Berlín (Euractiv.de/.es) – Los productos farmacéuticos han quedado exentos -de momento- del nuevo arancel del 20% anunciado la pasada noche por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a determinados productos de la Unión Europea (UE). No obstante, en una entrevista con Euractiv, Stefan Oelrich, jefe de productos farmacéuticos de la multinacional Bayer AG, insta a Bruselas a evitar tomar medidas de represalia.
Aunque la industria farmacéutica europea haya esquivado la primera salva arancelaria de Trump, Oelrich insta a la Comisión Europea a no entrar en una guerra comercial con Estados Unidos en caso de que el líder Republicano siga adelante con sus amenazas de atacar al sector.
«Si empezamos una guerra comercial contra los medicamentos, si respondemos, creo que sdería un error», comentó Oelrich en una entrevista con Euractiv antes del anuncio de Trump en la noche del miércoles
En una conferencia celebrada el martes en las oficinas de Bayer en Berlín, Oelrich señaló que los productos farmacéuticos han estado, tradicionalmente, excluidos de las sanciones.
«Es un poco extraño que de repente se hable de aranceles (directamente a los) medicamentos», comentó al tiempo que añadió que Bayer es, sin embargo, un claro defensor del libre comercio.
En su opinión, sería justo establecer algún tipo de aranceles recíprocos.
«Sin embargo, no acabo de entender la noción de injusticia (que alega Trump acerca de los aranceles europeos) porque hay fuerza en ambos lados y en diferentes sectores», subraya.
«Meterse sólo con unos pocos sin mirar a los demás no es un reflejo justo de lo que está ocurriendo (…) castigar ahora a la gente por decisiones que se han tomado en el pasado y pensar que eso va a arreglar el futuro; no me parece muy lógico», agrega.
La agenda de la EFPIA
Además de los aranceles, Oelrich, presidente entrante de EFPIA, el grupo de presión farmacéutico europeo, habló de otros temas que probablemente mantendrán ocupados a los responsables políticos de Bruselas en los próximos meses.
Advertencia de la CMA
Por otra parte, Oelrich criticó a la reciente Ley de Fármacos Esenciales de la Comisión Europea, la cual, aseguró, podría poner en peligro la competitividad.
«El peligro de toda esta intervención (de Bruselas y los Estados nacionales) es que los responsables políticos piensan que disponemos de fondos ilimitados para gastos de capital, y no es así», comentó Oelrich.
«Puedo desplegar mi capital amortizando mi deuda, pagando un dividendo a mis accionistas, invirtiéndolo en mis infraestructuras o adquiriendo nuevas empresas o licencias. Así que, si de repente, el Gobierno dice que ahora hay que gastar mil millones más cada año en fábricas, son mil millones que no dedicaré a otra cosa. Y en última instancia, es un billón que va a encarecer los medicamentos, muy probablemente«, advierte.
Adquisición conjunta para emergencias
Por otro lado, Oelrich aseguró que es útil abordar las emergencias sanitarias mediante la contratación conjunta, en el nivel de la Autoridad de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias.
Es una buena idea, pero depende de cómo se utilice, subrayó.
«Si tenemos un antibiótico de reserva que no está disponible en países muy pequeños porque su sistema no permite la adquisición local de medicamentos esenciales, entonces la adquisición conjunta en varios Estados miembros puede ser una buena idea», aseguró.
Sin embargo, si eso se utiliza como método para reducir los costes de adquisición de medicamentos, «va a fracasar», advirtió.
«¿Por qué las empresas venderían a un Estado miembro que probablemente ya obtiene los descuentos más bajos y reducirían aún más el precio porque ahora hacen adquisiciones conjuntas?», se preguntó. «Yo diría que [se conseguirá] lo contrario. Va a llevar a más burocracia, va a ralentizar aún más el acceso a los pacientes, y no es más que otro obstáculo que se va a introducir», comentó el directivo de Bayer.
Un precio europeo
En cuanto a una forma unificada de abordar la fijación de precios y el reembolso y, por tanto, el acceso, Oelrich sugirió un modelo que una a los Estados miembros pero que también permita la independencia.
«¿Por qué no podemos fijar un precio europeo para los nuevos productos, como en Estados Unidos, y luego cada país negocia a partir de ahí sus descuentos y sus sistemas de acceso?», preguntó.
«Así que garantizar a cada europeo, el primer día, con la aprobación [de la Agencia Europea del Medicamento], el acceso a [un medicamento], y luego el pago va a ser diferente país por país», señaló.
El paquete farmacéutico, «punto delicado»
Al tiempo que la Presidencia polaca del Consejo de la UE intenta ultimar un acuerdo sobre el paquete farmacéutico antes de ceder el testigo a Dinamarca a partir de julio, el sector expresa su preocupación por el rumbo que han tomado algunas cuestiones.
«Es un punto delicado, porque el paquete farmacéutico está diseñado por la Comisión Europea anterior», asegura Oelrich.
«La legislación farmacéutica es una especie de paquete mixto», asegura, al tiempo que añade que la norma cubre cuestiones regulatorias y la eliminación de trámites burocráticos, lo cual es bienvenido.
Sin embargo, en lo que respecta a la Protección de Datos Reglamentarios (PDR), la normativa propuesta por Bruselas parece haber quedado superada por la realidad, argumenta.
«El mundo ha cambiado desde que [la Comisión] tuvo la idea de (lanzar) la legislación farmacéutica. Y con la geopolítica actual, Europa tiene mucho interés en ser más competitiva de lo que ha sido tradicionalmente», subraya Oelrich.
«El debate sobre el PDR no es útil, francamente, porque no mejora la competitividad. Sólo puede reducirla», subraya.
«El statu quo nos ha colocado por detrás de los estadounidenses (…) así que, si queremos crear una industria farmacéutica más competitiva, más vale que creemos incentivos para que haya más innovación en Europa», advierte.
Mirar al futuro
Por otra parte, Oelrich aseguró que Bayer tiene una fuerte presencia en Europa, por lo cual salir del continente tiene un coste más elevado que para otras.
«Cuando miro las inversiones en los últimos seis años y medio que llevo aquí, Bayer ha desplegado un capital gigantesco en Estados Unidos», señala.
Aunque la empresa ha invertido en propiedades y equipos en Europa, todas las empresas de plataformas que ha adquirido son estadounidenses.
«Hemos invertido casi 10.000 millones de dólares en adquisiciones y licencias en los últimos seis años, y una gran parte se ha destinado a Estados Unidos (…) podemos felicitarnos por los puestos de trabajo y todo lo que tenemos en Europa, pero eso es mirar al futuro por el retrovisor. Y no va a resolver nuestro futuro», señala.
En ese sentido, Oelrich explica que esas empresas no se adquieren en Europa porque no existen en el continente, y eso ocurre «porque no creamos un entorno en el que la biotecnología pueda prosperar».
Crear ese entorno significa reformar los mercados de capitales. Además, hay que incentivar al mundo académico para que haga más startups traduciendo la ciencia en aplicaciones, asegura el directivo.
En vísperas del anuncio de la Ley de Biotecnología, el futuro director de la EFPIA pide que la industria participe en su elaboración.
«Mi petición a los responsables políticos es que hablen con gente como nosotros, porque nadie entiende esto mejor que nosotros. En cambio, muy a menudo, hablan de nosotros pero no con nosotros», lamenta.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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