Bruselas (Euractiv.com/.es) – La ONU insta en un borrador de una nueva declaración política centrada en la prevención de las enfermedades crónicas a aumentar los impuestos al tabaco y restringir su comercialización, lo cual ha provocado la reacción airada de la industria y dividido a los países miembros en medio de la creciente presión para que la UE impulse nuevas medidas tributarias restrictivas en la materia.
En el nuevo proyecto de declaración se establece que al menos el 80% de los Estados miembros deben aplicar impuestos especiales al tabaco al mismo nivel de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2030, con el fin de combatir el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y otros riesgos para la salud.
En el caso del tabaco, la OMS recomienda que los países aumenten los impuestos a los cigarrillos hasta el 75% de su valor al por menor.
Actualmente, la mayoría de los países de la UE cumplen esos objetivos.
Los nuevos objetivos consisten en «acelerar los avances en materia de enfermedades no transmisibles y salud mental en los próximos cinco años, centrándose en el control del tabaco», reza el proyecto de texto, entre otras medidas.
Sin embargo, eso podría entrar en conflicto con la legislación nacional de algunos Estados miembros.
Luxemburgo tiene algunos de los impuestos sobre el tabaco más bajos del bloque, y lo más probable es que no tenga interés en subirlos significativamente.
Italia se encuentra en una posición similar: su Ministro de Asuntos Exteriores escribió recientemente al responsable de fiscalidad de la UE para dejarle claro que en opinión de Roma los productos del tabaco alternativos no deben recibir el mismo trato que los cigarrillos tradicionales.
La Directiva europea en vigor sobre el tabaco fija la fiscalidad de los cigarrillos tradicionales en el 60% del precio medio ponderado nacional de venta al por menor.
Rumanía, Bulgaria, Alemania, Chipre y Luxemburgo están por debajo de los niveles impositivos recomendados por la OMS.
Los representantes de la industria tabaquera han calificado en varias ocasiones de «regresivos» los elevados impuestos que gravan sus productos.
Por su parte el grupo de presión alemán del sector del tabaco BVTE expresó su rechazo a que una organización sanitaria internacional como la OMS defina objetivos fiscales.
«Y lo que es más importante, unos impuestos excesivos al tabaco y la nicotina reforzarán el comercio ilícito y las cadenas de suministro ilegales», comentó el director general de BVTE, Jan Mücke.
Por su parte, Nathalie Darge, directora general de Tobacco Europe, aseguró que apoyan «políticas basadas en pruebas que contribuyan eficazmente a los objetivos de salud pública», pero añadió que deben ser «equilibradas», teniendo en cuenta tanto los resultados sanitarios como los económicos.
El problema no se circunscribe sólo a los impuestos. La declaración política también quiere que se tomen más medidas sobre la comercialización y el patrocinio del tabaco, que se regulen los productos electrónicos con y sin nicotina, y que se aborde la exposición al humo ajeno en los espacios públicos.
Por su parte, un responsable político de la Asociación Europea de Ligas contra el Cáncer aplaudió la declaración política de la ONU, y aseguró que «la prevención del cáncer debe primar sobre los intereses comerciales».
En abril pasado, los ministros de Sanidad de 12 países del bloque enviaron una carta al Comisario de Sanidad, Oliver Várhelyi, en la cual pedían a la Comisión que intensificara su lucha contra el tabaco y los nuevos productos de nicotina, entre ellos los cigarrillos electrónicos y las petacas.
Es probable que algunos países, entre ellos Bélgica y Países Bajos apoyen el cumplimiento de los objetivos de la ONU.
La Directiva sobre impuestos especiales del tabaco se revisó por última vez en 2011, pero no se incluyó en el programa de trabajo de la Comisión para 2025.
Este año se celebra el 20º aniversario del Convenio Marco de la ONU para el Control del Tabaco, que introdujo prohibiciones a la comercialización del tabaco a pesar de la oposición de la industria.
Actores poderosos como la industria tabacalera, junto con varios Estados -entre ellos China, Alemania, Japón, Rusia y Estados Unidos– no apoyaron el convenio original propuesto por la OMS en 2005.
Las delegaciones de la ONU -incluida la de la UE, que suele presentar una posición conjunta, así como Alemania- tienen hasta el 27 de mayo para presentar sus posturas. En septiembre de 2025 presentarán una declaración política final en la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
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(Editado por AW/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.com)
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