Polonia sigue dividida, 15 años después de la muerte del presidente Kaczyński en accidente aéreo

Varsovia (Euractiv.pl/.es) – Esta semana Polonia ha conmemorado el 15º aniversario de la catástrofe aérea de Smolensk que costó la vida al presidente del país Lech Kaczyński, en medio de la división entre quienes cree que se trató de un asesinato y quienes rechazan esa hipótesis.

El 10 de abril de 2010, un avión en el que viajaban el presidente Kaczyński, su esposa y otras 94 personas -entre ellas el último presidente de Polonia en el exilio, Ryszard Kaczorowski, así como miembros del Gobierno y del Parlamento- se estrelló cerca del aeropuerto de Smolensk.

La delegación se dirigía desde Varsovia para asistir a una ceremonia conmemorativa del 70 aniversario de la masacre de Katyn, en la que miles de militares polacos fueron asesinados por la Unión Soviética.

Aunque las primeras investigaciones rusas apuntaban a un error del piloto y a condiciones meteorológicas adversas (niebla espesa), las teorías conspirativas -promovidas con frecuencia por el partido derechista Ley y Justicia (PiS, ECR), en especial por el hermano gemelo del difunto presidente y líder del partido, Jarosław Kaczyński, junto con el ex ministro de Defensa Antoni Macierewicz- afirman que el accidente fue un acto deliberado (atentado) planeado por Rusia.

Según esa versión, el incidente fue un asesinato político, supuestamente encubierto por el entonces Gobierno de la Plataforma Cívica (PO, PPE), dirigido por Donald Tusk.

Una investigación posterior dirigida por Macierewicz tras la vuelta al poder del PiS en 2015 también alegó un complot ruso.

Sin embargo, no logró aportar pruebas concluyentes que contradijeran las conclusiones de las pesquisas de 2011. No obstante, la teoría del asesinato persiste entre muchos partidarios del PiS, que siguen acusando a Tusk de connivencia con el presidente ruso, Vladimir Putin, para orquestar el «atentado».

«El desastre […] fue causado por la política de Donald Tusk, una política de confrontación con el Palacio Presidencial», aseguró a principios de este semana el diputado del PiS Radosław Fogiel durante un debate matutino en la emisora privada Polsat News, al tiempo que añadió que «nadie puede descartar» la teoría del asesinato.

Por su parte, Jarosław Kaczyński, en declaraciones al tabloide Super Express, aseguró que su hermano Lech «luchó para que Polonia no fuera amenazada ni por el imperialismo ruso ni por el alemán (…).»

«En esta lucha, tuvo que utilizar una retórica y unos métodos diferentes. Estoy profundamente convencido de que esta lucha -sobre todo la que libró contra Rusia- le costó la vida en última instancia», declaró Kaczyński, insinuando explícitamente la implicación rusa.

Acusaciones al PiS por «romper la unidad nacional»

La coalición de gobierno, encabezada nuevamente por Tusk, acusa al PiS de explotar la tragedia para sacar rédito político y construir una «mitología partidista» en torno a ella.

Después de la tragedia, el sentimiento inicial de unidad nacional no duró mucho, según señaló el eurodiputado Dariusz Joński (PPE) en una entrevista con Onet el jueves (10 de abril).

En ese sentido, culpó a Jarosław Kaczyński de sembrar la división entre los polacos.

«Recuerdo el momento de la tragedia, cuando la población en varias ciudades encendió velas en señal de luto. Entonces, el país estaba de verdad unido. Jarosław Kaczyński intervino y rompió esa unidad. Durante 15 años, ha utilizado esta tragedia para dividir a la sociedad y persuadir a la gente de que hubo una explosión», aseguró Joński.

«Usted explotó esta tragedia de forma brutal y vergonzosa para dividir al pueblo polaco», comentó la diputada del PO Monika Rosa en Polsat News, en referencia directa al PiS.

«Utilizaron todas las herramientas del poder para polarizar a la nación. Y al final, defraudaron enormes sumas del presupuesto del Estado», añadió, en referencia a los elevados costes de la investigación de Macierewicz.

Aunque los líderes políticos instaron a la calma, la conmemoración del aniversario no estuvo exenta de incidentes. Se registraron altercados verbales e intervenciones policiales en algunas manifestaciones.

Una mujer de edad avanzada, que se manifestaba contra el PiS, tuvo que ser hospitalizada tras caer al suelo, supuestamente empujada por alguien relacionado con la cadena de televisión Republika, cercana a ese partido.

Tusk hizo un llamamiento a la unidad. «El recuerdo de la catástrofe de Smolensk y de sus víctimas no debe seguir dividiéndonos», escribió en X.

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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