Marco Rubio tendrá una fría bienvenida en Europa para la reunión de la OTAN

Bruselas (Euractiv.com/.es) – Los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN se reunirán este jueves en Bruselas para sentar las bases que permitan salvar la Cumbre de la Alianza que se celebrará en junio en La Haya del potencial desastre que se avecina. Pero la «bienvenida» al Secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, no será «cálida».

El encuentro de Rubio con los aliados europeos se produce solo unas horas después de que Estados Unidos impusiera aranceles a Europa, dando inicio a una guerra comercial, y apenas una semana después del escándalo del chat Signal, en el que los intercambios de mensajes de texto sobre los ataques estadounidenses en Yemen dejaron al descubierto el profundo desprecio de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por lo que llamó «gorroneo europeo».

Los aliados europeos de Estados Unidos aún recuerdan las palabras del secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, cuando en febrero pasado anunció un cambio en la estrategia de seguridad estadounidense y la eliminación de las líneas rojas sobre Ucrania.

Se confía en que Rubio será un poco más suave que ese punto cuando llegue a Bruselas, pero recibirá presiones para que explique el rumbo de Washington en política exterior ya que sus homólogos quieren aprovechar la reunión para sentar las bases de la Cumbre de la OTAN en La Haya en junio.

Los diplomáticos de la OTAN siguen considerando a Rubio como uno de los pocos republicanos «transatlánticos» que se han mostrado más pragmáticos sobre el valor de la alianza militar occidental y la cooperación en materia de seguridad con Europa.

Pero se verán obligados a caminar por una fina línea entre el reproche y el apaciguamiento.

Evitar la confrontación

Una de las principales preocupaciones de los diplomáticos europeos en las últimas semanas ha sido que el deterioro de los lazos transatlánticos de los últimos tres meses pudiera culminar en una cumbre muy enconada.

El peor escenario que se baraja en Bruselas es que Donald Trump intente utilizar la cumbre de la OTAN en La Haya para obligar a sus aliados a hacer concesiones -en Ucrania, por ejemplo, un levantamiento parcial de las sanciones como parte de un acuerdo de paz entre Estados Unidos y Rusia- o cualquier otra medida.

Hay un acuerdo tácito acerca de que Trump podría amenazar con una reducción de las cerca de 100.000 tropas estadounidenses estacionadas en Europa.

Algunas hipótesis que circulan por el cuartel general de la OTAN en Bruselas apuntan a los aproximadamente 20.000 soldados enviados por la administración del ex presidente Demócrata Joe Biden al continente después de que Rusia invadiera Ucrania.

Demostrar su valía

En ese sentido, Rubio ha restado importancia a la amenaza de que Estados Unidos abandone la OTAN. Pero, al igual que Hegseth, se prevé que repita exactamente el mismo mensaje: los europeos no han hecho lo que debían y necesitan aumentar su gasto en defensa.

Los aliados europeos de la OTAN ya han redoblado sus esfuerzos en ese asunto, azuzados por el Secretario General de la Alianza, Mark Rutte, que quiere que comprometan al menos el 3,5% del PIB nacional para ese gasto.

Varios aliados europeos de la OTAN, entre ellos Alemania, Reino Unido y otros, han hecho en las últimas semanas una serie de anuncios muy significativos sobre el gasto en defensa.

Es probable que muy pocos cumplan la exigencia de Trump de elevar el gasto en defensa al 5% del PIB, algo que ni siquiera Washington cumple actualmente. Incluso con unas normas de gasto de la UE más laxas, varios países -entre ellos Francia, España e Italia- tendrán dificultades para satisfacer rápidamente ese objetivo.

En ese sentido, algunos diplomáticos de la OTAN se preguntan en privado si la estrategia de moderación bastará para evitar una dura cumbre en La Haya.

«Se podría ver una señal de que (…) ya no se trata sólo de gastar», comenta un diplomático europeo, al tiempo que advierte de que Rubio podría enfrentarse a preguntas difíciles.

Una visita complicada

Es probable que Rubio se enfrente a preguntas sobre los ataques directos de Trump a los «malos aliados»: Canadá y Dinamarca.

También podría estar sobre la mesa el deseo de Trump de anexionarse Groenlandia en la reunión de Rubio con su homólogo danés, Lars Løkke Rasmussen.

Rubio también se reunirá con la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, a quien desairó el mes pasado durante una visita a Washington, alegando «problemas de agenda».

Por otra parte, Rubio se enfrentará a las preguntas de sus aliados y del ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Andriy Sybiha, sobre los recientes cambios de postura de Trump acerca de la hipotética futura adhesión de Kiev a la OTAN, que la alianza consideró el año pasado un «camino irreversible».

Rutte tampoco tendrá una tarea sencilla en el  juego de equilibrios que intenta practicar.

Al tratar de jugar al «intermediario honesto» entre Trump y los aliados europeos, se ha ganado críticas entre algunos miembros de la OTAN por ser demasiado blando con Washington.

«Sí, Europa necesita saber que el Tío Sam sigue cubriéndonos las espaldas, pero Estados Unidos también necesita saber que sus aliados de la OTAN darán un paso al frente y desempeñarán plenamente su papel, sin restricciones y sin lagunas de capacidad», comentó  Rutte en Varsovia la semana pasada.

«La seguridad es una vía de doble sentido», añadió.

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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)

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