Valencia (Euractiv.com/.es) – El líder del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber, prefiere dejar que otros acaparen la atención, no por humildad, sino porque entiende que es mucho más fácil construir un imperio en la sombra.
La mayoría de la gente fuera de la burbuja de la Unión Europea (UE) en Bruselas y de su Alemania natal nunca ha oído hablar de este bávaro de 52 años, lo cual sugiere que su estrategia está funcionando.
Weber lidera la familia de partidos de centro-derecha de Europa desde 2022: el PPE. También ha dirigido la delegación del PPE en el Parlamento Europeo durante más de una década.
Este doble papel -como líder del partido político más poderoso de Europa y de su facción en el Parlamento- le ha dado a Weber un grado de influencia sin precedentes en los asuntos de la UE. Pero quiere más.
Valencia Congress will be a key moment for our Party. After a successful European election, the Party continues its reform and modernisation agenda to deliver on our vision.
— Manfred Weber (@ManfredWeber) April 9, 2025
En el congreso del PPE que se celebra esta semana en Valencia, se prevé que sea confirmado para un segundo mandato de tres años al frente del partido, consolidando su autoridad sobre el aparato de la formación.
Pero para Weber, la elección es sólo un pequeño paso hacia un objetivo mucho más ambicioso: remodelar el centro-derecha europeo concentrando en sus manos más poder sobre la agenda política del continente.
Su modelo para hacerse con el poder: Angela Merkel.
Según fuentes familiarizadas con el asunto -Euractiv entrevistó a más de una docena de miembros del partido y otros funcionarios para este reportaje- hay algo que Weber no puede dejar de repetir:
¿Por qué nunca se criticó a Angela Merkel por ser líder nacional del partido y líder del gobierno al mismo tiempo?
EPP getting ready for Valencia!
Leadership, unity, vision. pic.twitter.com/Hr6CNquZRF
— EPP (@EPP) April 9, 2025
En ese sentido, Weber se pregunta en voz alta por qué las familias políticas europeas no pueden trabajar del mismo modo y tener la misma influencia que los partidos políticos nacionales, dejando claro que quiere cambiar esa dinámica.
En Valencia, se prevé que Weber impulse esa transformación, descrita por los funcionarios del partido como un intento de convertir el PPE de una alianza laxa en una fuerza política propiamente dicha, con la misión de orientar y racionalizar las políticas de los partidos nacionales de centro-derecha.
Si Weber lo consigue, su cargo será equivalente -¿quizá superior? – a líderes de partidos nacionales como el futuro canciller alemán Friedrich Merz y el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, al menos en su imaginación.
Weber estaría al frente de una maquinaria que domina las tres instituciones de la UE, marcando una redistribución radical del poder a nivel comunitario.
El idealista
La narrativa de Weber como líder federalista del PPE es un giro que contrasta fuertemente con la imagen que sus críticos pintan de él.
Desde que se vio obligado a renunciar a sus esperanzas de convertirse en presidente de la Comisión en 2019 después de que Emmanuel Macron le arrebatara el puesto para Ursula von der Leyen, Weber ha convertido el PPE en un centro de poder alternativo y conservador.
Ha abierto el centro derecha a lo que él llama «su» mayoría, una alianza que abarca desde los Verdes hasta los ultras de Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni. Utilizó esa coalición para suavizar la legislación de la Comisión sobre el Pacto Verde y revocar una prohibición de hecho de la venta de coches con motor de gasolina y diésel.
Sus rivales consideran que eso socava los cimientos de la UE. Cuando Weber hizo gala de «su mayoría» el pasado mes de noviembre durante las polémicas audiencias de confirmación para el nombramiento de Teresa Ribera como miembro de la Comisión, un destacado eurodiputado socialista (S&D) lo expresó sin rodeos: «Si la estabilidad del proyecto europeo, y de la futura Comisión Europea, está hoy en peligro, hay un responsable: Manfred Weber».
Y sin embargo, sería difícil encontrar un federalista de la UE más apasionado que Weber, que no se cansa de pedir una mayor integración de la UE, aunque sea impopular.
Ha criticado abiertamente el aumento de los controles en las fronteras interiores de la UE, aunque su partido los respalde. En cuanto a la deseada paz en Ucrania, Weber quiere un despliegue de tropas europeas conjuntas, «con la bandera de la UE [en sus uniformes]»
Más recientemente, incluso propuso una figura similar a la del presidente de Estados Unidos: «Todos los países europeos creen que desempeñan un papel en el mundo», declaró a la radiotelevisión pública de Baviera. «Macron solo representa las voces francesas. La canciller alemana solo representa las voces alemanas. Pero por fin necesitamos a alguien que represente las voces europeas.»
Asalto al poder
La estrategia de Weber en la cúpula del PPE se puede ver en esa línea, como la gradual tomar del poder, con tintes federalistas.
Casi la mitad de los 27 Comisarios, 13, junto con la jefa de Bruselas, Ursula von der Leyen, pertenecen al PPE, y 13 jefes de Estado y de gobierno representarán al PPE en el próximo Consejo Europeo, una vez que Merz asuma el cargo de canciller.
Además, el PPE es con mucho el grupo más numeroso del Parlamento Europeo, con 188 eurodiputados.
No obstante, esas ramas del partido eran en su mayoría independientes, vinculadas al partido europeo como plataformas sueltas para reuniones de funcionarios nacionales.
Weber se ha esforzado por reafirmar la supervisión del PPE como plataforma política cohesionada, en la que sus partidos nacionales, eurodiputados, diplomáticos y comisarios se ciñen a la misma línea política.
Sus partidarios describen su método para conseguir que los funcionarios de primera fila, como von der Leyen, se comprometan con documentos políticos, como el plan de trabajo del PPE para la Comisión, como un compromiso que luego parece hacer cumplir recordándoselo públicamente a todo el mundo.
Los foros que utiliza para concretar las posiciones del PPE incluyen la «coordinación de la presidencia»: reuniones periódicas en las que los comisarios debaten los grandes temas.
También están las reuniones de los líderes nacionales del PPE antes de las cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE, un instrumento que Weber ha mejorado sensiblemente.
«Todos acuden siempre porque saben que es importante, porque es allí donde se hace la política», asegura un funcionario del PPE.
Como efecto secundario agradable para Weber,le sitúa, cara a cara, con los altos mandos europeos.
El PPE aprobará en Valencia una reforma que redobla esta centralización de los partidos, lo cual los hace «más predecibles «, en palabras de otro alto cargo del PPE.
Los ministros, Comisarios y principales eurodiputados del PPE acordarán desde ahora una línea común antes de cada reunión del Consejo de la UE, el segundo órgano legislativo de la UE junto al Parlamento.
Además, el partido intensificará la actividad con más prioridades políticas que se transmitirán desde el partido a los miembros nacionales. De este modo, el PPE (y Weber) podrán aprobar las políticas de todos los órganos de la UE.
La «revolución» implica la instalación de leales a Weber en puestos clave, lo cual continuará en Valencia.
En Bruselas les preocupa que Sánchez lleve años sin presupuestos, que se comprometa con una cosa en Europa y que en España haga todo lo contrario.
Se le ha caído la careta en Europa.
🗞️ Entrevista de @DolorsMM en @abc_es: https://t.co/x9M9GXHl9I
— Partido Popular (@ppopular) April 27, 2025
Ha destituido al Secretario General Thanasis Bakolas, número dos del partido, y ha allanado el camino para que sea sustituido por una leal, Dolors Montserrat, presidenta de la delegación del Partído Popular (PP) en el Parlamento Europeo.
Sus aliados afirman que nombrar a un eurodiputado hará que el cargo sea más político, al estilo de los secretarios generales de los partidos alemanes.
Montserrat entiende el mensaje. «Quiero ser política», dijo recientemente a los periodistas en Bruselas, y añadió: «Leal a mi presidente, Manfred, por supuesto».
With her modern, active and political strength, Dolors Montserrat @DolorsMM, who brillantly campaigned at local, regional, national, and European levels, will be my proposed candidate for Secretary General of the EPP Party.
— Manfred Weber (@ManfredWeber) April 9, 2025
Las críticas
Como era de esperar, la toma de poder ha provocado cierto malestar y escepticismo entre las ramas del PPE.
«No somos un partido, somos una familia de partidos», asegura una fuente del PPE. «Ante todo siempre hay un Républicain de Francia, un miembro del HDZ de Croacia y un democristiano de Alemania», agrega.
Aunque el fortalecimiento del PPE era deseable, la gran diversidad de puntos de vista sobre cuestiones clave como la deuda común hacía poco realista una posición unida en todo, añadió la fuente.
El planteamiento de Weber de centralizar el poder político se enfrenta a cierta oposición.
Los críticos recuerdan que sus directrices políticas tienden a explotar la falta de margen de los miembros nacionales para comprometerse con el contenido.
«En la línea de: Aquí hay un borrador, si no recibo respuesta en las próximas 30 horas, lo aprobaremos», comenta otro funcionario del PPE.
Un ejemplo reciente fue el documento del PPE sobre defensa, aprobado por los líderes nacionales antes del Consejo de marzo. Los autores finlandeses se las arreglaron para introducir en el texto un compromiso con los bonos europeos de defensa, algo inaceptable para los frugales miembros del PPE.
Las 13 resoluciones y las 7 resoluciones de urgencia que se presentarán en Valencia se enfrentarán sin duda a un mayor escrutinio en las capitales.
Algunos funcionarios declararon recientemente a Euractiv que prefieren que el presidente del PPE vuelva a estar entre bastidores, separado de la dirección del Parlamento, que sirve mejor como maestro de ceremonias para las reuniones ocasionales.
Pero los rumores de que los «rebeldes» podrían unirse en torno a un candidato rival, como el primer ministro croata Andrej Plenković o Johannes Hahn, ex Comisario europeo de Austria, no se confirmaron, aunque sólo fuera porque no se les pudo convencer para que se presentaran.
En consecuencia, Weber se presentará sin oposición.
La próxima frontera
Weber aspira a un triunfo mayor.
Sus aliados recuerdan que le gusta recordar que esta generación aún no ha dejado un legado como el euro. La integración de la política exterior y de defensa de la UE es para él la próxima gran frontera.
Tal y como están las cosas en el PPE, parece que hay pocas ganas de resistencia dentro del partido. «Nada tiene tanto éxito como el éxito», señaló una fuente del partido.
La verdadera cuestión, sin embargo, es cómo define Weber el éxito. Algunos de quienes le rodean dicen que nunca superó que le arrebataran la presidencia de la Comisión.
Está claro que juega a largo plazo. Si su plan para doblegar al PPE sale según lo previsto, podría tener la oportunidad de convertirse en Merkel.
El Congreso del PPE se celebra el martes 29 y el miércoles 30.
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(Editado por JP/MK/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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