Bruselas (Euractiv.com/.es) – El gigante chino de la electrónica Huawei sigue intentando presionar para modificar las normas europeas sobre energía, a pesar de las medidas que han tomado las instituciones de la Unión Europea (UE) para evitar la influencia del “lobby” de la multinacional, tras el reciente escándalo de sobornos a eurodiputados y sus asistentes.
Según han comentado a Euractiv varias fuentes cercanas al asunto, Huawei disimula sus actividades de presión a través de asociaciones industriales.
Aunque Huawei es más conocido por sus teléfonos móviles y equipos de red, también es uno de los principales fabricantes mundiales de paneles solares.
La empresa es el mayor proveedor de “inversores”, un componente solar clave, en Europa, con casi un tercio del mercado.
Después de que en marzo pasado se diera a conocer que Huawei estaba siendo investigada por presuntos sobornos en el Parlamento Europeo, la empresa fue vetada de la Eurocámara.
Poco después, la Comisión Europea tomó la misma medida.
«Los empleados de Huawei no pueden reunirse con la Comisión Europea mientras dure la investigación», aseguró el lunes un portavoz de Bruselas.

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Los grupos de presión de Huawei podrían aprovecharse de varias lagunas jurídicas para seguir teniendo acceso a los edificios de la UE.
Máxima presión política
Pero la medida no ha frenado la presión del grupo chino en las instituciones europeas.
En Bruselas, París, Berlín y otras capitales, Huawei es miembro de más de 50 organizaciones, desde grupos de reflexión hasta asociaciones comerciales especializadas.
«Intentan constantemente entrar en nuestros grupos de trabajo», comenta a Euractiv un alto cargo de una importante asociación alemana de energías renovables, sobre todo recurriendo a «pequeñas organizaciones miembro.», subraya.
Dada la importancia que para Huawei tiene el mercado europeo es fácil entender por qué busca “puertas traseras” para intentar colarse en el entramado institucional europeo.
La Unión Europea (UE) lleva mucho tiempo analizando la redacción de normas más estrictas para las tecnologías limpias procedentes del extranjero, con varias normas en ese sentido, entre ellas la Ley de Industria Neta Cero, que apunta a impulsar los productos fabricados en la UE, en fases cruciales.
Aunque los grandes actores industriales dominan los grupos de presión, los cambios en las normas europeas sobre energía suelen obedecer a intereses diversos que se dirimen en el seno de asociaciones, lejos del escrutinio público.
Una de ellas es la Asociación Europea para el Almacenamiento de Energía (EASE).
Pagando 22.400 euros al año a EASE, los grupos de presión de Huawei pueden participar en la institución más importante de la asociación: el grupo de trabajo, donde se definen las posiciones del grupo.
EASE incluyó a Huawei como miembro de pleno derecho hasta febrero pasado, pero después la empresa china fue eliminada del sitio web del grupo.
EASE no respondió a la solicitud de Euractiv de comentarios.

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Huawei es también miembro de SolarPower Europe, que cobra a la empresa 60.000 euros al año por tener su máximo nivel de afiliación.
Precisamente, la afiliación de SolarPower a Huawei colocó a la asociación en una situación incómoda en marzo pasado.
El escándalo de los sobornos saltó a la luz pocos días antes del evento anual del grupo, en el que Huawei iba a ser uno de los principales patrocinadores.
La noticia obligó a SolarPower a cambiar de rumbo y reimprimir los materiales promocionales del evento sin el logotipo de la empresa china.
Huawei recibió un reembolso parcial, a modo de compensación, según un portavoz de SolarPower. Pero la empresa sigue «participando en las líneas de trabajo» del grupo.
Un portavoz de Huawei declinó ofrecer detalles de cuánto desembolsa la empresa a las asociaciones de la industria energética de toda Europa.
«No proporcionamos información sobre las cuotas individuales de las asociaciones», comentó un portavoz.
Mientras que algunos grupos, entre ellas las asociaciones austriacas de la industria solar, cobran tan sólo 4.000 euros al año, otros, como el grupo de reflexión Bruegel, superan los 50.000 euros.
Según un análisis de los datos disponibles realizado por Euractiv, una estimación conservadora sitúa en un millón de euros anuales el gasto de Huawei en acceso a asociaciones.
Una alianza con beneficios para ambas partes
La asociación beneficia a ambas partes. Este tipo de alianzas, que a menudo operan con un presupuesto muy reducido, necesitan el dinero, mientras que Huawei lo que busca en ganar influencia.

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El reciente escándalo en torno a Huawei ha dado lugar a una nueva dinámica comunitaria que apunta a eliminar progresivamente los componentes chinos de «alto riesgo» de Huawei y ZTE de las redes de telecomunicaciones de la UE.
Además, los acuerdos son totalmente legales.
«No sería viable, ni desde el punto de vista logístico ni práctico, impedir que los funcionarios se reúnan con estas [asociaciones ], que representan a un gran número de interesados», comenta un portavoz de la Comisión.
Incluso la poderosa SolarPower Europe, cuyas oficinas ocupan un lugar destacado en el corazón del barrio europeo de Bruselas, se resiste a expulsar a Huawei.
“Nuestros estatutos no prevén la reducción de la participación de los miembros ni la suspensión de su afiliación”, comenta un portavoz.
Huawei preside el grupo de trabajo sobre digitalización y ocupa la vicepresidencia de los debates sobre sostenibilidad de la cadena de suministro.
De todas las asociaciones del sector de la energía de Bruselas y Berlín de las que Huawei es miembro, solo Eurelectric, un influyente grupo del sector eléctrico, ha informado de que decidirá sobre el estatus de miembro de Huawei en su próxima reunión de directores en junio.
Alemania es, hoy por hoy, el principal terreno de acción para la empresa china. Las asociaciones alemanas del sector energético están encantadas de aceptar el dinero e ignorar la investigación sobre sobornos en curso, sin que ninguna se plantee una exclusión o suspensión.
Pocos se han pronunciado al respecto, aparte del fabricante austriaco de inversores Fronius, cuya cotización está presionada por China.
«Huawei está presente en todas las asociaciones», se lamenta el consejero delegado de la empresa.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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