Bruselas (Euractiv.com/.es) – Los afilados dardos arancelarios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, equivalen a un gigantesco órdago a la economía mundial, pero sus intentos de influir en la política monetaria estadounidense, con sus ataques a la Reserva Federal (Fed), podrían desencadenar un colapso financiero en toda regla.
En los últimos días, Trump ha criticado en varias ocasiones al presidente de la Reserva Federal, el banco central del país, Jerome Powell, por negarse a recortar los tipos de interés para impulsar la economía estadounidense.
Las perspectivas de crecimiento del país se han ensombrecido considerablemente como consecuencia de los radicales gravámenes impuestos por Trump a los socios comerciales de Estados Unidos.
«Casi no puede haber inflación, pero puede haber una ralentización de la economía a menos que el Sr. Demasiado Tarde [Powell], un gran perdedor, baje los tipos de interés, AHORA», escribió Trump en su plataforma de redes sociales Truth Social a principios de esta semana.
El ataque de Trump a la independencia de la Fed -un pilar básico del sistema financiero mundial- provocó una venta generalizada de acciones y bonos estadounidenses.
El dólar también se debilitó a su nivel más bajo en tres años frente a una cesta de otras monedas.
Los temores de los inversores disminuyeron parcialmente ayer, cuando Trump anunció que no tiene «ninguna intención» de destituir a Powell antes de que expire su mandato como presidente de la Fed en mayo de 2026.
Pero los analistas siguen teniendo miedo al posible impacto de la pérdida de independencia de la Fed en la economía mundial.
«Esto da mucho miedo», asegura Maria Demertzis, directora del programa de Estrategia Económica y Finanzas en The Conference Board Europe.
«La amenaza de una crisis financiera es muy real si se ataca a la Fed. Y si EE.UU. sufre una crisis financiera, el mundo entero la sufrirá también», subraya la experta.
Sus comentarios fueron respaldadados por Niclas Poitiers, investigador del «think tank» Bruegel, que advirtió de que la politización de la Fed sería «mucho más desastrosa que los aranceles».
Aunque es probable que los aranceles de Trump afecten significativamente al crecimiento global, es improbable que lleven a la economía mundial a una recesión y probablemente restarán como mucho 0,5 puntos porcentuales al PIB de la Eurozona, asegura.
Por el contrario, la presión de Trump para influir en la Reserva Federal podría desencadenar una recesión mundial «muy rápido», ya que esa interferencia afectaría a la inmensa mayoría de las transacciones económicas del mundo, incluidos «los mercados financieros que sustentan la economía mundial».
«Si la Fed estuviera sujeta a los mismos caprichos políticos que la política arancelaria, [estaríamos] en un lugar muy peligroso», asegura Poitiers.
En ese sentido, un portavoz de la Comisión Europea declinó este miércoles hacer comentarios sobre las críticas de Trump a Powell, pero subrayó que la «independencia» del Banco Central Europeo «es esencial para la credibilidad y la eficacia de la política monetaria de la zona euro».
Los ministros de Finanzas del bloque y los Comisarios de la UE también hablarán sobre la independencia de la Fed con sus homólogos estadounidenses al margen de las Reuniones de Primavera del Grupo del Banco Mundial y el FMI que se celebran esta semana en Washington, según personas familiarizadas con el asunto.
¿Podría el euro derrotar al dólar?
A pesar de los graves riesgos de una crisis financiera, los intentos de Trump de influir en la Fed podrían en cierto modo ser también beneficiosos para la economía europea, según algunos analistas.
Carsten Brzeski, jefe de macroeconomía de ING Research, señala que la pérdida de independencia de la Fed podría hacer que los bonos del Tesoro de EE.UU. perdieran su estatus de «refugio seguro», lo cual podría empujar a los inversores a aumentar las compras de bonos europeos, reduciendo así los costes de endeudamiento.
A largo plazo, la pérdida de independencia de la Fed podría incluso hacer que el euro desplazara al dólar como moneda de reserva mundial, añade.
El euro representa actualmente alrededor de una quinta parte de las reservas de divisas, lo que lo convierte en la segunda moneda de reserva más popular del mundo. La cuota global del dólar se sitúa justo por debajo de las tres quintas partes.
Philipp Lausberg, analista del European Policy Centre, advierte de que la politización de la Reserva Federal amenaza el «exorbitante privilegio» de Estados Unidos de poseer la moneda de reserva mundial, que le permite obtener préstamos a tipos muy bajos.
«Si tenemos un banco central que puede cambiar sus tipos de interés por capricho político, se crea una inseguridad e imprevisibilidad que es un veneno para el dólar, la deuda estadounidense y el mercado de valores», afirma.
Brzeski agrega que, si la Fed finalmente cediera a la presión de Trump para recortar los tipos, el dólar probablemente se debilitaría frente al euro y perjudicaría la competitividad de las exportaciones de la UE.
Sin embargo, incluso en este escenario, el abaratamiento relativo de los bienes estadounidenses importados probablemente aliviaría las presiones inflacionistas en toda la Eurozona, lo que «daría al BCE más margen para recortar los tipos de interés.»
Más allá de Powell
A corto plazo, los analistas señalan una serie de dificultades legales y de procedimiento que probablemente impedirían a Trump despedir a Powell antes de que expire su mandato el próximo año.
Algunos creen que incluso si Powell es destituido como presidente, continuaría siendo miembro del Comité Federal de Mercado Abierto, integrado por 12 personas, que determina de manera colectiva la política monetaria de la Fed.
Los analistas también coinciden en que es poco probable que Powell acceda a las demandas de Trump antes de que expire su mandato.
Algunos incluso señalan que las críticas de Trump podrían hacer que Powell fuera más reacio a recortar los tipos de lo que normalmente sería, para disipar los temores de los inversores de que estaba sujeto a la influencia política.
Independientemente de lo que ocurra con Powell, los analistas advierten de que existe un grave riesgo de que el próximo presidente de la Fed, que asumirá el cargo en mayo de 2026, sí esté dispuesto a seguir las órdenes monetarias de Trump.
«Incluso si [Trump] no lo despide, la elección para el próximo año también es preocupante», comenta Demertzis. «Si es alguien en quien los mercados no confían, entonces eso también será perjudicial», agrega.
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(Editado por Owen Morgan/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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