Bruselas (Euractiv.com/.es) – La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, necesitará la aprobación de la Unión Europea (UE) para levantar las sanciones a Rusia y que sea operativo el acuerdo para un alto el fuego acordado recientemente en el Mar Negro.
En virtud del acuerdo de alto el fuego en el mar Negro negociado esta semana por la administración Trump, Rusia y Ucrania han acordado una tregua, aunque Moscú subrayó que su participación dependerá de varias condiciones previas, entre ellas el levantamiento de las sanciones.
Según un comunicado del Kremlin, el acuerdo incluiría la retirada de algunas sanciones occidentales, en concreto a los bancos y a otros servicios implicados en las exportaciones agrícolas, incluidos los envíos de fertilizantes.
Aunque la administración Trump parece estar de acuerdo con ello, según el Wall Street Journal, Kiev dejó claro que no ha aceptado ninguna relajación de las medidas punitivas contra Rusia.

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Es probable que la economía rusa sea lo suficientemente resistente como para mantener su guerra contra Ucrania en un futuro previsible, incluso si se imponen nuevas sanciones de la UE.
El doble juego de Rusia
Excluir a los bancos rusos del sistema internacional de pagos SWIFT fue una de las primeras medidas adoptadas por los socios de la UE poco después de la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022.
Actualmente ocho bancos rusos están afectados por la medida, excluido Gazprombank, que permanece fuera de la lista para permitir a los países de la UE pagar los suministros de gas y petróleo rusos, que están restringidos por las sanciones de Estados Unidos.
En ese sentido, el Kremlin ha subrayado que su adhesión al reciente acuerdo de alto el fuego en el Mar Negro dependerá de la reconexión de la entidad crediticia agrícola Rosselkhozbank y de otros bancos rusos al sistema SWIFT.
Rosselkhozbank es clave en la financiación de la producción y exportación de alimentos, pero fue incluido en la lista negra por su apoyo financiero a la maquinaria bélica de Moscú.
La petición de Rusia, sin embargo, es en parte engañosa. Cuando la UE impuso sanciones económicas a Rusia a partir de febrero de 2022, los productos alimentarios quedaron explícitamente excluidos.
En definitiva, Rusia sí tiene acceso al mercado mundial de cereales y fertilizantes, y ha estado comerciando con esos productos desde entonces.
Una razón clave del mensaje de Moscú era «anotarse algunos puntos con el Sur Global afirmando que Rusia quiere precios estables o bajos de los alimentos porque la agricultura rusa no está afectada por las sanciones», explica a Euractiv Alexander Kolyandr, investigador del Centro de Análisis de Políticas Europeas (CEPA).

Trump debería esperar a «pasos concretos» de Putin antes de suavizar las sanciones; asesor de Zelenski
«Lo correcto sería ver primero pasos concretos por parte del agresor», comenta Vlasiuk. «Aliviar las sanciones de antemano confiando en la buena voluntad de Rusia no es una opción», explica a Euractiv el asesor de Zelenski
Es improbable una decisión inminente
Aunque la administración Trump podría intentar revertir las sanciones a Rusia para garantizar el acuerdo de alto el fuego, ese movimiento depende de la aprobación de la UE, y es poco probable que ello se produzca en breve.
«El fin de la agresión rusa no provocada e injustificada en Ucrania y la retirada incondicional de todas las fuerzas militares rusas de todo el territorio de Ucrania sería una de las principales condiciones previas para modificar o levantar las sanciones», explica un portavoz de la Comisión Europea a Euractiv.
Con el regateo político de Rusia en el acuerdo sobre los cereales del Mar Negro Moscú quiere tantear el terreno para comprobar si puede empezar a erosionar el régimen de sanciones de la UE.
En ese sentido, Kiev y sus aliados europeos temen que cualquier concesión -aunque parezca menor- pueda empezar a debilitar las sanciones que Occidente ha impuesto a Rusia desde que comenzó la guerra.
Pero Moscú también podría estar intentando dividir a Estados Unidos y Europa en la cuestión de la política de sanciones.
Dado que SWIFT tiene su sede en Bélgica, tiene que cumplir la normativa de la UE. Por ello, «en algún momento, se nos tendrá que incluir [a los europeos]», comenta a Euractiv un diplomático de la UE.
«SWIFT no puede conectar los bancos rusos a la red a menos que la UE modifique su legislación sobre sanciones», explica Janis Kluge, experta del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad.
Hasta el momento de redactar este artículo, SWIFT no había respondió a la solicitud de comentarios de Euractiv.

Costa pide usar los activos congelados a Rusia para reparaciones de guerra en Ucrania
Poco después de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, varios países occidentales junto a la UE congelaron cerca de 300.000 millones de euros en activos de bancos centrales rusos.
Las sanciones económicas de la UE contra Rusia, que se tienen que renovar cada seis meses por unanimidad de los 27 Estados miembros, vencen el 31 de julio.
Según varios diplomáticos de la UE, esas medidas punitivas no se pueden revocar antes de que se alcance un acuerdo completo de alto el fuego y Moscú retire sus tropas de Ucrania.
«Todos están analizando lo que eso significa o podría significar. Pero hasta ahora, es una declaración en la que no hemos participado», comenta a Euractiv un segundo diplomático de la UE.
«Antes de la entrada en vigor de las sanciones [en julio], nada cambia, y trabajaremos para que nada cambie porque Rusia no ha cambiado en sí misma ni tampoco sus objetivos», subraya la fuente.
Presión húngara y estadounidense
A la mayoría de Estados miembros de la UE les preocupa que Hungría, que fue uno de los primeros países comunitarios en responder al acuerdo sobre el Mar Negro, haya pedido el fin de las sanciones contra Rusia, además de haber utilizado reiteradamente su acuerdo de renovación como moneda de cambio político.
«En teoría, un país de la UE podría amenazar con no prolongar las sanciones a menos que la prohibición de SWIFT para los bancos rusos se retire de la legislación sobre sanciones», comenta Kluge.
El regreso de Trump a la Casa Blanca en enero pasado ha envalentonado a Budapest en su estrategia de intentar tumbar la prórroga de las sanciones. Y el líder Republicano podría intentar utilizar la situación a su favor.
Por su parte, la Comisión Europea no se ha pronunciado sobre si funcionarios estadounidenses la han contactado sobre este asunto.

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¿Hasta dónde llegará Trump para obligar a los europeos a dar un paso firme y asumir su defensa? ¿Puede Europa seguir confiando en Estados Unidos?
También existe la posibilidad de que Estados Unidos eluda el problema, al menos en teoría.
Según apuntan varios analistas consultados por Euractiv, Washington podría reabrir las cuentas en Estados Unidos a los bancos rusos bajo jurisdicción estadounidense.
«Eso significa que se podría operar en dólares, liquidar operaciones en dólares y hacer lo que se quiera con los dólares estadounidenses», comenta Kolyandr.
«[Eso] es posible sin SWIFT. Sería muy engorroso, tedioso y lento, pero es posible», subraya.
Sin embargo, Washington no puede obligar a SWIFT a reconectar a los bancos rusos, aseguran ambos analistas.
«En teoría, Trump podría tratar de presionar a SWIFT, lo cual les haría la vida muy difícil, pero no puede saltarse las normas de la UE», asegura Kluge.
Preguntado sobre qué reacción se podría esperar de Washington si intenta presionar a la UE para que se levanten en breve las sanciones a Rusia, un tercer diplomático respondió: «no puedo prever que eso ocurra, al menos si se utiliza un razonamiento sensato».
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[Editado por EPD/Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es]
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