Bruselas (Euractiv.com/.es) – La industria europea del automóvil tiene mucho que perder con la ofensiva arancelaria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se desencadenará este jueves.
Pero no todos los fabricantes de automóviles de la Unión Europea (UE) se verán afectados de la misma manera, y podrían surgir nuevos riesgos derivados de las posibles represalias de otros países.
Mientras que la francesa Renault no tiene presencia en EE.UU. y «no se ve afectada en absoluto» por los aranceles, según un portavoz de la empresa, los principales fabricantes de automóviles alemanes están muy implicados en el comercio transatlántico y se podría decir que son más vulnerables en esta disputa global.
Pero sacar conclusiones precipitadas a estas alturas es arriesgado. Hay muchos factores en juego, y lo que podría ser un activo en un escenario podría ser una vulnerabilidad en otro.
Estados Unidos, un gran mercado
Estados Unidos es el segundo mercado de exportación de la industria automovilística de la UE en volumen, después del Reino Unido, y el primero en valor, según un reciente informe de la asociación de fabricantes de automóviles de la UE (ACEA).
En 2024, la UE exportó a EE.UU. coches por valor de 38.900 millones de euros y piezas de automóvil por valor de 20.200 millones, según datos de la Comisión Europea.
El arancel del 25% impuesto por Trump a los automóviles afectará tanto a los coches importados a EE.UU. a partir del 3 de abril como a las piezas de recambio a partir del 3 de mayo, lo que sin duda supondrá un duro golpe para las empresas europeas.
Y este miércoles-jueves podrían anunciarse aranceles adicionales.
Para mitigar el impacto de los aranceles, los fabricantes de automóviles de la UE podrían tener dos opciones: reducir los márgenes de beneficio y subir los precios para los clientes estadounidenses o aumentar la producción en Estados Unidos para satisfacer la demanda estadounidense.
¿Qué opciones hay de “represalia”?
Jonathan O’Riordan, responsable de comercio de ACEA, explica en declaraciones a Euractiv que el sector europeo del automóvil tendrá seguramente que trasladar los costes.
«Creo que es casi seguro asumir que algunos intentarán absorber parte del coste, pero tendrán que repercutir una mayoría sustancial en los clientes», subraya.
El fabricante de coches de lujo Ferrari ha anunciado subidas de precios de hasta el 10% en todos sus modelos, menos tres.
Sin embargo, los fabricantes con plantas de producción en EE.UU. «intentarán trasladar la producción allí», asegura O’Riordan.
«Intentarán concentrarse, sin duda a corto plazo, en los modelos que ya fabrican en EE.UU., aumentar la producción de esos modelos e introducirlos con más fuerza en el mercado. Eso está claro», añade.
Las cadenas de producción estadounidenses seguirán teniendo que hacer frente a los aranceles a las piezas de automóvil importadas.
No obstante, según O’Riordan predecir los movimientos de los fabricantes de automóviles de la UE y su impacto en la industria europea es difícil en estos momentos, sobre todo porque también hay que tener en cuenta las reacciones de otros países a los aranceles estadounidenses.
La industria alemana, muy vulnerable
Según datos de la Comisión Europea, la UE exportó 794.434 coches a EE.UU. el año pasado, pero el 72% de ellos (568.429 vehículos) fueron fabricados por los tres grandes fabricantes alemanes: Volkswagen, Mercedes y BMW.
Volkswagen representó el 30% de las exportaciones de coches de la UE a EE.UU., Mercedes el 23% y BMW el 19%, lo cual hace suponer que se verán muy afectados por las medidas de Trump.
Sin embargo, todos ellos cuentan con plantas de producción en Estados Unidos. Mercedes y BMW incluso reexportan coches de EE.UU. a Europa, según datos de Bruselas.
Según el ejecutivo comunitario, de los 159.142 coches que la UE importó de EE.UU. el año pasado, casi 76.000 (el 48%) eran BMW y unos 55.000 (el 35%) Mercedes.
En ese sentido, un portavoz de BMW explicó a Euractiv que las exportaciones del grupo a la UE desde EE.UU. fueron todavía más elevadas: cerca de 97.000 vehículos.
En su informe anual, BMW afirma que es el «principal exportador de automóviles de EE.UU. en cuanto a valor» y señala que su planta de Spartanburg, por ejemplo, ha exportado unos 225.000 vehículos BMW X a todo el mundo, «por valor de más de 10.000 millones de dólares»
Mientras tanto, según el sitio web de Mercedes, alrededor de dos tercios de su producción en la planta estadounidense de Tuscaloosa se exporta, «lo que convierte a Mercedes-Benz US International en uno de los mayores exportadores de automóviles de Estados Unidos».
Los grandes riesgos de las contramedidas
Aunque algunos fabricantes de automóviles europeos pueden verse menos afectados por los aranceles, podrían surgir más problemas si terceros países aplican contramedidas que perjudiquen a las exportaciones de automóviles estadounidenses.
«Más de la mitad de los vehículos que nuestros miembros con sede en Europa fabrican en EE.UU. se destina al mercado de exportación», recuerda O’Riordan.
«Por eso es muy, muy importante para nosotros que, cuando terceros países respondan (con eventuales medidas de represalia), no perjudiquen nuestros intereses en relación con la fabricación en Estados Unidos, imponiendo aranceles a las exportaciones de automóviles de EE.UU.», añade.
A la pregunta de cómo podría empeorar la situación para los fabricantes de automóviles de la UE, O’Riordan comentó que la principal preocupación de la ACEA son los anuncios del «día de la liberación» de EE.UU. de este miércoles, que se prevé incluyan nuevos aranceles a las importaciones estadounidenses, sumados a las contramedidas mundiales contra Washington, que podrían afectar a la producción de las empresas de la UE en EE.UU.
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[Editado por DE/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es]
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