo de “luna de miel” para el vencedor de los comicios presidenciales, Nicuşor Dan. La crisis económica es grave, los populistas de ultraderecha ocupan alrededor del 30% de los escaños del Parlamento y el próximo gobierno se prevé frágil e inestable.

Teniendo en cuenta que las elecciones presidenciales se han desarrollado sin incidentes graves, se prevé que la Oficina Electoral Central confirme los resultados esta semana.

Según la Carta Magna rumana,  el Tribunal Constitucional debe validar el resultado en los tres días siguientes a su publicación en el boletín oficial.

Sin embargo, aún es posible recurrir.

Pero el Tribunal Constitucional deberá pronunciarse rápidamente en estos casos ya que las impugnaciones podrían dar lugar a un recuento de votos y retrasar el calendario oficial.

Si todo transcurre según lo previsto, el recién elegido Presidente prestará juramento en el Parlamento a principios de la próxima semana.

La primera gran tarea será formar gobierno, ya que Rumanía está dirigida actualmente por un gabinete interino.

El domingo pasado, Dan expresó su esperanza de que este proceso pueda completarse en tres o cuatro semanas.

Formar gobierno no será fácil, ya que ningún partido tiene mayoría en el Parlamento.

Aunque los socialdemócratas (PSD) ganaron las elecciones de diciembre de 2024 con un 22%, están desgastados por un largo período de tiempo en el poder, las dificultades económicas y la decreciente popularidad de su líder, el ex Primer Ministro Marcel Ciolacu.

Rumanía, en la encrucijada

Más allá de la duda de si el PSD entra en el gobierno, el partido se encuentra en una encrucijada: «¿seguirá siendo una fuerza moderada y centrista, o virará hacia un mensaje más populista y euroescéptico?», según explica en una entrevista con Euractiv el consultor político Cristian Andrei, fundador de The Political Rating Agency.

El futuro del gobierno podría depender de qué grupo se haga con el control de la dirección del PSD.

Se prevé una decisión este martes por la noche.

El partido estudiará nombrar un presidente interino o conceder a Ciolacu un mandato para negociar un lugar en la coalición gobernante.

El PSD sigue siendo clave para cualquier negociación.

«Todos están esperando a ver qué decide el PSD, sin ellos es casi imposible formar siquiera una mayoría débil», asegura Andrei.

Es posible que Dan se incline por una coalición de amplia base  -que incluya al PSD, el PNL, la USR y la UDMR- para garantizar una mayor estabilidad y compartir la responsabilidad de decisiones económicas y sociales impopulares.

Durante la campaña, Dan mencionó la posibilidad de nombrar Primer Ministro a Ilie Bolojan, actual presidente interino, una opción apoyada por USR, según declaró el lunes su líder en funciones Dominic Fritz.

Otras opciones incluyen un gobierno en minoría formado por PNL, USR y UDMR, con el apoyo parlamentario del PSD.

Una posibilidad más remota pasaría por la convocatoria de elecciones anticipadas, que requerirían que el Parlamento rechazara dos candidaturas a primer ministro, un escenario que se considera muy poco probable en Rumanía.

Dificultades para formar un gobierno estable

Los tres partidos parlamentarios restantes son de extrema derecha, pero los cambios de formación son habituales en la política rumana, por lo cual es probable que se produzcan deserciones.

Cristian Andrei también prevé «reorganizaciones y reajustes» en el Parlamento, mientras los partidos intentan reunir una mayoría que funcione.

Aun así, será difícil construir un gobierno estable que pueda durar tres años.

«Actualmente, todos los partidos son débiles y hay demasiadas facciones con programas divergentes», subraya Andrei.

Mientras tanto, las fuerzas populistas siguen ganando enteros.

Con cerca del 32% de los escaños y el respaldo de cinco millones de votos para el ultra George Simion, están confiados de cara al futuro, y aspiran a lograr el poder en 2028.

Según Andrei, muchos líderes locales de partidos tradicionales pueden verse tentados a unirse a sus filas.

Dejar a los populistas como única voz de la oposición podría resultar «desastroso» en el próximo ciclo electoral, asegura.

Nicuşor Dan, ganador de dos medallas de oro en la Olimpiada Internacional de Matemáticas a finales de los ochenta, es conocido por su persistencia y sus negociaciones tácticas.

Sin embargo, ahora se convertirá en el primer presidente de Rumanía sin el apoyo de un partido importante.

Para desempeñar el papel de mediador en la sociedad, necesitará alianzas sólidas para hacer frente a la crisis económica, sortear la inestabilidad política y reiniciar unas reformas judiciales estancadas.

Según Cristian Andrei, Dan «estará sometido a tensiones constantes, desde dentro del aparato estatal que se resiste a la reforma, desde una frágil coalición de gobierno y desde los populistas que le acusarán de connivencia con el mismo sistema que prometió cambiar»

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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