Bruselas (Euractiv.com/.es) – Diecisiete países de la Unión Europea (UE), entre ellos las mayores economías del bloque, carecen aún de planes integrales para reducir su dependencia de las empresas tecnológicas chinas de «alto riesgo» como Huawei y ZTE, a pesar de casi cinco años de esfuerzos comunitarios en ese sentido.
El tema está adquiriendo una importancia renovada en toda la UE a la luz de la tensa relación entre Estados Unidos y la UE, al tiempo que los temas de seguridad y soberanía adquieren más relevancia.
Reducir el riesgo de las redes de telecomunicaciones es también una prioridad para la Comisaria de Tecnología, Henna Virkkunen.
En ese sentido, en un reciente documento de trabajo del Parlamento Europeo, al cual ha tenido acceso Euractiv, se afirma que «14 Estados miembros aún no han aplicado ninguna restricción a los proveedores de alto riesgo, lo que plantea importantes vulnerabilidades de seguridad».
Los grupos políticos en el Parlamento Europeo están considerando la posibilidad de que la Comisión Europea convierta en obligatorio el conjunto de herramientas de ciberseguridad 5G de la UE, en un intento por forzar a los Estados miembros a tomar medidas rápidas en esa dirección.

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Según nuevos datos publicados este miércoles (18 de marzo) por la consultora de telecomunicaciones danesa Strand Consult, 17 Estados miembros no han aplicado plenamente la herramienta de la Comisión, la denominada «caja de herramientas 5G», que obliga a los Estados miembros a prohibir la entrada de las empresas chinas Huawei y ZTE en sus redes.
De esos 17, seis han aplicado parcialmente la «caja de herramientas», otros siete la están aplicando y cuatro no tienen previsto aplicarla, cinco años después de la adopción de esa estrategia común europea para garantizar la seguridad de las redes 5G.
Los cuatro países más reticentes a ello son Austria, Bulgaria, Chipre y Hungría.
Las redes de Chipre dependen totalmente (100%) de componentes chinos, cifra que se sitúa en el 67% en el caso de Austria, el 65% en el de Bulgaria y el 62% en el de Hungría, según los datos de Strand Consult, publicados a principios de este año.
Entre las redes nacionales de telecomunicaciones más dependientes destaca Chequia (67%), donde se está trabajando para implantar la «caja de herramientas» en el marco de la transposición de la Ley Cibernética de la UE, la NIS2.
También destacan Alemania (59%), cuyo Ministerio del Interior aplicó una prohibición parcial de determinados componentes de la red 5G en julio de 2024, y Grecia (53%), donde no hay una decisión formal, pero sí un acuerdo informal entre políticos, reguladores y operadores para no utilizar componentes chinos, según Strand Consult.
La situación de Alemania es especialmente preocupante, según explica a Euractiv John Strand, director general de Strand Consult. Una decisión del Partido Comunista Chino, que mantiene estrechos lazos con Huawei, podría paralizar la economía digital alemana, dependiente de la telefonía móvil, y desencadenar problemas en toda la UE.
Strand apuntó muy específicamente al sistema ferroviario alemán, que depende en gran medida de los componentes de Huawei.
Strand Consult es la única organización privada que facilita datos sobre el porcentaje de redes nacionales de telecomunicaciones de la UE que utilizan tecnología china.
Los «buenos alumnos» de la UE
Aunque 17 países van a la zaga en cuanto a la aplicación de la «caja de herramientas 5G» en la legislación nacional, más de una cuarta parte de las redes móviles de 18 países europeos utilizan componentes de riesgo, según datos de otro estudio previo de Strand Consult.
Relativamente a salvo del riesgo están Eslovaquia (15%) y Francia (13%), según Strand Consult, mientras que Dinamarca, los tres países bálticos, Luxemburgo, Malta y Suecia están «totalmente libres» de componentes chinos.
Tres Estados miembros implantaron la «caja de herramientas 5G», con un impacto notable en sus redes.
El porcentaje de componentes chinos en las redes móviles 5G en el cuarto trimestre de 2024 alcanzó el 41 % en Bélgica, una reducción significativa de su dependencia del 100 % en el cuarto trimestre de 2019. En el mismo periodo, el porcentaje de componentes chinos en la 5G rumana cayó del 61% al 44%.
Sin embargo, estas cifras deben tomarse con cautela ya que el 5G está en pleno proceso de despliegue en la UE.
Los operadores móviles se enfrentan a un doble desafío: deben sustituir los componentes chinos de alto riesgo en sus redes móviles 4G más antiguas y, al mismo tiempo, construir sus nuevas redes móviles 5G sin los componentes de estas empresas.

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Compromisos de los planes nacionales
Sólo un pequeño grupo de socios de la UE ha fijado por ley un plazo para la eliminación total del riesgo de los componentes chinos, según un informe publicado a finales de 2024 por la empresa de investigación Cullen International, al cual tuvo acceso Euractiv.
Veinte países no han fijado plazos concretos para sus operadores de telecomunicaciones.
Y lo que es más importante, sólo cuatro países, Dinamarca, Finlandia, Francia y los Países Bajos, han implantado un mecanismo de compensación para cubrir el mayor coste de la retirada progresiva de los proveedores de alto riesgo, según el informe de Cullen.
La eliminación del riesgo conlleva tanto costes de transición como precios más altos para instalar alternativas europeas como la sueca Ericsson y la finlandesa Nokia, cuyos componentes suelen ser más caros que los de sus competidores chinos.
La UE debe poner en marcha una política industrial para el sector de la conectividad, que incluya una «caja de herramientas con instrumentos políticos y de financiación a medida», según la agenda política de noviembre pasado del grupo de presión que engloba a los grandes operadores europeos de telecomunicaciones, Connect Europe.
Dado que el despliegue de la 5G aún no ha concluido, los operadores de países sin normativa específica, entre ellos Austria, Hungría, Bulgaria y Chipre, aún pueden utilizar componentes chinos para construir sus redes.
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